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La policía judicial desarticula una red de clenbuterol

Unas 25 personas, en su mayoría ganaderos, han sido detenidas por su supuesta implicación en la mayor red de clenbuterol desarticulada en España. En la operación, dirigida por la Brigada Provincial de la Policía Judicial, ha sido desmantelado un laboratorio clandestino en Logroño y se han requisado más de 80 kilos de dicha hormona, empleada para el engorde ¡legal de animales.Un solo gramo de clenbutérol basta para adulterar una tonelada de pienso. Fuentes cercanas a la investigación sospechan que esta red pueda estar implicada en la intoxicación que en enero pasado afectó a 155 madrileños, la mayor registrada en la Comunidad.

Este brote masivo se debió a la ingesta de casquería procedente de ganado al que se había suministrado clenbuterol. Sin ser mortal de necesidad, este tipo de intoxicación ataca al sistema nervioso. Desde un principio se barajó que el ganado que causó el brote y burló los controles de la consejería de Salud procedía de La Rioja.

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Los responsables de la red desarticulada -muchos en libertad provisional- distribuyeron supuestamente la sustancia ¡legal en la Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, Cataluña, Castilla y León y Cantabria.

La operación se desencadenó en agosto a raíz de la detención de David Calvete Junco, de 28 años, a quien se le requisó una bolsa de 10 kilos de clenbuterol -adulterado con lactosa- cuando iba a recogerla en Logroño a una empresa de mensajería. El paquete iba dirigido a una industria ficticia de la que Calvete se hacía pasar por representante.

Una vez arrestado, confesó de plano. Llevó a los agentes al piso de un amigo. En el inmueble se descubrieron tres garrafas y 12 bolsas con un total de 22 kilos de clenbuterol, tres envases con cinco kilos de propilenlicol y numerosas armas y munición. David Calvete delató entonces a los miembros de la red para la que trabajaba de distribuidor. PASA A LA PÁGINA 3

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La confesión del distribuidor de la red de clenbuterol condujo hasta los ganaderos

VIENE DE LA PÁGINA 1Calvete manifestó a la Policía Judicial que se introdujo en este mercado por Intermediación de Carlos A., quien había sido detenido en 1992, acusado de traficar con clenbuterol.

Calvete se encontraba en paro cuando conoció a Carlos A. Éste le ofreció la posibilidad de ganar dinero a cambio de entregar la hormona a ganaderos. Su primer encargo fue llevar un paquete de dicha sustancia hasta una ganadería de Toledo. Por esta faena cobró 20.000 pesetas. Fue su iniciación.

Posteriormente, Calvete entabló amistad con Jordi, el catalán al que la policía considera cerebro de la red desarticulada. Según la confesión de Calvete, ambos se citaban en áreas de servicio de Zaragoza y Lérida. Jordi le entregaba paquetes que contenían cada uno de 100 a 150 bolsas, y le daba instrucciones y datos sobre los destinatarios.

Calvete establecía contacto telefónico con los ganaderos y se encontraba donde ellos le citaban. Cobraba 15.000 pesetas por cada entrega.

En la confesión, este distribuidor afirmó que en una entrevista mantenida con Jordi, éste llegó acompañado de Víctor, que le fue presentado como el encargado del laboratorio. Víctor fue detenido posteriormente por la policía autónoma catalana.

Calvete reconoció que algunas veces participó en la adulteración de la hormona: mezclaba lactosa o harina de trigo con clenbuterol. Cada gramo -con un corte del 50%- se vendía a 3.100 pesetas.

Con esta confesión, los agentes del Grupo de Robos a Establecimientos de la Brigada Provincial de Policía Judicial iniciaron el desmantelamiento de la red. Tenían en su poder nombres y direcciones de todos los compradores de Calvete, distribuidos en cinco comunidades autónomas. Entre los investigados no aparece el nombre del matadero donde se sacrificaron las reses que causaron la intoxicación de enero.

Sanciones administrativas

La mayoría de los ganaderos reconoció su implicación. Tras la toma de declaración quedaron en libertad provisional, al igual que Calvete. Las correspondientes administraciones regionales, informadas por la policía, iniciaron los trámites sancionadores contra ellos".

La distribución del clenbuterol se efectuaba a través de empresas de mensajería. Se enviaba a las distintas comunidades con remite falso y a nombre, de industrias ficticias.

La recogida corría a cargo de Calvete, quien se hacía pasar por representante de las falsas firmas a las que iban dirigidos los envíos. Posteriormente, se citaba por teléfono con los compradores. El producto era entregado en mano.

Los 10 kilos de clenbuterol que la policía descubrió en un principio a Calvete y que precipitaron su detención iban destinado a un ganadero de Talavera de la Reina (Toledo).

Este empresario ha reconocido que hace años empleó clenbuterol para engordar a sus vacas, aunque negó qué hubiese efectuado ese pedido de 10 kilos.

Central lechera

También afirmó que do sabe por qué Calvete le ha implicado en esta trama y aseguró que la leche que produce su ganado la vende a una gran central manchega.

El laboratorio desmantelado se encontraba en la localidad riojana de Nájera. La policía descubrió allí varias balanzas, máquinas selladoras, bolsas de plástico y mascarillas de gas.

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