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Entrevista:MIKEL CABIECES | Delegado del Gobierno en Euskadi

"La derrota de ETA dejará tras de sí vencedores y vencidos"

Tras casi tres años y medio como representante máximo del Gobierno central en Euskadi, Mikel Cabieces afronta con tranquilidad la recta final de su mandato antes de las elecciones generales del 20 de noviembre. Está convencido de que seguirá en su despacho de Vitoria. "¿Ha pensado usted en comprar una cachava aunque no esté cojo? Pues yo tampoco contemplo una victoria de Rajoy", argumenta.

Pregunta. ¿No ha preparado entonces las maletas?

Respuesta. En el partido me han dicho que están contentos con mi trabajo, que creen que lo he hecho bien y que tendría que seguir en el puesto. Y yo estoy siempre a disposición de mi partido y mi Gobierno. No tengo ningún inconveniente en seguir.

"El Estatuto es un lugar de encuentro, no una cesión del nacionalismo"
"Una sociedad que se apoya solo en el 51% de la población se va al garete"

P. Pero no pintan bien las encuestas para el PSOE.

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R. No son favorables, desde luego, pero quienes deciden son los ciudadanos en las urnas. ¿Por qué no van a valorar que hemos ido con la verdad por delante? Es cierto que hemos tomado decisiones muy duras, pero también que lo hemos hecho para evitar otras más difíciles. Rubalcaba está mejor valorado que Rajoy y tiene más credibilidad. Si dice que no va a tocar el gasto en sanidad o educación, no lo hará. El PP no puede dar lecciones. Donde ha gestionado la crisis lo ha hecho mal. Solo hay que mirar a la Comunidad Valenciana o al Ayuntamiento de Madrid, el más endeudado.

P. ¿Qué ha conseguido usted como delegado?

R. Nuestro objetivo ha consistido en que se visualice todo lo que el Gobierno central hace por Euskadi en el marco de sus competencias. Que no es poco. Durante los siete últimos años, la inversión en el País Vasco ha sido un 71% superior a la de la etapa anterior del PP en La Moncloa. Y eso sin contabilizar partidas como las del Plan E o las dedicadas a investigación y desarrollo. Tampoco se puede olvidar el protagonismo del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil en la lucha contra ETA. Su actuación ha sido brillante, como poco, estos últimos años.

P. A falta de que desaparezca ETA, ¿ha sido su arrinconamiento y la deslegitimación del terrorismo el gran logro de los últimos años?

R. Sin ánimo de introducir la lucha contra el terrorismo en el debate electoral, no cabe duda de que ha sido la eficacia policial la que nos ha traído hasta aquí. Sin ETA débil hubiera sido imposible lo que está pasando. La deslegitimación por parte de su propio mundo ha sido una consecuencia.

P. ¿Se antoja cercano el fin de la violencia?

R. Es una decisión que corresponde a quien la ejerce, no a nosotros. Pero sí que ETA está más débil que nunca. Ha calado en su entorno que no van a obtener ningún beneficio político, que ningún Gobierno va a ceder ante su chantaje. Por eso ya se la ha derrotado.

P. ¿Podría afectar un hipotético triunfo del PP al nuevo escenario político vasco?

R. Ni lo preveo ni pienso entrar en ese juego. Contra la banda, el esfuerzo debe consistir en unir a los partidos democráticos. Todo lo que suponga fragmentación entre nosotros nos debilita. Por eso hay que excluir la lucha contra ETA del interés partidario. Sobre todo, ahora que se aprecia que podemos estar tocando el final de la violencia con las manos.

P. Pero aún no se ha conseguido su derrota definitiva.

R. Por eso el Gobierno va a seguir aplicando la misma política. No va a haber cambios.

P. ¿A qué se deben entonces los guiños que se han sucedido en las últimas semanas?

R. No son guiños. Lo que hay es una sociedad democrática que seguirá cuando ETA se vaya. Con sus leyes y su política penitenciaria, a las que se ajustará todo lo que se haga, como ya se hace en la actualidad. Tenemos un mandato constitucional que dice que hay que favorecer la integración de los presos siempre que pidan perdón y pretendan reparar el daño causado. El problema es que los reclusos etarras han estado sometidos siempre a los dictados de la banda, que les ha impedido disfrutar de sus derechos.

P. ¿Se baraja algún nuevo comunicado antes del 20-N?

R. ETA y su mundo siempre han sido especialistas en que los demás hablemos de lo que ellos van a hacer y yo me niego a darles pábulo. Decir lo que harán les corresponde a ellos. A nosotros nos toca trabajar para que desaparezcan.

P. ¿Considera la conferencia de paz que mañana se celebrará en San Sebastián como un ejemplo más de esa estrategia?

R. Ya dijo el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, que se trataba de una escenografía. Insisto en que ha sido la política desarrollada la que nos ha traído hasta aquí. La situación en la que estamos es la que está provocando movimientos, no son los movimientos los que han provocado situaciones. Después del lunes... viene el martes.

