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ANV aprovecha las basuras

La formación ilegalizada toma como bandera el conflicto de la incineración para recuperar protagonismo político y promocionar a sus alcaldes fuertes

Mikel Ormazabal

El municipio de Hernani, gobernado por la ilegalizada ANV, se convertirá mañana en la segunda localidad vasca donde se pone en marcha el sistema de recogida de la basura puerta a puerta, tras el de Usurbil, que lo mantiene desde marzo del año pasado. A finales de este mes se sumará el de Oiartzun. Los tres ayuntamientos, que tienen alcaldes de la izquierda abertzale y suman 34.800 habitantes, han encontrado en un asunto de orden local el mejor escaparate para hacer visible la marca ANV en la política vasca.

El conflicto de las basuras y de la incineración ha sacado a la izquierda radical de la paulatina marginación política en que estaba cayendo. La encarcelación de toda la cúpula directiva de Batasuna dejó a este mundo huérfano de referentes claros en la política vasca. La lucha que han emprendido ahora los tres consistorios guipuzcoanos le ha permitido proyectar a la sociedad nuevos rostros que no estaban quemados, como es el caso del alcalde de Usurbil, Xabier Mikel Rekondo

Tres alcaldías 'abertzales' lanzan un pulso a partidos e instituciones
A pesar del fallo judicial en contra, pretenden crear una estructura paralela

Hasta fechas recientes, muchas de las energías contestatarias de la ex Batasuna estaban enfocadas en el tren de alta velocidad. Las obras del AVE vasco han sufrido, desde 2007, alrededor de 70 ataques. ETA llegó al extremo más cruel al matar el 3 de diciembre de 2008 al empresario Inaxio Uria, propietario de una de las constructoras de la citada infraestructura. Durante ese periodo, los ayuntamientos de ANV participaron activamente en la campaña de acoso entorpeciendo los trámites para expropiar los terrenos. Cuando esta presión sobre el AVE parece que comienza a remitir, los radicales han encontrado un nuevo flanco para recuperar el protagonismo que estaban perdiendo. Un asunto medioambiental como las basuras, de orden local pero que afecta directamente a toda la ciudadanía, se ha convertido ahora en el último banderín de enganche con el que la izquierda abertzale pretende no caer en el ostracismo político.

La ofensiva liderada por Usurbil, a la que se han arrimado entusiásticamente Hernani y Oiartzun -los tres municipios son fronterizos con San Sebastián-, ha logrado en muy poco tiempo poner en jaque los acuerdos políticos que se habían alcanzado años atrás en Guipúzcoa en torno al tratamiento de los residuos. La estrategia de los ilegalizados ha conseguido, asimismo, reabrir un debate sobre la incineración que estaba aparentemente superado, lo que ha obligado a que todas las formaciones políticas se hayan tenido que volver a posicionar. En su lucha contra la construcción de la planta de combustión en los terrenos de Zubieta (San Sebastián), muy cerca de Usurbil, los ilegalizados han logrado atraerse el apoyo de los partidos de la izquierda (EB, Aralar y Alternatiba), además de todo el movimiento ecologista, lo que ha abierto un fuerte pulso político e institucional con el resto de partidos políticos.

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El controvertido sistema de la recogida personalizada de la basura es el resquicio político que le ha valido a la izquierda abertzale para explorar también una suerte de nuevo ámbito soberano de decisión mediante la creación de un órgano autónomo que gestionará la recogida y el tratamiento de los residuos urbanos de Usurbil, Hernani y Oiartzun. Esta nueva sociedad mercantil, denominada Garbitania Zero Zabor, se constituye como un sistema paralelo al modelo mancomunado existente en la actualidad en Guipúzcoa. Los tres ayuntamientos de ANV rompen los consensos institucionales y lanzan un órdago al resto de municipios al asumir competencias en materia de basuras que hasta ahora tenían delegadas en las mancomunidades. La estrategia de la izquierda abertzale, bajo el pretexto de ir contra la incineradora, es una huida hacia delante que desestabiliza el sistema establecido. Los radicales han anunciado que llegarán hasta el final en su idea de paralizar las obras de la incineradora, cuya puesta en funcionamiento se espera para 2013.

Los municipios aeneuvistas están dispuestos a seguir adelante incluso contando en este momento con un pronunciamiento judicial contrario a la fórmula de la recogida puerta a puerta. El Juzgado de la Contencioso-Administrativo número 2 de San Sebastián ha fallado esta misma semana en contra del acuerdo del Ayuntamiento de Hernani por el que adjudicó a una empresa el suministro de los contenedores que emplearán los vecinos de esta localidad para separar sus desechos. Precisamente, este auto del juez pone en tela de juicio la decisión de Hernani -semejante a Usurbil y Oiarztun- de arrogarse unas competencias locales para crear una estructura paralela de gestión de los residuos porque ataca los pilares de la mancomunidad a la que pertenecen (San Marcos).

El respaldo

- El pasado 12 de marzo el alcalde de Usurbil, Xabier Mikel Rekondo, presentaba en el Kursaal el llamado Pacto de Usurbil, que defiende la implantación en todo Gipuzkoa del puerta a puerta. Asimismo, pide una moratoria de 6 años en la construcción en Zubieta de una planta de incineración de basuras. En esta presentación le acompañaron miembros de lAlternatiba, Ezker Batua, Berdeak y Aralar, los sindicatos HIRU, LAB, CCOO, ELA, EHNE, EILAS y ESK, y los movimientos ecologistas Eguzki, Greenpeace, Ekologistak Martxan, así como la Coordinadora de plataformas contra la incineración de Gipuzkoa.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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