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Marcos Giralt narra en "París" "la búsqueda de un punto de vista propio"

Marcos Giralt Torrente (Madrid, 1968) asegura que es "absolutamente introvertido y tímido". Sin embargo cometió el error de presentar su primera novela al Premio Herralde 1999. Y ganó. Ahora ya no puede esconderse tras las cubiertas de los libros que ha "devorado" incansable desde pequeño. Ayer acudió a Bilbao a promocionar su novela, en un viaje de apenas unas horas. París (Editorial Anagrama) es para su autor una obra "sobre el intento de conseguir un punto de vista propio, de iniciación".

"La memoria está muy presente en París. La peripecia del narrador se desarrolla en torno al pasado de sus padres y al suyo. Sin embargo, no es una novela de la memoria, como se ha afirmado. Yo diría que trata sobre la conquista de una visión propia del mundo", comenta Giralt, un tanto desbordado por la promoción y las entrevistas, "aunque aún no tengo que acudir a muchas ciudades, por ahora sólo Bilbao".Marcos Giralt Torrente, nieto del fallecido Gonzalo Torrente Ballester, eligió presentarse al Herralde con plena consciencia. "Sin duda es el premio más literario de cuantos hay ahora mismo", afirma. "Además, mi primer libro, de cuentos, Entiéndame, me lo publicó Anagrama, que me ha tratado muy bien. Presentarme a otro premio habría significado renunciar a publicar en Anagrama [Jorge Herralde es el editor de Anagrama], y no estaba dispuesto", dice. Giralt quiso presentar esta novela a la edición anterior, pero no llegó a tiempo. Durante el año de espera se dedicó a corregir la obra.

El escritor reconoce que comenzar una carrera novelística con el Herralde a cuestas le pone "el listón muy alto". "Siempre he creído que si te gusta de verdad lo que haces, tienes que arriesgarte", comenta. Ahora se debate entre finalizar un nuevo libro de relatos -"me faltan dos o tres cuentos para que sea un libro"- o atacar una nueva novela. "Prefiero esto último. Tengo una idea, pero aún muy difusa. Me gustaría cambiar de registro, pero supongo que al final se parecerá a París. A ver si tengo un poco de tiempo para darle forma después de esta vorágine de la promoción", comenta.

La gran figura literaria de su abuelo no le pesa sobre sus trabajos. "Quizá si fuera su hijo en vez de su nieto...", aventura. "El tipo de literatura que yo hago es muy diferente al suyo y no da lugar a comparaciones", sentencia. En cuanto al hecho de firmar con sus dos apellidos, afirma: "Conservar el apellido de la madre es una de las cosas buenas que tenemos en España; lo uso en homenaje a ella".

Giralt asegura que entre el personaje de su novela y él no hay similitudes. "Lo único que tenemos en común es que ambos somos hijos únicos", afirma tajante. Insistiéndole un poco más, reconoce que en esa aventura de iniciación y emancipación de su personaje ha vertido "sensaciones, pesadumbres, miedos y zozobras" que él ha sentido igual.

Sobre el título, París, una ciudad que no aparece en el libro, Giralt se explica: "Lo que mueve la investigación de la novela es una pregunta sobre algo que pudo haber ocurrido o no en París. Esa pregunta cruza toda la novela".

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