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Entrevista:DUDLEY R. HERSCHBACH | Premio Nobel de Química en 1986

"Si la humanidad está en apuros, la ciencia acude al rescate"

Pregunta cómo va la candidatura de San Sebastián para la capitalidad cultural europea y elogia el trabajo del Donostia International Physics Center, donde transcurre la entrevista. Dudley Herschbach, Premio Nobel de Química en 1986 por su estudio de los procesos químicos elementales, dará hoy una conferencia en el Museo Guggenheim de Bilbao, invitado por la fundación Ikerbasque. Su extenso currículo incluye también una participación en un capítulo de Los Simpsons, así que la primera pregunta es casi obligatoria.

Pregunta. ¿Qué da más prestigio, ganar un Nobel o salir en Los Simpsons?

Respuesta. Sin duda alguna, salir en Los Simpsons. Allá donde vaya, sobre todos los jóvenes, están más interesados en mi participación en la serie. Salí 14 segundos en un episodio porque un estudiante mío que acabó trabajando en el programa me fichó. Pero no lo he puesto en mi currículo. [Sí figura en su entrada en Wikipedia].

"Salir en 'Los Simpsons' da más prestigio que el Premio Nobel"

P. ¿Resulta muy competitivo el mundo científico?

R. La manera en que enseñamos la ciencia, con notas y exámenes, da una impresión errónea. La idea de que la ciencia es muy competitiva es una impresión superficial. A diferencia de otras actividades humanas, la cooperación es intrínseca. Tu competidor, por ejemplo, tiene que hacer público lo que ha encontrado. Todo es accesible para todos, por lo cual el enfoque de tu competidor puede ayudarte más a ti que a él mismo. Con Internet, la cooperación se ha disparado. Es habitual ver publicaciones firmadas por gente que trabaja en cuatro o cinco países.

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P. ¿Puede la ciencia ayudarnos a salir de la crisis?

R. A menudo. En la historia es lo que ha sucedido. Cuando la humanidad está metida en problemas, la ciencia llega al rescate. Ahora el desafío medioambiental es muy grande y la ciencia tendrá que ayudarnos con tecnologías e innovaciones que, a día de hoy, no vislumbramos. Los jóvenes están muy interesados en esto. En Harvard, hace unos años empezó un programa de ciencias ambientales y políticas públicas. Tuvo éxito inmediatamente: se les da una sólida formación científica, pero también política, porque esto no es sólo una cuestión técnica. Poner a más de 190 países de acuerdo no es fácil.

P. ¿El trabajo de investigador resulta gratificante?

R. Mucho. Hacerse científico es parecido a dedicarse a la música, pero hay una gran diferencia: nosotros podemos tocar mal las notas y no pasa nada. No hay castigos. Y si haces investigación de vanguardia, es muy probable que te equivoques muchas veces antes de hallar una respuesta.

P. Casi como un juego.

R. Me gusta decir que la ciencia tiene algo de juego de niños. Cuando aprenden a hablar, no se preocupan de si lo hacen bien o mal, a diferencia de lo que se les dice en la escuela. Hacemos algo parecido en la investigación básica: intentamos entender el lenguaje de la naturaleza, descifrar las palabras y la gramática para después leer los mensajes. A menudo, lo que aprendemos es la inmensidad de lo que no sabemos.

P. Participa también en la concesión de los premios Ig-nobel a las investigaciones más raras.

R. Intentamos transmitir que la ciencia es divertida y no inaccesible. Hoy en día, algunos de los premiados están encantados. Un empresario coreano inventó un traje que huele incluso mejor con el calor frotándolo. La publicidad le vino bien.

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