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Reportaje:REPORTAJE | Especial Infantil y Juvenil

Una red para atrapar lectores

Carmen Mañana

Qué hace falta para que un libro juvenil triunfe? ¿Personajes en constante conflicto?, ¿fantasía?, ¿tensión sexual ? Si la receta del éxito fuera tan sencilla como la del huevo frito, todas las editoriales tendrían su propio Harry Potter. La ecuación literaria perfecta no existe, pero sí hay un ingrediente que hoy es imprescindible para que cualquier título venda: Internet. El monstruo que iba a abducir a los niños y acabar con la lectura. Ese mismo. Porque es en las webs, blogs y redes sociales, como Facebook, Tuenti o Twitter, donde los jóvenes se recomiendan un libro, lo encumbran con sus comentarios, donde se forman los grupos de fans y se genera y se ceba el fenómeno. "Es fundamental, la base. Puedes tener todo el dinero del mundo, pagar la campaña más cara para televisión y librerías y, aun así, no llegar a los lectores. Para hacerlo tienes que ir adonde están, y ahora mismo están todos en Internet", sentencia la responsable de marketing de Alfaguara Infantil, Rita López. Los datos le dan la razón. Casi el 70% de los adolescentes españoles prefiere navegar a ver la televisión y un 88% son usuarios habituales de Internet, según el informe La Generación Interactiva en España, de la Fundación Telefónica.

La editorial SM fue pionera a la hora de utilizar la Red como medio de promoción. Hace dos años, 20 días antes de la publicación de Dos velas para el diablo, su autora, Laura Gallego, abrió un blog en el que la protagonista de la novela narraba los acontecimientos previos a la historia que se desarrolla en el libro. Según su editora, Elsa Aguiar, fue todo un éxito y consiguió generar una gran expectativa. Ahora, para Bel: amor más allá de la muerte, de Care Santos, se ha puesto en marcha una página de MySpace, otra de Twitter y una web donde los lectores pueden descargarse gratis en su móvil los dos primeros capítulos de la novela. "Además, organizamos un concurso de versiones de la canción I'll be ok de McFly, que tiene mucho protagonismo dentro del libro, y hemos recibido más de 100 propuestas", relata Aguiar.

Alfaguara ha comprobado el poder de la Red a través de Crepúsculo, la tetralogía de la estadounidense Stephenie Meyer que, sólo en España, ha vendido 2,5 millones de ejemplares. "Hubiese sido un best seller de cualquier forma, pero Internet es la causa de que estuviese en la mesa de novedades de las librerías mucho tiempo más de lo normal", apunta López. Menos de tres meses después de que saliera el primer título, que da nombre a la saga, ya había más de 100 páginas en castellano dedicadas al libro y creadas por lectores. Su perfil en Facebook, que tiene 400.000 amigos, "es uno de los más grandes de España", según López. Baste decir que el del PSOE suma 11.200 fans.

Además, 70.000 usuarios se han registrado en Crepúsculo-es. Esta web es la más importante de las dedicadas a la tetralogía en España. Pero detrás de ella no está Alfaguara, sino un chico de 21 años llamado Javier Ruescas. En su página, se recomiendan novelas y se centralizan las quedadas para acudir a las presentaciones de libros e, incluso, para rodar falsos tráileres de las películas basadas en la saga. El primero lo montaron entre cuatro amigos en 2007. Al segundo, rodado en 2008, se presentaron "cientos de jóvenes" para los papeles secundarios, según cuenta Ruescas.

Pero en Crepúsculo-es se intercambia, sobre todo, información sobre los libros de Meyer. "En las páginas oficiales, pocas veces conseguimos contar algo nuevo que los fans no hayan descubierto por otra parte", confiesa Marta Vilagut, editora de Destino. Como muchos de sus colegas, reconoce que los lectores les tienen ganada la batalla en la Red. Normal. Según el citado informe de la Fundación Telefónica, un 40% de los adolescentes españoles gestiona su propia página o ha creado alguna vez contenidos digitales. Sus webs son más completas, tienen más visitas y, sobre todo, son mucho más interactivas.

Es el caso, apunta Vilagut, de Juvenilromantica, especializada en el género romántico y con presencia también en Facebook y Twitter. Regentada por tres chicas de menos de 25 años, cuenta con foros, una sección donde descargarse los primeros capítulos de casi 130 novelas y un listado con sus títulos preferidos: a la cabeza, El círculo de fuego (Salamandra), de Marianne Curley. El templo de las mil puertas es otra de las webs más influyentes. Se trata de una revista literaria online elaborada por Javier Ruescas, Carlota Echevarría y otros siete jóvenes. Cada mes, 15.000 internautas de España y Latinoamérica se descargan su magazine. "Nos dimos cuenta de que los consumidores de literatura juvenil era muchos y muy interesados en el tema, pero también muy olvidados por todas las publicaciones del sector. Llevamos ya dos años y trece números, y la cantidad de visitas que recibimos nos da la razón", cuenta Ruescas.

