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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Incógnitas en el golfo

La Administración de Obama debe investigar a fondo el accidente de la plataforma de BP

El incendio y explosión de una plataforma petrolífera de British Petroleum (BP) en el golfo de México, el pasado 20 de abril, ha provocado 11 víctimas y una catástrofe para el medio ambiente, probablemente más grave que el hundimiento del Exxon Valdez en 1989, que tendrá consecuencias de largo alcance para la industria petrolera en Estados Unidos. Del pozo afectado sigue manando una cantidad mal cuantificada de crudo (800.000 litros al día según algunas fuentes, cuatro millones de litros según otras) que ha generado una mancha de petróleo en la superficie marina de 80 kilómetros de longitud por 130 kilómetros de ancho. La mancha amenaza con contaminar el delta del Misisipi, incluidas sus reservas naturales, y las costas de Luisiana, Tejas, Alabama y Florida, donde puede causar cuantiosos daños en las pesquerías y el turismo.

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La industria de la exploración off shore dispone de protocolos de seguridad muy cuidadosos y de una tecnología sofisticada para evitar este tipo de desastres. Pero en este caso se detectan al menos dos anomalías que deberán aclararse: la primera es la causa de la filtración de crudo que salió a la superficie y causó la catástrofe; la segunda, la imposibilidad de cerrar las válvulas que tenían que haber sellado la boca del pozo después de la explosión.

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La respuesta política de Obama ha sido más templada de lo que dan a entender las voces alarmadas de los potenciales damnificados por la crisis. Para empezar, ha imputado a BP los costes de limpiar el vertido, y la compañía los ha aceptado. Después, ha reiterado la importancia para la economía nacional de extraer petróleo propio, aunque se ha mostrado dispuesto a detener la liberación de las reservas en la costa atlántica, sin que en ello haya contradicción, puesto que los sondeos en marcha se mantienen. Cuestión de oportunidad. Y, por último, ha prometido cambios legales y normativos para que no vuelva a producirse un accidente similar.

Es difícil predecir cómo se resolverá la crisis. Hay un clima de alarma, con una mancha de petróleo situada a nueve millas de Luisiana y un depósito submarino a 1.900 metros de profundidad del que sigue manando petróleo. Hay tecnología para sellar la filtración, pero aplicarla llevará entre 60 y 90 días. Es fácil pronosticar que el caso de la plataforma de BP dará lugar a una larga batalla legal.

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