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Reportaje:MODA

Viejas botellas, nuevo lujo

Carmen Mañana

En plena recesión, cuando las ventas se desploman y las marcas apuestan sobre seguro para sobrevivir, algunos deciden arriesgar aunque eso les lleve por los caminos más difíciles. Inconscientes o visionarios. El adjetivo depende del éxito o fracaso de su aventura. Y la de Javier Goyeneche (Madrid, 1970) apunta alto y verde: prendas y complementos 100% reciclados y reciclables elaborados a partir de botellas PET (como las de agua) y redes de pesca. Ecoalf, su firma, busca enmarcarse dentro de un nuevo concepto de lujo sostenible, pero va un paso (o cien) más allá que la mayoría de las autodenominadas marcas ecológicas. Detrás de su proyecto hay una fuerte inversión en I+D, varias patentes, diez alianzas con empresas de cinco países distintos, un premio a la innovación y muchas expectativas. De momento, dos de las boutiques más influyentes del mundo, las parisienses Merci y Le Bon Marché, han comprado íntegra su segunda colección y han elegido Ecoalf como firma invitada durante el mes de septiembre. Incluso el diseñador Philippe Stark prueba ahora uno de sus materiales para la colección textil que está preparando.

Ecoalf trabaja en el reciclaje de pieles y en la elaboración de suelas de zapatos a partir de neumáticos viejos

Todo empezó hace tres años, cuando Goyeneche pensó en mejorar medioambientalmente su empresa, la firma de complementos Fun & Basics, creada en 1994. Decidió empezar por los tejidos. Pero el algodón orgánico, tan de moda como alternativa verde a los materiales clásicos, no era una opción: para fabricar cada kilo se necesitan 20.000 litros de agua. Y Goyeneche quería ir un paso más allá. Una constante en la (corta) historia de esta marca. "Me decanté por la reutilización. Visité 15 fábricas enormes y me frustré: los tejidos que elaboraban solo tenían un 20% de materiales reciclados". Él buscaba el 100%. Y lo encontró. En Taiwan. En el taller de una pequeña empresaria que confeccionaba alfombras a partir de botellas PET. Ella tenía la tecnología, y él, otra vuelta de tuerca en la cabeza. "El tejido era tosco y nosotros buscábamos el acabado de un nailon de moda. Tardamos casi dos años en desarrollar una textura que nos satisficiera". Así nació su primer tejido, el Ecoalf 1.0, elaborado íntegramente a partir de plástico PET reciclado. Después llegaría el Ecoalf 2.0, fabricado con redes de pesca, y tras él, un pequeño obstáculo: algunos productos, como las maletas, necesitan un soporte sólido para reforzar su estructura. Una protección que generalmente suele estar hecha de PVC. Pero Goyeneche no estaba dispuesto a transigir. Si no existía una alternativa sostenible, habría que inventarla. Y así lo hizo. El equipo de Ecoalf desarrolló un material a base de anhídrido carbónico y agua llamado TPE. Resistente y flexible como el PVC, pero biodegradable. Una patente que recibió el Premio Fomento de las Artes y el Diseño (FAD) del Ministerio de Medio Ambiente en 2009. "Ecoalf nació como un tejido para Fun & Basics, pero llegó un punto en que creció demasiado y decidimos separarlo, establecerlo como una marca aparte", explica Goyeneche.

Después de los bolsos y chaquetas llegaron las gafas, y ahora su cartera de alianzas y nuevos proyectos crece imparable. Ecoalf trabaja con un estudio de ingeniería industrial en la creación de una bicicleta eléctrica totalmente reciclada, y está a punto de lanzar la primera generación de pieles recicladas, que, en contra de lo que pueda parecer, no son piezas de segunda mano reutilizadas. Goyeneche se explica: "Cuando llegan a las tanerías, las pieles suelen ser muy gordas y se cortan por la mitad. La parte de arriba, que es la que tiene ese acabado brillante conocido como flor, es la que se utiliza, mientras que la de abajo se tira". Su proyecto consiste en recuperar esa capa que se desecha y, mediante un tratamiento a base de papel y agua, lograr que adquiera la textura de la capa superior.

Además, Ecoalf acaba de firmar un acuerdo con Signus, la mayor empresa de gestión de neumáticos usados de España, para fabricar suelas de zapatos a partir de ruedas viejas. "El porcentaje de polvo de neumático que se utiliza para hacer otras aplicaciones está en torno al 20% y no se le puede dar color. Ahora, junto a varios centros de investigación de materiales, estamos haciendo pruebas para subir el porcentaje al 60% y lograr tintarlo".

En estas aventuras, Ecoalf colabora con empresas de todo el mundo. De Taiwan a Italia, pasando por Japón o Corea. Pero el 90% de la producción se realiza en España: las zapatillas se fabrican en Elche; la ropa, en Talavera; los bolsos, en Madrid... Pero ¿merece la pena el esfuerzo?, ¿valora el mercado ese plus de sostenibilidad que Ecoalf añade a sus diseños? Goyeneche se aferra al estudio sobre pautas de consumo realizado por el grupo de comunicación Havas en 2009. Según este informe, un 70% de los entrevistados prefiere un producto responsable medioambientalmente frente a otro que no lo es, y un 38% está dispuesto a pagar más. Aunque el empresario concede que esos datos aún no son aplicables a España. Un bolso de Ecoalf cuesta unos 200 euros; una chaqueta de invierno, más de 250. Y, como explica el madrileño, la gente los compra fundamentalmente "porque son bonitos, porque su diseño les convence". Pero su compromiso ecológico no solo reporta buena conciencia. Según el empresario, les integra dentro de un nuevo concepto de lujo, en el que el consumidor busca identificarse con la marca a través de los valores que transmite. Atrás quedó el reinado del logo, el imperio de la forma sin fondo, de la estética sin ética. Goyeneche está convencido de ello, y no debe de ser el único.

Lo prueba el hecho que Ecoalf se distribuirá este otoño en Estados Unidos, Francia, Italia, Portugal y en 24 puntos de venta en España. La boutique parisiense Merci, una de las más importantes del mundo, les ha pedido que forren su mobiliario con tejidos reciclados. Incluso ha definido a la firma española como "el Monclair verde". Un halago cargado de expectativas si se tiene en cuenta que Monclair es una de las marcas con más fuerza del momento, una exclusiva casa italiana especializada en ropa de abrigo con medio siglo de historia. En solo tres años, Ecoalf ha conseguido que la comparen con ella. Pero Goyeneche no se detiene a saborearlo. Es historia antigua. Su cabeza está ya en el segundo semestre de 2011, cuando prevé abrir su primera tienda propia y hacer realidad la segunda parte del lema de su marca, ese que afirma que Ecoalf fabrica prendas 100% recicladas y reciclables. "La gente podrá traernos la ropa y complementos que ya no usa o que están rotos y nosotros los reutilizaremos y convertiremos en nuevos productos".

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