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EL PRIMER ALDERDI EGUNA EN LA OPOSICIÓN

Urkullu, ante su desafío más complejo

Trabas internas impiden al presidente del PNV liderar la oposición en la Cámara

El presidente del PNV será hoy, por primera vez desde 1979, el único orador al que escucharán los asistentes al Alderdi Eguna (Día del Partido). La soledad de Iñigo Urkullu sobre el escenario, con todos los cargos internos y representativos del partido a su espalda, y ante él las 100.000 personas que los organizadores esperan en la celebración, será la fotografía más clara del cambio en el PNV. Hace justo un año, Urkullu eligió esta fiesta para comunicar la designación de Juan Jose Ibarretxe como candidato a repetir en Ajuria Enea. Esta vez, en cambio, Ibarretxe ha preferido irse al extranjero a hacer el desfile de autoridades junto al también ex lehendakari José Antonio Ardanza, y no estará hoy para arropar a Urkullu en este primer trance.

El partido reconoce el problema que le causa su sistema de incompatibilidades
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Intento fracasado de modernización

El presidente del PNV aborda el periodo más difícil y de mayor incertidumbre de la historia del partido en democracia tras la escisión de 1986. Es el líder que ha perdido el poder, pese a ganar las elecciones autonómicas del 1-M, por el nulo margen para pactar con otras formaciones en que le dejaron las operaciones soberanistas de la última década y es el que tendrá que encontrar un candidato que sirva para recuperarlo, ya que él mismo no puede serlo al impedirlo los estatutos peneuvistas. Idéntica situación se ha traducido en otras formaciones en desorientación, división interna e, incluso, uno o varios líderes quemados antes de volver a estar en condiciones de intentar recuperar el poder. Es cierto que el PNV conserva una parcela de él con su control de las tres diputaciones. Desde ellas sugirió en los primeros días tras perder el Gobierno que seguiría liderando el país. Tal afirmación se va difuminando, al mismo ritmo que el Ejecutivo socialista asienta su labor. Así, la propuesta de pacto de estabilidad institucional y presupuestaria, apadrinada personalmente por Urkullu, fue rápidamente reconducida por el Gobierno a foros institucionales.

Joseba Aurrekoetxea, miembro de la ejecutiva nacional (el EBB), apunta que éste es "el momento del partido". "Partido" recetó también el propio Urkullu en el discurso de su elección como presidente de la ejecutiva en diciembre de 2007, en lo que se tomó como una primera acotación de la transferencia de liderazgo que se había producido hacia Ibarretxe.

Urkullu tiene un problema añadido al de los líderes de cualquier otro partido: no es el jefe de la oposición, porque no puede estar en el Parlamento y no será el candidato. El presidente del PNV, confinado a su despacho de Sabin Etxea por los estatutos de su formación, sólo puede marcar discurso desde ruedas de prensa, conferencias o inauguraciones de batzokis. Como hacía Xabier Arzalluz, pero sin serlo y sin su carisma. Es un problema que en el partido se reconoce, pero ante el que "nada se puede hacer", afirman los dirigentes consultados, tras el fracasado intento de 2007 de modernizar el sistema de incompatibilidades. Así las cosas, la política visible se la hacen otros, que también pueden, en cualquier momento, marcarle el paso o enmendarle la plana: los diputados generales; el portavoz del grupo parlamentario, Joseba Egibar, en la Cámara, y hasta Jokin Bildarratz desde su atalaya de la asociación municipal Eudel. Y pueden además hacerlo en registros bien distintos entre ellos, y, si cuadra, respecto a Urkullu. Ahí están las líneas rojas que trazó el miércoles Egibar en la Cámara sobre un nuevo acuerdo de unidad contra ETA que su presidente acababa de reclamar en una conferencia.

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Dirigentes del PNV hablaron con el PSE y con el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, antes de las vacaciones, pero Egibar oficializó en la Cámara que las estrategias son "incompatibles". Otro tanto cabe decir del marcado tono soberanista del diputado general guipuzcoano, Markel Olano, o de la reivindicación indirecta del espíritu de Lizarra hecha por la dirección del partido en esa provincia, que preside Egibar, al pedir la recuperación de Udalbiltza como "institución nacional" en su décimo aniversario.La ponencia política de la Asamblea de 2007 conservó la unidad, ayudada por la marcha de Josu Jon Imaz de la presidencia, pero lo hizo a costa de la claridad. Y Egibar sigue pensando que el crecimiento del PNV sólo puede hacerse por el lado del soberanismo, hablando el mismo lenguaje que la izquierda abertzale, de la que Urkullu, por contra, se aleja con rotundidad.Esa discrepancia inicial sigue teniendo vigencia y no la oculta un Egibar fortalecido en el control del grupo parlamentario, de dos ejecutivas regionales (la que preside y la alavesa) y, desde ellas, de las dos diputaciones correspondientes. Entre otras cosas, por eso Urkullu será el único orador. "El presidente del EBB es quien mejor nos representa", justificó Aurrekoetxea hace una semana. Su discurso de hoy se remontará treinta años para rememorar la vuelta del lehendakari Leizaola del exilio, la aprobación del Estatuto y la constitución de los primeros ayuntamientos democráticos

Los operarios terminaban ayer de instalar en las campas de Foronda, en Vitoria, el escenario en que el PNV celebrará hoy su Alderdi Eguna.
Los operarios terminaban ayer de instalar en las campas de Foronda, en Vitoria, el escenario en que el PNV celebrará hoy su Alderdi Eguna.PRADIP J. PHANSE

Los actos de hoy

- Desfile. Las autoridades institucionales y del partido desfilarán hacia el escenario a partir de las 11.15.

- 'Ikurriña'. La izada será sustituida por la composición por los presentes con carteles de una gigantesca enseña.

- Mitin. Empezará a las doce, con Iñigo Urkullu como único orador.

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