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Reportaje:La movilidad en Madrid

40 años después, metro Chamberí

La vieja estación clausurada y una nave de Pacífico reabren como museos

Pilar Álvarez

Antonio Herrera ha rejuvenecido. "Es como si tuviera otra vez 13 años". Sonríe. De adolescente, Antonio bajaba a la estación de Chamberí a ver pasar los trenes de la primera línea de metro de Madrid. Escrutaba con ojos curiosos los anuncios de azulejos de cerámica bajo la bóveda blanca. Ayer, 40 años después, pudo volver a hacerlo ya como jefe de la línea 1 de Metro. Antonio era uno de los que daban la bienvenida al nuevo museo de la estación, recuperada por el Ayuntamiento y Metro de Madrid tras 18 meses de trabajo minucioso. "No echo de menos nada, está igual", asegura veloz. Se esfuerza un poco más. "Bueno... antes había unas papeleras que ya no están".

No están las papeleras, ni el hollín acumulado durante décadas de abandono, ni las pintadas, ni las humedades, ni la suciedad que le dieron el sobrenombre de la estación fantasma, sólo frecuentada por los mendigos que entraban en calor con hogueras clandestinas y por grafiteros de eslóganes rápidos.

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En el andén de teselas restauradas, la música evoca el año 1919, cuando Alfonso XIII inauguró la estación construida por el arquitecto Antonio Palacios al estilo parisiense. Pero Chamberí se quedó pequeña. En 1966, los trenes comenzaron a funcionar con seis vagones en fila en vez de cuatro. No cabían. Y su nombre desapareció del mapa de la red al que ahora vuelve como una parada en el tiempo.

"Es un sitio mágico que deberían visitar los abuelos con sus nietos". Javier García, restaurador de la estación, mira las paredes brillantes todavía fascinado. Ni rastro de la porquería que captaron las cámaras en la película Barrio, dirigida por Fernando León de Aranoa. Sus manos han limpiado con primor las capas acumuladas de pintura hasta dejar al descubierto las publicidades de antaño, como la de café torrefacto La Estrella, que se anuncia con un número de teléfono de cuatro dígitos. Sólo se puede acceder a un andén, protegido con una mampara de la vía por la que siguen pasando los trenes sin parar.

Junto a la estación de Pacífico, también en la línea 1, se encuentra la segunda sala rescatada del olvido: la nave de talleres. Cualquier coincidencia con la escala humana es casualidad. El interior del austero edificio, con aroma a pintura fresca, está ocupado por tres motores de barco. Se inauguró en 1924 para suministrar energía al metro cuando fallaban las eléctricas de la época. También llevó la luz a las casas madrileñas durante las restricciones de la Guerra Civil.

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Los engranajes metálicos inspiraron ayer al alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, que quiere convertir la nave de talleres en una sala de cine durante la próxima Noche en Blanco. Proyectará Tiempos modernos, la sátira de la sociedad industrial dirigida e interpretada por Charles Chaplin. Si el rodaje se hubiera hecho hoy, Chaplin podría haber usado las llaves inglesas de más de metro y medio de altura custodiadas en el sótano de la nave recién abierta. A pesar del paso de los años, algunas conservan las muescas. Los obreros las movían a mazazos.

Andén de la estación de Chamberí, situado bajo la plaza del mismo nombre, que ayer reabrió como museo de Metro de Madrid tras una restauración de 18 meses.
Andén de la estación de Chamberí, situado bajo la plaza del mismo nombre, que ayer reabrió como museo de Metro de Madrid tras una restauración de 18 meses.CLAUDIO áLVAREZ

Dos museos más

- Restaurar la estación de Chamberí y la nave de motores ha costado 6,3 millones. Tendrán un presupuesto de 800.000 euros al año entre mantenimiento y actividades.

- La estación se encuentra en la plaza de Chamberí (metro: Iglesia y Bilbao; autobuses: 3, 40 y 147).

- La nave de motores está en Valderribas, 49 (metro: Pacífico; autobuses: 10 y 56).

- Visitas gratis. De 11.00 a 19.00, de martes a viernes. Fin de semana y festivos, de 10.00 a 14.00. El lunes cierra.

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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