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Vizcaya aporta 19 millones para crear una sola empresa cubertera y cerrar 30 años de crisis

La nueva firma absorbe 150 empleos y nace sin los 20 millones de deuda de Jypsa y Malta

Después de casi 30 años de crisis, el sector cubertero vasco tiene un plan de viabilidad. Las dos únicas empresas -Jypsa y Malta, ubicadas en Gernika- se fusionarán con el apoyo de la Diputación de Vizcaya, que aportará 19 millones de euros. Esta cantidad servirá para construir una nueva planta, también en Gernika, y financiar el plan de inversiones, el traslado de maquinaria y el reajuste laboral. La fusión absorberá 150 de los 185 empleos. La nueva companía nacerá libre de cargas y las deudas de Jypsa y Malta, unos 20 millones, irán a un proceso de liquidación.

La reordenación de este sector, que llegó a dar empleo a 1.600 trabajadores, se ha intentado desde hace 21 años por parte del Departamento de Industria. La crisis empezó a finales de los 70, aunque tuvo un paréntesis entre 1987 y 1992, gracias a las ventas de cubiertos financiados por los bancos y las cajas de ahorro. El último intento de ordenación, que pasaba por crear una única empresa, se produjo en 1997, pero no cuajó por las diferencias entre las firmas. Entonces había tres: Jypsa (que comercializa los cubiertos Dalia), Malta e Idurgo, pero esta última ya cerró hace unos años.

Las dos supervivientes siguieron con problemas y con pérdida de empleos: Jypsa ha pasado de los 166 trabajadores de 1997 a los 95 actuales, y Malta, que en 1997 disponía de 157 empleados, se ha quedado en 90. La situación de ésta es escialmente crítica, al estar en un procedimiento concursal y tener una deuda de 18 millones de euros, según los datos aportados ayer. Jypsa, que fue la que mejor aprovechó las promociones bancarias entre 1987 y 1992 para modernizar la fábrica y financiar jubilacioens anticipadas, arrastra dos millones de pérdidas.

Un año de gestiones

La intervención de la Diputación se inició hace casi un año ante los rumores de que varios grupos inmobiliarios y constructores se interesaban por la compra de los terrenos de Jypsa, ya que el Ayuntamiento de Gernika planea un cambio de uso urbanístico en esta zona. En ese tiempo se ha logrado vencer la tradicional desconfianza entre ambas firmas.

El acuerdo se concreta en la compra de los terrenos de Jypsa por parte de la Diputación, que abonará 19 millones de euros. El diptuado general José Luis Bilbao explicó ayer que siete millones se destinarán a la compra de la nueva nave -las instalaciones de Jypsa y Malta han quedado obsoletas- en el polígono industrial de Txaporta, en construcción. Otros cuatro serán para el traslado de maquinaria y las nuevas instalaciones; tres para inversiones, cuatro para el reajuste laboral y otro millón para operaciones financieras. "Aquí no hay pelotazos urbanísticos, los aprovechamientos [del suelo adquirido a Jypsa] tendrán carácter público", aseguró Bilbao, quen destacó que la operación evita que "alguien especule con ese valor urbanístico".

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La nueva empresa, cuyas instalaciones ocuparán 6.000 metros cuadrados, nacerá libre de cargas porque los terrenos comprados a Jypsa (más de 20.000 metros cuadrados) no tienen ninguna hipoteca. La deuda de 20 millones se liquidará en el procedimeinto concursal abierto, en el que se incluyen todas las instalaciones y el suelo de Malta, de 30.000 metros cuadrados.

José Luis Bilbao remarcó que la operación no supone "ninguna subvención", sino que hay "una compra para que se invierta todo", y sugirió que parte de los terrenos adquiridos pueden destinarse a pisos dentro del plan foral de viviendas.

La nueva empresa absorberá 150 de los 185 empleos actuales y que los excedentes se cubrirán "en un 90%" con jubilaciones anticipadas, dijo el gerente de Jypsa Enrique Ibisate. Anticipó que en 2008, "con un cálculo pesimista", la facturación alcanzará los 13 millones de euros. La intención es mantener las dos marcas, Dalia y Malta, y seguir en el mercado de gama media y alta.

Sabin Garaizabal, el síndico de la quiebra de Malta, destacó que la fusión ha solventado el "gran problema" del destino del dinero de la adquisción del inmovilizado. Apuntó que, con la intervención foral, "el seguimiento de los fondos va a ser más directo y más controlado".

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