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ESCENARIOS DE UNA CIUDAD FESTIVA | Días de diversión | La ciudad y los turistas

Más allá del titanio

El Museo Guggenheim destapó en 1997 una faceta turística de Bilbao casi inédita hasta entonces, que no ha dejado de afianzarse en el tiempo. La capital vizcaína absorbe el 31% del turismo que llega a Euskadi y en 2009 superó la barrera de los 600.000 visitantes por cuarto año consecutivo. Durante la Aste Nagusia, las oficinas de turismo sirven de buen termómetro para testar la afluencia de visitantes. El año pasado, atendieron a 78.515 personas durante los nueve días de fiestas, un 26% más que en 2008. De ellas, el 52% residía en Euskadi; el 26% provenía de otras comunidades autónomas, sobre todo, Cataluña, y el 22%, del extranjero, en especial de Francia e Italia. Al segundo grupo pertenece la familia García Rubio, de Valladolid, que va a pasar tres días en la villa. Una de sus primeras paradas es, precisamente, el Guggenheim.

"Nos dijeron que eran fiestas y nos animó más", dice un viajero italiano

El objetivo de su visita es, como la de tantos otros turistas, disfrutar de los dos museos más emblemáticos de la ciudad: el Guggenheim y el Bellas Artes. Pablo García y Charo Rubio esperan durante su estancia "disfrutar de las fiestas" y llevar a sus hijos, Gonzalo y Sergio, muy aficionados al fútbol, a ver San Mamés y el espacio que ocupará el futuro campo. Esta familia, como ocurre con el perfil de turista tipo que se acerca a Bilbao, no ha elegido la capital vizcaína como único destino. En los próximos días pasarán por las localidades cántabras de Suances y Castro Urdiales.

Por sí mismas, las fiestas atraen a Bilbao a decenas de cuadrillas de jóvenes que llegan para visitar a viejos amigos o a compañeros de universidad, como es el caso de las madrileñas María Revilla, Susana del Amo y Nuria Pérez, quienes, tras acabar 3º de Comunicación Audiovisual en la UPV han quedado con otro grupo de alumnos.

En su caso se cumple la aspiración de la concejal de Fiestas, Isabel Sánchez Robles, quien siempre ha defendido la Aste Nagusia como "motor del turismo". Tras alguna que otra larga noche de diversión, las jóvenes se han interesado por desplazarse a visitar otras localidades vizcaínas, como Gernika o Sopelana.

Entre los múltiples italianos que quieren disfrutar de las fiestas se encuentran los hermanos treintañeros Luca y Alessandro Di Salvo, que han viajado con sus novias, Sandra Pavan y María Nicoli. Ambas parejas han decidido cubrir en Bilbao parte de sus inquietudes culturales, pero también disfrutar "a tope" de la Aste Nagusia. "Nos dijeron que eran fiestas cuando reservamos y eso nos animó más", admite Luca.

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Plenamente integrados en su primera visita a la capital vizcaína, este grupo no ha dudado en dejarse seducir por la "excelente" gastronomía de la zona. Ya han visitado todos los bares recomendados en las guías, y sobre todo han "arrasado con los pinchos del Casco Viejo", reconocen.

Desde su perspectiva, la gran semana bilbaína puede presumir de una enorme concentración de actividades en apenas unos días. Vecinos de Ostia, localidad cercana a Roma, estos jóvenes han pasado por las txosnas, aunque les parecen espacios "algo sucios" y demasiado concurridos. Bocadillo en mano, asistieron el lunes al concierto de Marta Sánchez. Esa es precisamente una de las actividades que más público reúne cada Aste Nagusia: el año pasado, la asistencia a los conciertos creció un 22% sobre 2008.

A la espera de ver la repercusión turística del proyecto bilbaíno en la Expo de Shanghai, denominado Bilbao Guggenheim ++, cuya idea es demostrar que la capital vizcaína es el popular museo de titanio, pero también mucho más, la ciudad continúa proyectando su imagen por todo el mundo. El año pasado, Bilbao estuvo presente en 28 ferias turísticas internacionales y 14 jornadas de comercialización nacionales.

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