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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Brotes de dudoso color

El FMI ratifica que la recesión española será la más duradera y profunda de la eurozona

Las previsiones revisadas del Fondo Monetario Internacional (FMI) para 2009 y 2010 ratifican por un lado la impresión, ampliamente aceptada por economistas e instituciones, de que la crisis financiera internacional ha sido contenida, pero todavía no resuelta, por las medidas de intervención masiva en los mercados de crédito y la generosidad de la política monetaria. Y por otro, que existen buenas perspectivas de recuperación de la economía mundial. Para 2010 el FMI pronostica un crecimiento global del 2,5%, aunque será más lenta y trabajosa en la zona euro, donde todavía caerá el 0,3%. En el marco recesivo de la eurozona, el Fondo atribuye a España una contracción del PIB del 0,8%, muy superior a la media y una décima peor que en su previsión anterior.

La novedad del análisis del FMI es su recomendación de que los planes públicos de ayuda a las entidades financieras y de apoyo a la recuperación económica, que están causando sufrimiento fiscal, sean cuantificados, explicados y programados en el tiempo, de forma que se sepa cuándo podrán ser desmantelados y de qué forma se podrá recuperar la estabilidad fiscal. Esta sugerencia es un reconocimiento tácito de que, aunque el sistema financiero mantiene todavía ciertas renuencias a la concesión de créditos, las inyecciones de capital en la banca y la inundación de liquidez han frenado el riesgo de un colapso financiero. El enfermo está convaleciente, viene a decir la institución, pero ya no corre un peligro fatal.

La predicción del Fondo sitúa los brotes verdes de la economía española en el jardín de las ensoñaciones y confirma que la recesión será más duradera y dolorosa que en el resto del mundo. En el bosquejo del FMI, en 2010 se iniciará la recuperación económica mundial, con Estados Unidos y Japón en vanguardia, con crecimientos previstos del 0,8% y 1,7% respectivamente. España, después de una contracción del 4% -un punto peor que su pronóstico anterior- este año, soportará una desaceleración del PIB superior a la caída media de la UEM en 2010. Y, debido a las debilidades de su patrón de crecimiento, muy dañado por el estallido de la burbuja inmobiliaria, sufrirá elevadas dosis de desempleo hasta que no consiga crecimientos superiores al 2%. Es un diagnóstico conocido, pero que el Gobierno se resiste a aceptar basándose en unas estadísticas favorables -sobre todo en empleo- que en el otoño pueden convertirse en un espejismo.

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