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Una banda de encapuchados asalta un camión de tabaco junto a la M-40

Los ladrones dieron una paliza a los empleados y volcaron el vehículo en la huida

Miguel Ángel y Apolonio vivieron ayer uno de sus peores días. Poco les hacía pensar que su rutinaria jornada de reparto de tabaco a estancos iba a convertirse en una mañana de pánico, golpes y muchos nervios. Cuatro encapuchados les cerraron el paso en la calle del Ventisquero de la Condesa, cuando iban camino del barrio del Pilar tras dejar la M-40. Armados con mazas, la emprendieron a golpes con ellos. Les quitaron el camión en el que transportaban 300.000 euros en cajetillas de tabaco y les tiraron en marcha de un coche. La mala fortuna para los asaltantes llegó a los pocos metros: el ladrón que conducía el camión de nuevo hacia la M-40 entró con mucha velocidad en una rotonda y volcó. El botín quedó desparramado mientras los ladrones huían a toda velocidad. Los dos empleados de la empresa de transportes están ingresados con pronóstico grave en el hospital La Paz.

El conductor, Miguel Ángel P., de 34 años, y su compañero, Apolonio R., de 48, comenzaron su jornada en los almacenes que la empresa Logista (distribuidora de mercancías, incluido tabaco) en Leganés. Como de costumbre, los dos empleados de la compañía de transportes Jaime Caballero se dirigieron a este enorme complejo junto a la carretera M-406. Allí cargaron 200 cajas de tabaco de diversas marcas, valoradas en 300.000 euros. En total, 10.000 cartones de cigarrillos para distribuir en los estancos del distrito de Fuencarral. Desde hacía tiempo, la policía había avisado a la pequeña empresa de que existía una banda especializada en asaltar este tipo de transportes.

Los empleados arrancaron su camión Renault y enfilaron por la M-40 hacia los túneles del Pardo. Salieron de la M-40 por la desviación de Ventisquero de la Condesa. De repente, un BMW azul marino se cruzó en su camino y les obligó a frenar. Cuatro encapuchados armados con barras de hierro salieron del coche. A los empleados no les dio tiempo siquiera a accionar su dispositivo GPS, conectado con una central de alarmas. Sus atacantes comenzaron a agredirles hasta dejarles malheridos. Apolonio recibió varios golpes. El impacto de la barra le afectó a la visión de un ojo. Su compañero también fue golpeado en distintas partes del cuerpo. "Los ladrones eran españoles. No tenían ningún acento y se les veía muy experimentados en lo que hacían", señalaron fuentes de la empresa del camión.Casi sin mediar palabra, los asaltantes metieron a empujones a los magullados trabajadores en la parte trasera del BMW y les colocaron sendas bolsas en la cabeza. Algunos testigos afirman que el grupo de delincuentes contaba con otros dos coches de apoyo. Mientras Apolonio y Miguel Ángel estaban en el coche de los ladrones, uno de los malhechores se puso al volante del camión. Su intención, según las primeras investigaciones, era regresar a la M-40 y desde allí ir a una zona segura donde traspasar la mercancía y deshacerse del camión.

Cuando habían recorrido medio kilómetro, los encapuchados abrieron las puertas traseras del coche y arrojaron a los dos trabajadores sin reducir la marcha, como si fueran fardos. La caída les agravó las lesiones que sufrían. "Menos mal que encima han tenido suerte. Si llega a ir algún coche muy cerca del de los ladrones, los habría atropellado y a lo mejor hasta los había matado", explicó un responsable de la empresa Jaime Caballero.

Pero el conductor que circulaba tras el BMW frenó en seco al ver la peligrosa maniobra de los ladrones. Se detuvo y bajó del vehículo a auxiliar a los heridos. Les ayudó a incorporarse y salir de la calzada para evitar un atropello.

También llamó desde su teléfono móvil a los servicios de urgencia y a la policía.

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La huida de los asaltantes no fue menos accidentada. El que conducía el camión cargado de tabaco con 10.000 cartones de cigarrillos entró con velocidad excesiva en la última glorieta de Vestisquero de Condesa antes del acceso a la M-40. Eso le hizo perder el control y volcar lateralmente junto a un enorme chirimbolo. Las 200 cajas de tabaco quedaron desparramadas y el camión, inutilizado. "El ladrón tuvo la suerte de que el camión volcó por la parte derecha y él pudo salir por la ventanilla izquierda. Como sus compinches iban detrás, le recogieron en el coche y salieron a toda velocidad", relataron ayer en la empresa de transportes. Ahí se les perdió la pista.

