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"Quería que me mataran los policías"

Juzgado un hombre que atacó a un agente para que le disparara - El tiro hirió de rebote en el ojo a un peatón

F. Javier Barroso

Espeluznante relato el que se escuchó ayer por la mañana en la sección 30 de la Audiencia Provincial de Madrid. Santiago Manjón Bermúdez, de 34 años, reconoció que atacó en la tarde del 6 de mayo de 2010 a un policía municipal con la intención de que este acabara con su vida. "Estaba desesperado y lo que quería es que me matara. Yo no tenía valor para hacerlo", admitió a preguntas de la fiscal. En el tiroteo resultó herido un viandante, Antonio Castro Pimentel, de 52 años, que perdió la visión en el ojo izquierdo al rebotar una bala.

Los hechos ocurrieron alrededor de las ocho y media. Manjón compró un cuchillo de cocina en una ferretería cerca de la Puerta del Sol cinco minutos antes del altercado. Le costó dos euros. Se dirigió entonces a un coche patrulla municipal aparcado en la calle del Arenal. "Quería llamar la atención, por lo que le di patadas y puñetazos", recordó el acusado, que sufre un trastorno límite de la personalidad.

Una mujer avisó de lo que estaba pasando a unos agentes en la plaza del Celenque. Dos de ellos se acercaron al vehículo y le dijeron que depusiera su actitud. Entonces rompió el retrovisor izquierdo. "Yo fui a esa zona porque trabajaba anunciando la compraventa de oro y sabía que siempre había policías", añadió.

Los agentes le pidieron que se tranquilizara y que les diera su documentación. Él repitió en dos ocasiones: "Voy a liarla". "Saqué el cuchillo. Me dieron el alto y me fui para el que me estaba hablando. Me dijo que me parara pero seguí andando con el cuchillo hacia él. Lo hice contra ellos porque son los que tienen pistola y podían matarme", declaró el acusado.

Manjón reconoció que había intentado suicidarse hasta en cinco ocasiones. En una de ellas se lanzó de un quinto piso, lo que le ocasionó una fractura en un pie y una visible cojera.

El policía municipal atacado, Israel Sánchez Vieco, de 34 años, retrocedió unos pasos, guardó su porra y sacó la pistola reglamentaria. Primero efectuó un disparo hacia el abdomen, que le alcanzó el estómago; después, otro en la rodilla izquierda y el tercero en el brazo izquierdo.

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"Yo le provoqué para que lo hiciera, pese a que yo no tenía una intención clara de matarle", concluyó Manjón. El acusado no se había tomado su medicación en los últimos días, desde que se marchó del domicilio de sus padres, en el Puerto de Santa María (Cádiz).

También testificó como acusado el policía municipal. "Me levantó un cuchillo y se dirigió hacia mí levantado como si fuera el estoque y la forma en que van a matar los toreros", explicó gráficamente el agente.

"Pegué un disparo y siguió avanzando hacia mí. No paré de pegar tiros hasta que cayó al suelo. No me dejó otra alternativa. Si me hubiera dado otra opción, la habría utilizado y me habría ahorrado todo esto", reconoció el policía, que lleva cinco años de servicio en el cuerpo y antes fue militar.

Antonio Castro Pimentel, instantes después de recibir el tiro en el ojo izquierdo en Sol.
Antonio Castro Pimentel, instantes después de recibir el tiro en el ojo izquierdo en Sol.DANIEL LEAL OLIVAS

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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