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Cataluña deja de pagar a residencias y propone un impuesto para ricos

Artur Mas vincula los ajustes a la falta de autonomía financiera - La Generalitat es la primera en fijar por ley un tope de déficit

Miquel Noguer

Cataluña sufre el mayor problema de liquidez de su historia cuando España atraviesa la peor crisis económica. Por eso, además de planear un recorte salarial a 40.000 empleados de la sanidad, la Generalitat anunció ayer que dejará de pagar durante dos meses a residencias de ancianos y centros de discapacitados concertados. El Gobierno de Artur Mas aprobó además un proyecto de ley para imponer un tope del déficit del 0,14%, como establece la reforma de la Constitución sancionada ayer por el Rey, pero desde 2018, dos años antes del plazo legal. Mas defendió la creación de un impuesto para ricos, pese a que en enero suprimió el impuesto de sucesiones (150 millones de euros de recaudación). Aprovechó el debate de política general para defender los recortes y vinculó la mala situación en Cataluña a la falta de un sistema de financiación como el concierto económico vasco.

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Recortes dolorosos

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.
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