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Reportaje:

"Como mucho iría a 140"

El asturiano sorprendido conduciendo a 260 se enfrenta a dos años de cárcel

Constantino García, el asturiano de 42 años cazado por un radar cuando conducía a 260 kilómetros por hora en la autovía A-231 el pasado 9 de febrero, declaró ayer en la vista oral que tenía que haber alguna equivocación y que "como mucho iría a 120 o 140 kilómetros por hora".

Cuando la fiscal le preguntó si era consciente de que para el resto de vehículos había sido una "bomba andante", García contestó que no tuvo la sensación de estar haciendo algo peligroso y que siempre creyó que iba a mucha menos velocidad. "Iba más pendiente de la carretera que de los indicadores. Apenas había tráfico. En todo el camino, sólo adelanté a un par de camiones", añadió.

La fiscal pide para él dos años de cárcel y otros tantos de retirada del carné por un delito de conducción temeraria. La representante del Ministerio Público considera que Constantino García puso en peligro la vida de otros conductores y de la persona que le acompañaba en el coche aquél día, "a la que no pidió permiso ni informó de la velocidad a la que viajaban", precisó la fiscal.

"No noté ningún exceso. Hacía sol, no había tráfico. Era el día ideal para conducir", dijo su acompañante

Por su parte, el acompañante de García y responsable del vehículo de alta cilindrada en el que viajaban, un coche de empresa, declaró: "Seguramente, el radar estaba mal. No noté ningún exceso. No había tráfico, hacía sol y la carretera estaba seca. Era el día ideal para conducir".

Quienes sí lo notaron fueron los agentes de la Guardia Civil que participaron en la sanción y prestaron su testimonio ayer en la vista oral en el Juzgado de lo penal 1 de Burgos. El operador del radar declaró: "Apenas me dio tiempo a reaccionar porque tenía una visibilidad de un kilómetro pero el coche iba tan rápido que cuando le vi estaba casi encima de mí". De hecho, el agente aseguró que era la primera vez que un radar captaba un vehículo a esa velocidad en España."Seguramente, tardará mucho en volver a ocurrir", dijo.

Otros dos peritos de la Guardia Civil aseguraron que el radar estaba perfectamente y que había sido revisado por el Centro Español de Metrología sólo siete días antes de detectar a Constantino García a 260 kilómetros por hora. Los peritos añadieron que a esa velocidad se necesitaba un mínimo de 500 metros para poder parar y de hecho, García tardó unos 700 metros en frenar desde que le dieron el alto, según los agentes.

Constantino García escuchó todos estos testimonios negando constantemente con la cabeza. Insistió en que mantuvo el control del vehículo en todo momento y que paró junto a los agentes de la Guardia Civil sin problemas. Su abogado pide la libre absolución por entender que García no tenía la intención de causar daño a los demás y que pudo alcanzar los 260 kilómetros por hora en un momento muy puntual por un despiste, dada la potencia del coche que además, no conducía habitualmente.

El letrado defensor declaró que las distancias alegadas por los guardias civiles no podían ser correctas, ya que el radar le impuso una primera sanción por exceso de velocidad en el kilómetro 128,8 de la autovía y, los agentes una segunda, por no llevar el carné de conducir consigo en el kilómetro 129,2.

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