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Reportaje:

Algo más que vino y cola

La Escuela de Hostelería de Gamarra organiza el primer Campeonato profesional de Kalimotxo - Un cóctel con violetas gana el certamen

Es uno de los combinados más populares dentro y fuera de Euskadi. Asequible y fácil de preparar -su receta original sólo exige vino tinto y refresco de cola-, el kalimotxo reina en las txoznas de las fiestas populares de todas las localidades vascas y no hay botellón en el que no esté presente. Como otros tantos hallazgos exitosos, esta bebida surgió a partir de un contratiempo. Ocurrió en 1972, año en que la cuadrilla Antzarrak de Algorta fue la encargada de organizar las fiestas del Puerto Viejo.

"Compramos dos mil litros de vino en botellas de plástico y, todavía no sabemos por qué, quizá el plástico era de mala calidad, se nos picó. Teníamos que hacer algo, ya que el suministro dependía de nosotros", cuenta uno de los miembros del grupo de amigos, Agustín Martínez. Y la solución fue mezclar el vino con refresco de cola, mucho hielo y cortezas de limón y naranja. Visto el éxito del brebaje, sólo faltaba bautizarlo. "No dábamos con un nombre que nos sonara bien hasta que unimos los apodos de dos amigos: Kalimero y Mortxongo", rememora Agustín.

La combinación nació para 'matar' el sabor del vino picado
El jurado valoró el sabor, la presentación y el estilo del autor

Han pasado 38 años de aquel feliz descubrimiento, siempre ligado a la fiesta juvenil y casi nunca equiparado a la categoría de otros cócteles con nombres glamourosos y aires mucho más distinguidos. Convencido de que el kalimotxo no es sinónimo de "baja calidad", sino que puede medirse con otros combinados siempre que se elija un "vino adecuado", Mikel Garaizabal, enólogo, sumiller y profesor de la Escuela de Hostelería de Gamarra, en Vitoria, organizó ayer el primer Campeonato Profesional de Kalimotxo.

En opinión de Garaizabal, un "cóctel universal vasco" de calidad debe elaborarse con un buen vino de año de Rioja de maceración carbónica. "Son muy aromáticos y tienen poco cuerpo", explica el experto. Fue precisamente un vino joven de este tipo el que utilizó ayer la ganadora del certamen, Iratxe Nájera, de 28 años y alumna de primer curso de Restauración en Gamarra. Pero su kalimotxo contenía mucho más. La idea era que los participantes aportaran un punto innovador en sus combinados, y el de Iratxe fue el sirope de violetas casero, los hielos de limón y una presentación diseñada con hielo seco.

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El jurado, del que formó parte Agustín Martínez en representación de Antzarrak, homenajeada ayer, valoró el aspecto final de la copa, el estilo y la seguridad al elaborarla y que el sabor del kalimotxo original no desapareciera entre tanto toque novedoso.

Iratxe, que decidió presentarse sólo dos días antes por "vivir una experiencia", estaba en "una nube". Tras conocerse el fallo, sus compañeros de clase de pan le recibieron la abrumaron con sonoros aplausos y felicitaciones. Antes de decantarse por las violetas probó "con maracuyá y angostura", pero recordó que a ella, cuando hacía botellón, le gustaba tomar el kalimotxo con licor de mora, así que pensó: "¿Por qué no iba a gustar a los demás?".

Su kalimotxo batió al de un sumiller profesional madrileño y a cuatro hosteleros vascos. Uno de ellos, Juan José Barquilla, de Agurain, quedó en segundo lugar con una combinación aderezada con sorbete de limón, hielos de frutos del bosque y espuma de bergamota.

Varios participantes del Campeonato Profesional de Kalimotxo, ayer en un momento de la prueba.
Varios participantes del Campeonato Profesional de Kalimotxo, ayer en un momento de la prueba.

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