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Un zurcido maestro para Balenciaga

El museo con la obra del modisto de Getaria se inaugura tras doce años y una fraudulenta gestión de los fondos públicos - La inversión final es de 30 millones

El Museo Cristóbal Balenciaga de Getaria, que se inaugura el martes, es hoy una realidad después de doce años de recorrido anguloso y una inversión pública de 30 millones de euros. Un proyecto de altura que perseguía la creación de un museo con el que homenajear a Cristóbal Balenciaga (Getaria, 1895-Valencia, 1972), uno de los grandes maestros de la moda, en su localidad natal.

Personalidades ilustres como la Reina Fabiola de Bélgica, modistos como Hubert de Givenchy, Emanuel Ungaro o Yves Saint Laurent y amigas y clientas como Sonsoles Díez de Rivera fundieron su nombre al de la Fundación Balenciaga. De la mano de las instituciones, querían que la obra del maestro tuviera un espacio propio desde donde proyectarse al mundo. Y ese pequeño punto en el mapa era Getaria, donde el modisto se crió junto a su padre pescador y su madre costurera.

Las instituciones y los patronos quieren abrir una nueva etapa
El museo procura una vocación didáctica sobre la figura del modisto
Se exhibirán vestidos creados para el Festival de Cine de Donostia
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El primer paso firme se dio en 1999 cuando se creó la Fundación Balenciaga formada por el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Getaria. Aunque la idea germinó doce años atrás durante el 50º aniversario de la apertura de la Casa Balenciaga en París.

En contraposición al carácter serio, riguroso y elegante del modisto guipuzcoano el camino allanado durante más de una década para hacer realidad el museo ha estado plagado de escollos que han dado vida a un guión más propio de los folletines radiofónicos que de un proyecto de la talla de uno de los mayores creadores de la alta costura.

Desvíos de fondos y falsificación de documentos, administración desleal y apropiación indebida de fondos públicos, combinado con una historia personal que trascendió de forma escandalosa a lo público entre dos personajes clave en esta historia, y hoy imputados, el exalcalde de Getaria Mariano Camio y el arquitecto cubano Julián Argilagos, el único que aún no ha declarado en los Juzgados de Azpeitia.

El impecable pero costoso zurcido al Museo Balenciaga ha supuesto a las arcas públicas 30 millones de euros entre los gastos destinados a la primera y segunda fases de las obras, el proyecto museográfico y las actividades emprendidas hasta la fecha. Un presupuesto que partió de 6 millones, se duplicó y Camio lo justificó diciendo que era una cifra ajustada en función de la financiación que en aquel momento tenían asegurada.

En 2008, se reiniciaron las obras que fueron paralizadas cuando el Gobierno central canceló su financiación al destaparse las irregularidades. El Gobierno vasco, la Diputación de Guipúzcoa y el Ministerio de Cultura sanearon los números rojos -1,5 millones- y en 2010 se llevó a cabo la refundación de la Fundación. Así comenzó una nueva etapa. "Hemos trabajado duro, llenos de ilusión, una vez que tomamos la difícil decisión de sacar adelante el proyecto", reconoce a EL PAÍS, María Jesús Aranburu, diputada de Cultura. En este último tramo, las cuentas se cuadraron de la siguiente forma; cuánto falta para acabar el proyecto y cuánto ha puesto cada institución. Finalmente, las aportaciones han correspondido en un 35% al Gobierno vasco, el mismo porcentaje a Diputación de Guipúzcoa y en un 30% al Ministerio de Cultura. El Ayuntamiento de Getaria cedió los derechos del uso del suelo. Del total de la inversión, 25 millones se han destinado a obras y 4,6 millones a la rehabilitación del Palacio Aldamar, casa veraniega de los marqueses de Casa Torres, abuelos de Fabiola de Bélgica y lugar donde Balenciaga sucumbió a la alta costura jugando con retales y agujas de su madre que cosía para la aristocracia.

Ni instituciones, ni patronos de la Fundación quieren mirar atrás. Hay una especie de pacto silencioso para hacer borrón y cuenta nueva. "No voy a decir que nos olvidemos de lo anterior [proceso judicial] porque eso tiene que recorrer su propio camino pero me quedo con la satisfacción de haber llegado a buen puerto", explica Aranburu. En esta misma línea, la consejera de Cultura, Blanca Urgell, afirma que lo "unico que queremos es que la gestión sea impecable porque Balenciaga no debe estar mezclado con escándalos. Esa ha sido nuestro principal empeño".

Un coloso acristalado encierra la colección permanente de Balenciaga compuesta por 90 piezas entre trajes y complementos. El Museo además exhibirá de forma rotatoria parte de las 1.200 piezas de su fondo y que han sido cedidas o donadas por particulares e instituciones privadas y públicas.

El Museo Cristóbal Balenciaga busca dinamizar su vocación monográfica. Quiere convertirse en un centro internacional con vocación didáctica, divulgativa e investigadora entorno a la figura del modisto de Getaria. Dentro de los 30 millones de euros de presupuesto van incluidos las inversiones previstas para este año de funcionamiento, restauración y acondicionamiento de las piezas y para poner en marcha el Centro de Formación con una partida de 400.000 euros.