Mientras, los empleados de la compañía Jaime Caballero fueron atendidos por facultativos del Samur-Protección Civil y trasladados al servicio de urgencias del hospital La Paz. Miguel Ángel estaba en estado de choque y no recordaba nada de lo que había ocurrido. Peor pronóstico tenía Apolonio, con la cara deformada por los golpes recibidos. Los médicos le estaban haciendo varias pruebas para ver si la lesión que sufría en la ceja le haría perder parte de la visión. El estado de los dos es grave. Las próximas 48 horas son fundamentales para la evolución de su salud.

Al lugar donde volcó el camión acudió una veintena de policías y guardias civiles que cerraron toda la zona. Visiblemente nerviosos, intentaron identificar, sin éxito, a los autores del robo. Una grúa de los bomberos enderezó el vehículo volcado. Dos empleados de la empresa transportista se trasladaron al lugar de los hechos en otro camión y recogieron la mercancía que estaba apilada en la acera. Ayer por la tarde no había detenidos por el asalto. Los policías de la comisaría de Fuencarral-El Pardo se encargan de las investigaciones.

Fuentes de la compañía afectada explicaron que éste es el tercer robo que sufren en el último año y medio. El primero ocurrió el año pasado y el camión fue recuperado completamente vacío en la avenida que une Alcorcón y Móstoles. Los ladrones tardaron menos de diez minutos en traspasar toda la mercancía que había a varios coches. Aprovecharon que justo encima está el puente de la M-50 para hacerlo con total impunidad y no ser controlados desde el aire, por si estuviera volando el helicóptero de la policía.

En el segundo asalto, ocurrido en febrero de este año, hubo más suerte. El helicóptero sí estaba volando y los agentes localizaron el camión sustraído en Vallecas. La policía detuvo a los ladrones y recuperó la mercancía.

"El juez les dejó libres porque consideró que no había pruebas. Podían haberse encontrado el camión parado con las llaves puestas y que hubieran sido otros los que lo hubieran robado", relatan fuentes del sector del transporte.

Además de Jaime Caballero, una segunda empresa trabaja para Logista en el reparto de mercancía por la zona centro de la península. La peor suerte hasta ahora la ha sufrido esta segunda compañía. En marzo pasado, le robaron un camión cargado de tabaco. Aparecía poco después calcinado en las proximidades de la Cañada Real Galiana. Apenas dos meses después, en mayo, uno de sus conductores, que cubría la ruta de Cuenca, fue obligado a parar en Tarancón. Le quitaron el vehículo y le metieron en el maletero de un coche. Le liberaron en Madrid. En otra ocasión, la empresa sufrió otro hecho similar en otro camión que cubría la ruta de Toledo, según fuentes del sector.

"La policía ya nos había avisado de que hay una banda especializada en asaltos y que no son capaces de detenerlos. Suelen hacer de media uno al mes. Como los dos últimos atracos que intentaron les salieron mal, sabíamos que el siguiente iban a ir a la desesperada", añaden las citadas fuentes.

El asalto a transportistas de tabaco resulta muy rentable para los atracadores. Cada caja (50 cartones) tiene un precio medio en el mercado de 1.500 euros. "Adoptamos muchas medidas de seguridad, pero no somos un furgón blindado. A este paso, o nos mejoran las condiciones para hacer esto o vamos a renunciar. Cuando hay lesiones tan graves y corre peligro la vida de una o dos personas, no merece la pena seguir con este trabajo. En cualquier momento, puede ocurrir algo mucho más grave", afirman fuentes del sector. "Algunas empresas han pedido no llevar el logotipo de Logista con el fin de no dar pistas a los ladrones. Pero esto tampoco funciona", añaden esas fuentes. El camión asaltado ayer carecía de símbolos que lo pudieran identificar como transportista de cigarrillos.

La forma de trabajar de este tipo de bandas es siempre similar. Vigilan la salida de las furgonetas de los almacenes de Logista y eligen el lugar más apartado para cometer el asalto. Muchas veces actúan por encargo, ya que hay quien les recompra la mercancía a un precio muy inferior al del mercado. Las últimas detenciones de una banda de aluniceros (ladrones que empotran un coche contra un escaparate) destaparon que, cuando robaban tabaco, vendían los cartones a estanqueros y hosteleros.

El camión asaltado ayer por una banda de encapuchados en la calle del Ventisquero de la Condesa, junto a la M-40.
El camión asaltado ayer por una banda de encapuchados en la calle del Ventisquero de la Condesa, junto a la M-40.ALBERTO FERRERAS

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