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Un grupo 'madracista' buscó refugio en Bildu tras el escándalo de EB en Álava

Madrazo acude hoy como "invitado" a la asamblea que ratificará la ruptura

El volcánico divorcio en Ezker Batua (EB) entre el sector tutelado por el excoordinador general, Javier Madrazo, y el encabezado por su sucesor, Mikel Arana, con el apoyo de Izquierda Unida (IU), llegará hoy a un punto de no retorno con la asamblea que el madracismo celebrará en Bilbao. Se consumará así la separación entre dos corrientes que ya funcionan como sendos partidos, unidos solo por las siglas.

No parece que las heridas abiertas a raíz del escándalo de la negociación B en Álava, en la que el PNV reveló que el madracismo pidió puestos y dinero a cambio de sus votos, se hayan cerrado. Varios militantes destacados dan por muerto al partido. "Voy a tener que darme de baja dos veces en dos ventanillas diferentes, lo que ilustra el nivel de descomposición al que se ha llegado", explicó en su blog uno de ellos, Javier Burón, exviceconsejero de Vivienda con Madrazo, antes de desvincularse totalmente en julio pasado. EB, añadió entonces, "fundamentalmente será recordada en el futuro por este ultimo brochazo de pura y dura (presunta) corrupción".

"De dejar entrar en bloque a un grupo de EB, ni hablar", dice un dirigente de Bildu
Uzkudun: "Se planteó la necesidad de confluir en un frente de izquierda"

Así las cosas, un grupo trotskista, el Partido Obrero Revolucionario (POR), integrado en el sector madracista, intentó refugiarse en Bildu, la coalición independentista que reúne a la antigua Batasuna, EA y Alternatiba, partido que nació de una escisión de EB encabezada por Oskar Matute. Hasta en dos ocasiones, según fuentes de Bildu, entablaron contactos con la izquierda abertzale para entrar en la coalición.

El primer intento se produjo aprovechando una charla en Cataluña de un dirigente de la izquierda abertzale, en la que un responsable estatal del POR planteó abrir un debate para integrarse en Bildu, relata un dirigente de la coalición. El otro se registró durante un acto en Bizkaia, añade. Bildu, recalca, les trasladó de forma cortés que esa opción no era posible hoy por hoy. "Una cosa sería que fueran cada uno por su lado a la asamblea de su pueblo y que les aceptasen, pero de dejar entrar en bloque a un grupo de EB, ni hablar", explica dicho dirigente.

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"Lo que se planteó es la necesidad de confluir todos en un frente amplio de la izquierda", matiza uno de los integrantes del POR en Euskadi, Jesús Uzkudun. "Durante una reunión en agosto, mi corriente política, a nivel estatal, intercambió opiniones con la izquierda abertzale, pero no se habló de una integración en Bildu. Javier Madrazo estaba al tanto y de hecho él se reunió con ellos después", añade.

Uzkudun, que siempre ha mantenido buenas relaciones con la izquierda abertzale, es ahora uno de los rostros visibles del colectivo Erabaki, que participará en la asamblea de hoy a pesar de que considera de que EB ha dejado de ser un "instrumento válido" para aglutinar a la izquierda vasca. El colectivo defiende la necesidad de un "frente amplio" como contrapeso al "neoliberalismo", reivindicando el "derecho a la autodeterminacion" para Euskadi y Navarra.

Erabaki cree que la intención de Arana de dejar el control del censo en manos de un organismo externo vinculado a la dirección de IU, en manos del PCE, supondría convertirla en una mera "sucursal". Erabaki también se muestra crítico con lo ocurrido en Álava, tanto en el fondo, por abrir paso a un gobierno del PP, como en las formas por la imagen dada en la negociación B. Sus "autores e inspiradores", afirma el colectivo, deben "desaparecer cuanto antes de la escena política". Hoy plantearán también en una de sus enmiendas que EB firme la Declaración de Gernika.

En este complejo panorama celebrará hoy su asamblea el madracismo, que contará con el respaldo del diputado de IU, Gaspar Llamazares, líder del sector crítico con la direción federal encabezada por Cayo Lara. Los madracistas anunciaron también la presencia de Jone Goirizelaia en nombre de la izquierda abertzale. Madrazo acudirá solo como "invitado", tras dimitir en 2009 como coordinador, volver semanas después como presidente, dejar este cargo en mayo de 2010 y darse de baja como militante de EB tras el escándalo alavés en julio pasado.

Ninguna demanda contra el PNV

Dirigentes alaveses de EB amenazaron con llevar al PNV a los tribunales por calumnias después de que el diputado general saliente, Xabier Agirre, afirmara en julio en el pleno de investidura que el sector madracista -citó en concreto a Javier Madrazo y, sobre todo, a Serafín Llamas- exigió para apoyarle un crédito de 600.000 euros sin aval. A ello se sumaban 300.000 euros en subvenciones para distribuir a su libre albedrío, así como puestos en entidades públicas para 39 afiliados, además de cargos destacados para sus dirigentes. Hoy por hoy, no se ha presentado ninguna demanda, según confirmaron ayer fuentes oficiales del sector madracista.

Llamas, considerado el escudero de Madrazo, reconoció en parte lo relativo al crédito, negó que se hablase de puestos y atribuyó lo ocurrido a una "trampa urdida por el PNV". De momento, ha dejado sus cargos de forma cautelar y la portavocía del madracismo ha recaído en José Navas, para quien se pidió un puesto en el Consejo de Administración de Caja Vital, según los peneuvistas. El secretario de Organización, Sergio Fernández, ha firmado también varios comunicados.

EB de Álava se ha convertido en el último bastión de poder del madracismo y su principal fuente de financiación después de que el coordinador general, Mikel Arana, cambiase el número de cuenta en el que recibe los ingresos por su escaño en el Parlamento vasco. Su sector ha estrenado esta semana nueva sede.

Dirigentes madracistas en Álava afirman que la mesa B se desarrolló a sus espaldas y que creen conveniente que las cosas cambien, aunque excluyen de plano cualquier reencuentro con Arana. Las tensiones en la organización territorial siguen latentes, hasta dentro del propio sector. Las dos representantes en las Juntas Generales son Nerea Gálvez, prima de Madrazo, y Mertxe Etxezarreta, persona de la máxima confianza de la exparlamentaria Kontxi Bilbao, considerada madracista pero con mayor autonomía con respecto a la línea marcada hasta ahora desde Bilbao, según diversos dirigentes.

A todo ello habrá que sumar la presión que los representantes de la corriente encabezada por Arana, que incluye al Partido Comunista de Euskadi y el sector crítico EPA, tienen previsto ejercer contra las junteras. Antes del parón veraniego, se habló incluso de convocar caceroladas frente al Legislativo provincial.

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