El Departamento de Cultura tiene claro cómo rentabilizar el museo. Debe ser "un centro de inspiración, un espacio vivo y activo para investigar la historia de la moda, abrir espacios de conversación entre las artes y estimular nuevos talentos", señaló la consejera de Cultura, Blanca Urgell, la pasada semana en la presentación a los medios de comunicación.

Balenciaga era un compendio de artes. Decía que un buen modista ha de ser "arquitecto en sus bocetos; escultor, por su manera de abordar la forma; pintor, al resolver los problemas del color; músico, por armonizar los elementos, y filósofo, en la mesura".

Para abrir boca, la Fundación prepara una muestra de trajes confeccionados por Balenciaga para el cine y el teatro con motivo del Festival de Cine de San Sebastián en septiembre. Entre ellos estará el que vistió Romy Schneider en La Piscina (1969).

Mariano Camio, a la izquierda, y el modisto Givenchy, en el acto de colocación de la primera piedra del Museo Balenciaga, en marzo de 2001.
Mariano Camio, a la izquierda, y el modisto Givenchy, en el acto de colocación de la primera piedra del Museo Balenciaga, en marzo de 2001.JAVIER HERNÁNDEZ

Bloqueo en la vertiente judicial

El caso Balenciaga llegó al Juzgado de Instrucción número 1 de Azpeitia en 2009 y ahí sigue. Declararon dos de los tres imputados, Mariano Camino exalcalde de Getaria (PNV) y exgerente de Berroeta Aldamar, y el arquitecto Rolando Paciel. Pero el tercero, el arquitecto cubano amigo personal de Camio, que en 2005 fijó su residencia en Miami, aún no ha declarado. El Juzgado de Azpeitia ha intentado tomar declaración sin éxito a este arquitecto en dos ocasiones anteriores sin resultado, una de las veces el cubano alegó problemas de salud y en las últimas ocasiones "problemas económicos que le impiden viajar", según señaló a EL PAÍS.

La Fiscalía presentó una querella criminal en la que imputó a Camio un delito continuado de administración desleal, otro de apropiación indebida y un tercero de falsedad en documento mercantil, además de un delito societario y de otro de malversación de caudales públicos. A Argilagos, quien no tenía convalidado su título de arquitecto en España, le responsabilizó de administración desleal e intrusismo profesional, delito del que también acusó a Paciel. La última opción para declarar Argilagos en junio propuesta por el Juzgado ha sido por videoconferencia pero éste negó haber recibido "ninguna notificación".

Tanto la Diputación como el Gobierno vasco afirman que es necesario que se "esclarezcan las cosas para que ese capítulo se cierre", afirmó a este periódico Blanca Urgell, consejera de Cultura. Por su parte, María Jesús Aranburu, diputada de Cultura recuerda que la "justicia sigue su camino pero es lenta".

Un recorrido de doce años

- 1999. Se crea la Fundación Cristóbal Balenciaga, formada por el Ayuntamiento de Getaria y el Ministerio de Cultura. Presidida por Hubert de Givenchy y con el alcalde de Getaria Mariano Camio como vicepresidente. Arrancan las obras de rehabilitación del Palacio Aldamar cuya primera fase se extiende hasta 2002. El Gobierno vasco cede sus fondos de vestidos adquiridos en 1987 por 40 millones de pesetas.

- 2001. Se coloca la primera piedra del futuro Museo Balenciaga. Un proyecto diseñado por el arquitecto cubano Julián Argilagos, quien no dispone de titulación homologada y por eso un arquitecto donostiarra firma sus proyectos. Cuando se presenta el proyecto, el Museo Balenciaga iba a costar 6 millones de euros, a pesar de que se estimaba que el coste total iba a llegar a los 12 millones. La inversión final ha sido de 30 millones.

- 2005. Se crea la Sociedad Berroeta Aldamar formada por la Diputación de Guipúzcoa, el Gobierno vasco y el Ayuntamiento de Getaria. Se proyecta una fecha de inauguración para 2007.

- 2007. Aralar denuncia presuntas irregularidades en la gestión de fondos públicos. Mariano Camio, alcalde de Getaria y gerente de Berroeta Aldamar y la Fundación dimite. La fundación arrastra una deuda de 1,5 millones de euros.

- 2008. El Ministerio da pasos para refundar la fundación y para que se incorporen la Diputación y el Gobierno vasco. Además, se sanean las cuentas y la Kutxa pone un millón. Se admite a trámite la querella criminal de la fiscalía contra Mariano Camio, Julián Argilagos y Rolando Paciel. El Parlamento termina su comisión de investigación para esclarecer responsabilidades politicas. La consejera de Cultura, Miren Azkarate, es respaldada y considera que no debe dimitir.

- 2010.Diputación y el Gobierno vasco entran en la Fundación. Camio y Paciel declaran como imputados en el caso Balenciaga. Argilagos, que vive en Miami, está en orden de busca y captura. Alega motivos de salud para no declarar.

- 2001. La vertiente judicial del caso Balenciaga sigue parada pendiente de la declaración de Argilagos. El 7 de junio se inaugura el Museo Balenciaga de Getaria tras un recorrido de doce años lleno de escollos y 30 millones de inversión.

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