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Miguel y Mónica Molina

Los pequeños de la saga siguen los pasos de su hermana Ángela en el cine

Rocío García

Miguel y Mónica son dos de los ocho hijos del cantante Antonio Molina y hermanos de la actriz Ángela del mismo apellido. De 23 y 19 años, respectivamente, Miguel y Mónica han comenzado a hacer sus pinitos en el cine y están dispuestos a continuar la fulgurante carrera de su hermana mayor. Han crecido rodeados de farándula y teatro. "Lo hemos mamado desde pequeños. Yo recuerdo a mi padre maquillado al despertarme en un teatro", dice Miguel. Sin embargo, y a pesar de la percha del apellido, ambos reconocen que el éxito no se regala tan fácil y hay que trabajárselo seriamente.

Los dos tienen unos hermosísimos ojos, mas risueños y claros en el caso de Miguel. Como parece común a todos los Molina, también los dos se declaran absolutamente familiares. "No somos amigos de salir por ahí, nos gusta estar en casa, somos muy caseros", repiten casi con las mismas palabras. Miguel está casado y tiene una hija de casi dos años de edad, Clara, "lo mas precioso del mundo", y Mónica vive en la casa paterna. Los dos dejaron los estudios para dedicarse al cine, aunque Mónica tiene intención de terminar el COU el próximo año.El primer trabajo cinematográfico de Miguel lo realizó en la película Maravillas de Manuel Gutiérrez Aragón, cuando contaba 16 años de edad. Desde entonces ha protagonizado papeles secundarios en Crónica del Alba, Dragón Rapide, La mujer del juez, entre otros. Pero quizás ha sido su intervención en La ley del deseo, de Pedro Almodóvar, en la que hacía de homosexual, la que le ha deparado mayor seguridad de cara a su futuro cinematográfico. "Ha sido un reto para mí. Al principio me dio miedo. Yo que sé, creía que lo iba a pasar mal. Pero lo he superado", dice orgulloso Miguel, que se deshace alabanzas a la hora de hablar de las ayudas del equipo durante el rodaje.Y de homosexual a terrorista, como el mismo dice, pues Miguel Molina rodará en verano la película El año que murió Franco, dirigida por Jaime Chávarri y en la que interpreta al miembro del FRAP, José Luis Sánchez Bravo, fusilado en septiembre de 1975. "Eso es lo mas genial de un actor. Un día eres homosexual, al otro terrorista y luego bombero. Es una de las maravillosas magias del cine".

Mónica tiene un carácter mas reservado y recogido que su hermano. Tiene una afición casi secreta, la de ser escritora, y sólo su padre ha tenido acceso a los cuentos que ha escrito hasta ahora. Mónica ha hecho dos papeles secundarios en El viaje a ninguna parte y La mitad del cielo. En esta última película, hacía el papel de su hermana Ángela en la niñez. Y aunque reconoce que el parecido físico con ella pudo influir a la hora de adjudicárselo, afirma que "si no les hubiera gustado en la prueba no me lo habrían dado". Ahora, le han ofrecido el papel protagonista en Material urbano, que pronto comenzará su rodaje en Barcelona.

Tanto Miguel como Mónica están orgullosos de su apellido, de su padre y de su hermana Ángela. Sin embargo, confían en que pronto se les conozca únicamente como Miguel Molina y Mónica Molina, sin más.

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