P. Y después muchos otros días. Cuando ETA acabe...

R. Entonces será importante fijar el recuerdo, la memoria de lo que ha pasado, para que no vuelva a ocurrir nunca más.

P. ¿Será difícil extraer una lectura consensuada?

R. No tiene que ser consensuada, sino limitarse a reflejar lo que ha pasado. La verdad. Que una organización terrorista intentó imponer por la vía de las armas un proyecto totalitario a la mayoría de la sociedad, que no pensaba como ella. Muy especialmente a quienes no eran nacionalistas.

P. Hay quien prefiere ver un conflicto político.

R. La banda no surgió porque existiera un conflicto político que la llevó necesariamente a ello. Es como suponer que un ladrón roba un banco porque lo han puesto y no porque quiera el dinero. Pensar distintos unos de otros no es equivalente a conflictos. Habría miles en ese caso. El que quiere comprar una vivienda, el que está en paro... En clave política, el nacionalismo piensa distinto a nosotros y tiene sus propios objetivos, pero eso no es un conflicto.

P. ¿Hay lugar de encuentro?

R. El Estatuto sigue siendo nuestro punto de encuentro. Hay quien piensa que solo nos gusta a algunos y no a ellos. Por eso, siempre buscan un punto distinto, a medio camino entre el Estatuto y su posición. Lo que olvidan es que el propio Estatuto ya fue un lugar de encuentro entre su posición y la de otros. Los nacionalistas siempre han entendido que cada nueva Ley no era un punto de unión, sino un logro en el que situaban a los que no pensaban como ellos y desde el que podían avanzar hacia otro supuesto punto de equilibrio. Una sociedad que se pretende sustentar sobre el 51% de la población se va al garete.

P. ¿Cabe un final con vencedores y vencidos?

R. Así debe ser. El triunfo contra ETA se traducirá en que cuando desaparezca no habrá logrado nada de lo que pretendía. La Constitución, el Estatuto y las leyes seguirán ahí. Quienes apoyaron la democracia serán los vencedores y quienes estuvieron en contra quedarán derrotados. Sobre eso no hay duda. Al igual que los demócratas ganaron cuando quienes apoyaban el franquismo intentaron dar un golpe de Estado.

"Sin el Gobierno, Bilbao no sería lo que es"

Pregunta. ¿En qué se han traducido las inversiones del Gobierno central en Euskadi?

Respuesta. El recién inaugurado Basque Culinary Center (BCC) es solo una muestra de ellas. El Ejecutivo no ha sido ajeno a ninguna de las grandes actuaciones que se han llevado a cabo en el País Vasco en los últimos años.

P. ¿Ejemplos?

R. Sin la colaboración del Gobierno central, Bilbao no sería hoy lo que es. La sociedad interinstitucional Bilbao Ría 2000 ha sido clave en la regeneración urbanística y no hay que olvidar que la mitad de su presupuesto ha llegado desde Madrid. Solo en la capital se han invertido ya 700 millones de euros y cuando culminen todos los proyectos previstos serán 1.200, con actuaciones también en localidades como Basauri y Barakaldo.

P. ¿Se ha beneficiado a la capital vizcaína sobre las de los otros dos territorios?

R. Lo mismo ocurre si se mira a San Sebastián, donde además del BCC se han impulsado la reforma del Museo San Telmo, la Talent House o la pasarela de Monpas. Y en Vitoria, el convenio para el soterramiento de las vías del tren y el impulso del anillo verde. Algo habrá contribuido el Gobierno central a su designación como capital verde.

P. ¿Qué proyectos le gustaría impulsar en los próximos años?

R. Me conformo con que se vayan desarrollado todos los que hay previstos. Creo es un objetivo ambicioso en tiempos de crisis en los que hay que definir prioridades.

P. El AVE vasco es una de las que se han marcado.

R. Va a ser la infraestructura más importante de Euskadi. Por eso no se va a ver tan afectada por la crisis.

P. ¿Se mantienen los plazos previstos para su entrada en funcionamiento?

R. Todos los cálculos apuntan al año 2016, aunque habrá que esperar para comprobarlo. Este Gobierno se ha volcado en la ejecución de las obras, porque entendemos que hay que hacerlas cuanto antes, pero sin poner en riesgo la seguridad de los trabajadores y las medidas medioambientales. No hay que olvidar que el 12% del presupuesto está destinado a minimizar el impacto natural del trazado.

P. No ha sido un proyecto sencillo.

R. Son muchos quienes merecen un homenaje por lo que están haciendo y, sobre todo, por lo que han hecho. En primer lugar, los trabajadores que han perdido la vida en las obras. Pero también las empresas que han soportado la amenaza y los ataques por parte de ETA.

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