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Reportaje:Universidad

Espaldarazo al afán de superación

Cinco estudiantes de la UPV obtienen el primer premio de fin de carrera nacional - El secreto es "ser exigente con uno mismo", cuentan tres de ellos

La nota media en sus expedientes supera el 9,5. Un año después de graduarse, ya han encontrado trabajo o mejoran su formación con licenciaturas y doctorados. Todo ello, afirman, sin encerrarse en la biblioteca ni renegar del tiempo de ocio. Tres de los cinco estudiantes de la Universidad del País Vasco (UPV) que han obtenido el primer premio de fin de carrera que concede cada año el Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) entre el alumnado de las 70 universidades españolas cuentan su secreto: ser extremadamente exigente con uno mismo y ponerle ganas.

El MEC otorga un primer premio de 3.000 euros al estudiante más brillante de cada una de las 69 principales titulaciones. Otros nueve estudiantes de la UPV han accedido también al segundo y tercer premio. No es la primera vez que el alumnado de la UPV es premiado, pero la promoción 2005-2006 ha sido especialmente galardonada, recalcó el centro.

Aloña Martiarena, Maite Iturre, Sergio Garmón, Izaskun Inza y Nerea Etxaniz han presentado los mejores expedientes de toda España en sus respectivas titulaciones. Mientras que Inza realiza Ingeniería de Caminos en Burgos y Etxaniz ya trabaja como topógrafa en una empresa guipuzcoana, los otros tres compañeros siguen vinculados a la universidad vasca: Martiarena (Irún, 1985) estudia la licenciatura de Administración y Dirección de Empresas, e Iturre (Sao Paulo, Brasil, 1979) y Garmón (Vitoria, 1983) se están doctorando.

Además de la ilusión que causa el reconocimiento, los dos doctorandos ya han comprobado que facilita acceder a una beca de investigación. Martiarena también espera que el premio le abra puertas cuando solicite realizar una maestría en el extranjero.

Iturre y Martiarena nunca han suspendido. Sus calificaciones más bajas han sido un 9 y un 8, respectivamente. El químico suspendió algún examen parcial, pero su expediente tampoco baja del 9. Reconocen haber sido siempre alumnos brillantes. "Una asume una disciplina y la mantiene; como con todos lo hábitos", argumenta Iturre.

Ni se consideran superdotados ni tienen grandes secretos. Garmón destaca la vocación como el más importante. "Si no te atrae lo que estudias, nunca das todo. Hay que esforzarse, pero lo que te gusta cuesta menos". La politóloga apunta el esfuerzo como factor clave, aunque en su caso afirma que no fue excesivo: "Pasaba los apuntes a diario porque de lo contrario no entendía mi letra. Como tengo memoria fotográfica, con eso se me quedaban las cosas. Cuando llegaban los exámenes, ya lo tenía re-visto", recuerda.

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Sus historias personales dejan entrever otra clave: un espíritu de superación constante. Iturre, argentina nacida en Brasil, vino a Euskadi para estudiar euskera y ha realizado la carrera en esta lengua. Martiarena ha destacado también compitiendo como atleta: "Intento hacer cada cosa lo mejor posible. Me pongo retos por superarme, no por ser mejor que nadie". Garmón también comparte esa filosofía: "Soy perfeccionista, me pico conmigo mismo, me gusta saberlo todo".

Aunque afirma tener las aficiones habituales (deporte, música y también salir de fiesta), la argentina confiesa que le han marginado por "empollona" y que aún hoy le hacen sentir "un bicho raro". Martiarena lo lleva bien: "Me río de mi misma. Mis amigos saben que paro poco por casa. Si no mantienes tu espacio, te agobias y te frustras".

Con euskera aprendido

La de Maite Iturre es una historia especialmente llamativa. Esta argentina nacida en Brasil vino al País Vasco para mejorar su euskera -había empezado a aprenderlo en un centro vasco- y decidió quedarse para sacar el EGA. Se matriculó en Ciencias Políticas en esa lengua "para no perderla" y no sólo logró licenciarse, sino que lo hizo con una media de 9,6. Por si fuera poco, también cursó un año en Barcelona estudiando en catalán.

Ahora realiza sustituciones mientras prepara una tesis doctoral sobre los conflictos por la energía. En euskera no se le nota en acento, pero cuando sus compañeros le escuchan hablar en castellano con aire porteño no pueden reprimir los gestos de sorpresa, cuenta divertida.

Iturre es una auténtica apasionada del euskera, y no por tradición familiar, ya que sus antepasados vascos no la hablaban. Le fascina que sea "tan diferente de las latinas y con una estructura tan lógica". "Es un mito que sea difícil. Cuesta romper los esquemas, pero no contiene tantas irregularidades como las lenguas latinas", argumenta en tono didáctico. Planea volver a Argentina, pero no sabe si para quedarse. "Me siento en deuda con mi país, pero nunca me planteo las cosas a largo plazo".

Los cinco galardonados

- Aloña Martiarena. Superó el 9,5 de media en la diplomatura de Empresariales. Epera licenciarse en juni0.

- Izaskun Inza. Ingeniera técnica en Obras Públicas, finaliza Ingeniería de Caminos en Burgos.

- Maite Iturre. Sacó un 9,6 en Ciencias Políticas. Realiza sustituciones en la UPV mientras se doctora.

- Nerea Etxaniz. Trabaja como topógrafa en una empresa de San Sebastián.

- Sergio Garmón. Obtuvo un 9,8 en Química. Quiere dedicarse a la investigación.

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