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Corrupción policial en Coslada

Ginés Jiménez amenazaba con una pistola a hosteleros

La juez culpa a dos policías de robar dinero de un botín

F. Javier Barroso

El delito más cometido por los detenidos tras el de asociación ilícita es el de abuso sexual, según la juez. Le es imputado a 9 de los 15 detenidos que ayer ingresaron en prisión. Supuestamente, todos ellos se iban con prostitutas de clubes de la localidad con las que mantenían relaciones sin pagar nada a cambio. El tercer delito que más veces se da en el auto de ingreso en prisión es el de sustracción y apropiación indebida de efectos, droga y dinero.

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Pistola en mano. Así se imponía el jefe de la Policía Local de Coslada (83.200 habitantes) y supuesto cerebro de la red mafiosa de extorsión y amenazas, Ginés Jiménez Buendía, de 52 años, ante los empresarios de la localidad. Según consta en el auto de ingreso en prisión dictado por la juez de guardia, María de las Nieves Gómez Martínez, el máximo responsable de los agentes municipales amenazaba a "multitud de hosteleros" de la localidad, "en ocasiones", con su arma de fuego.

El auto hace una detallada relación de los delitos que son imputados a cada uno de los 15 detenidos que ingresaron la madrugada de ayer en prisión de Alcalá-Meco. El jefe de la Policía Local deberá responder de los delitos de extorsión, amenazas, prevaricación y cohecho, además de tenencia y posible depósito de armas. Ginés Jiménez es el único de los 15 detenidos que ingresaron en prisión al que no se le inculpa de delito de asociación ilícita, pese a ser el supuesto responsable de la organización.

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Fuentes policiales indicaron que el montante de los pagos a que obligaba a hacer Ginés Jiménez oscilaba entre los 2.000 y los 5.000 euros, en función de lo grande e importante que fuera el local. En caso de que el hostelero se resistiera, el propio Ginés Jiménez se empleaba a fondo, pistola en mano, según el auto de prisión.

El escrito de la juez también inculpa a los agentes locales Alejandro José B. G. y a Miguel S. F. sendos delitos de sustracción y apropiación indebida de dinero procedente del robo de un supermercado Mercadona en Coslada. Ambos policías son acusados de quedarse 8.000 euros de un botín que superaba los 35.000. El robo se produjo la noche del sábado 8 de marzo, cuando dos atracadores, de 34 y 47 años, irrumpieron al filo de las diez de la noche en el supermercado de la avenida de España, en pleno centro de la localidad. Apuntaron a los empleados con pistolas y se hicieron con la recaudación.

Al huir por la puerta trasera, se toparon con los policías locales. Intentaron huir a la carrera, pero les cogieron cuando saltaban las vallas de un chalé. Uno tiró la pistola en su fuga y no fue recuperada. Los agentes sí se hicieron con el botín. Eso sí, con una pequeña quita de 8.000 euros, según las diligencias judiciales. "Falsearon o faltaron a la verdad en sus comparecencias en los atestados en comisaría", afirma la juez en su escrito. Algunos de los agentes están acusados de quedarse con parte de los alijos de drogas que hacían en los controles callejeros. También se les imputa el haber provocado una redada en la Cañada Real Galiana para apoderarse de estupefacientes. Los agentes declararon el lunes que sólo se han quedado con una caja de marihuana para una orgía.

La juez afirma que Isaac G. N., un policía local de Arganda, se apropió de droga en un registro practicado por sus compañeros de Coslada, "aprovechándose de su presencia en el lugar". A este agente también se le acusa de abusos sexuales, simulación de delito y estafa.

Otro delito muy frecuente en el auto es el de prevaricación (dictar una orden injusta a sabiendas). Seis de los 15 imputados son culpados de este hecho. Sin embargo, el auto contiene hasta una veintena de delitos, como detención ilegal, simulación de delito y sustracción.

La juez ordenó el ingreso en la cárcel tras ver que concurrían las circunstancias previstas en la ley, como el riesgo de fuga de los policías locales, que ocultaran o destruyeran pruebas fundamentales para el proceso o que los guardias actuaran contra las víctimas o las posesiones de éstas. "Dichos delitos han sido en todo caso cometidos por cada uno de los imputados con abuso, prevalimiento y aprovechamiento de la posición que tienen como funcionarios", afirma la juez en su escrito.

"Se trata de actuaciones delictivas que se han venido prolongando en el tiempo, con total impunidad, por el temor de los perjudicados a posibles represalias. La extraordinaria alarma social generada por los hechos investigados y la trascendencia social de los mismos, si bien no puede ser por sí misma un factor determinante de la prisión provisional, no puede dejar de mencionarse en el caso que nos ocupa", añade la titular del juzgado número 1 de Coslada.

La juez mantiene que los policías pueden sustraerse a la acción de la justicia, "como de hecho ha venido ocurriendo de uno u otro modo, en que sus actividades delictivas nunca han llegado a ver la luz hasta este momento".

Las penas a las que se enfrentan los policías locales son muy altas. En el caso de Ginés Jiménez, los delitos de los que es acusado podrían sumar penas máximas de hasta 19 años de cárcel. Esa cifra podría incrementarse al tratarse de un funcionario que ha abusado de tal condición. Su lugarteniente, Carlos M. G., es el que tiene el listado más largo. Si fuera condenado por todos ellos, la sentencia llegaría a más de 30 años de prisión. El otro hombre de confianza del jefe de la Policía Local, Adrián J. P., tiene muchos menos delitos. Sus condenas podrían llegar hasta los 14 años.

En todos los casos, está prevista la inhabilitación total o parcial para ejercer un cargo público y la expulsión de la Policía Local. De hecho, todos los guardias han sido suspendidos de empleo y sueldo por un periodo mínimo de seis meses hasta que se resuelva el proceso judicial abierto. Este plazo puede ser ampliado por el Ayuntamiento.

Dos de los detenidos quedaron en libertad tras pagar 6.000 y 12.000 euros. Se trata de Pedro P. F. y de David M. G. Este último, que lleva un año en la Policía Local de Coslada, es el hermano de Carlos M. G., el supuesto principal colaborador de Ginés Jiménez. Los dos salieron de prisión pasadas las siete y media de la tarde. Les estaban esperando sus familiares, que les protegieron para taparles las caras.

Los allegados se metieron con los medios de comunicación que esperaban a la entrada de Alcalá-Meco y responsabilizaron de todo lo ocurrido al jefe de la Policía Local. "A Ginés Jiménez Buendía es al que tenéis que preguntar. Es una estrategia de Ginés. Los demás son superinocentes. Han arruinado a una familia", increparon a la prensa. David, que vestía una cazadora azul, fue cubierto con un paraguas para no ser reconocido. Tras saludar a sus familiares, se subieron a los coches y se marcharon.

El resto de detenidos se encuentra en el módulo 8 de preventivos de Alcalá-Meco.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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