Los puntos sobre las íes

En tiempos de guiños y sutilezas, no puede ser casual que Noel Gallagher abra y cierre sus primeros conciertos en solitario con los clásicos de Oasis It's good to be free (Es bueno ser libre) y Don't look back in anger (No mires atrás con ira). El mensaje parece claro: tras haberse despellejado de todas las maneras posibles con Liam, su hermano menor, era hora de bifurcar los caminos y aplicar el sosiego que le suponemos a la madurez. La separación le ha sentado mucho mejor a Noel, si comparamos el concierto de anoche en La Riviera con el de Beady Eye, la nueva banda de Liam, en marzo. Los dos siguen sonando con descaro a Oasis, pero el primero dispone de un repertorio mucho más solvente.
En 2009, cuando se materializó la estruendosa ruptura fraternal, Noel sorprendió arguyendo que se sentía "encorsetado". Si su pretendido cambio de aires era High flying birds, nombre del disco y de su nueva formación, deberemos considerarle un farsante. Los nuevos temas siguen sonando a puro Gallagher, a menos que, en un alarde de laxitud, adscribamos Dream on al dixieland. Y en directo, sin sección de vientos, coros ni pinceladas orquestales, el parentesco con el grupo nodrizo es todavía más obvio.
En realidad, el único esfuerzo por escapar del canon lo encontramos con What a life y su simpático toque discotequero. Pero que Noel recuerde a Oasis y rescate nueve de sus temas no tiene nada de indecoroso. La diferencia radica en que el hermano mayor canta bastante mejor de lo que quizás el mismo imaginase. Y, sobre todo, que a veces todavía es capaz de emular a Lennon, George Harrison o Ray Davies cuando coge el lápiz.
Por eso vivifica descubrir The death of you and me, puro The Kinks hasta en ese piano con swing de Mike Rowe. O la extraordinaria cara B The good rebel, una evocación de aquel Rain de los Beatles (¿la mejor cara B de la historia?). Noel debutó en Reino Unido en el número 1, ha doblado las ventas de Beady Eye y hasta es más generoso en sus directos. Anoche volvió a poner los puntos sobre las íes. Liam tendrá más pose e insolencia, pero el hermano brillante era él.
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