Para Elsa Aguiar, de SM, una de las claves del éxito de estas páginas está en que ponen en contacto a chicos con los mismos gustos a través del mundo. "A esta edad la pertenencia a un grupo es muy importante e Internet les permite integrarse en pequeñas sociedades donde comprenden sus pasiones. Y eso engancha". Laura Gallego cuenta, por ejemplo, que de su web no sólo han salido amistades sino también parejas.

Además de en sus numerosos lectores, el poder de estas páginas está en su influencia. Como aseguran desde Alfaguara, los jóvenes no leen los libros que les recomiendan sus padres, sus profesores o sus presentadores preferidos. Leen lo que sus amigos les aconsejan. Ellos son sus propios prescriptores. Y, sí, claro que se aconsejan de forma tradicional, mediante el boca a oreja, pero también y, sobre todo, pantalla a pantalla, una fórmula que multiplica por mil la velocidad de propagación de cualquier información. "Es tan sencillo como que, si te ha gustado una novela, se lo puedes comentar a cuatro amigos tomando un café, pero si escribes un comentario en Internet, lo leen 200 personas", explica Javier Ruescas. Aguiar lo tiene claro: "Una entrevista a un autor llega tres veces mejor a nuestro público potencial a través de un blog de fans que si se publica en cualquier medio convencional".

Las páginas oficiales, como reconoce López, tampoco pueden competir con los entregados fans. Las editoriales han decidido unirse a ellos. Por ejemplo, Alfaguara ha creado una web, un perfil de Tuenti y otro de Twitter de la serie Ghost Girl, de Tonya Hurley. Pero, además, colabora con las páginas no oficiales mandándoles en primicia las portadas de las nuevas entregas o regalándoles ejemplares para que organicen concursos.

En Destino también están en contacto con los fans de Crónicas vampíricas. La novela de L. J. Lewis fue el primer libro que la editorial decidió promocionar sólo a través de Internet. Y es que, en palabras de Juan Milá, editor de Salamandra, a partir de los 11 años, cada vez es más difícil que los jóvenes busquen información en la librería. "Saben el título que quieren y van a tiro fijo, ya no se paran a ojear o a mirar más allá", asegura. Aun así, su sello reserva las acciones en la Red para aquellos libros que creen que pueden funcionar peor en los estantes como la serie Cherub, de Robert Muchamore Kilgore. "En la editorial todavía cuesta hacer entender la necesidad de tener a un equipo que alimente y controle los sites. Pero es imprescindible y estamos en la batalla", explica Vilagut.

Así, Internet se ha revelado como una herramienta casi fundamental para las editoriales, pero también para los escritores. David Lozano es el autor de la trilogía La Puerta Oscura (SM) y tiene una página personal y un perfil de Facebook abierto a sus lectores, que, además, pueden comunicarse a través una página oficial, otro perfil de Facebook puesto en marcha por la editorial y un fotolog (blog fotográfico). "Es muy útil porque te ayuda a conocer mejor a tu público. Trato de responder todos los mails que me mandan y entre el correo y los foros puedo saber, por ejemplo, qué personaje les gusta más, qué esperan de la próxima entrega... Compartir la experiencia de la lectura con ellos no tiene precio", explica Lozano.

Una de las autoras más ciberactivas es Laura Gallego. En su web está prohibido escribir en formato SMS. Es decir, con elipsis, obviando la ortografía y causando lesiones irreversibles en la córnea del lector maduro. La escritora adelanta detalles de sus próximas obras y les mantiene al día de los lanzamientos, firmas... En sus foros bulle y se multiplica la pasión por Memorias de Idhun, que ha vendido más de 400.000 ejemplares, y por el resto de sus obras.

También Stephenie Meyer atizó el fenómeno de Crepúsculo desde Internet. Antes de que su obra se adaptase al cine, la autora colgaba personalmente noticias en su página y charlaba con sus lectores a través de los foros. "Yo mismo llegue a hablar con ella de esta forma", cuenta Javier Ruescas, que aún recuerda cuando en 2006 la escritora se paseó por el centro de Madrid en compañía de sus fans españoles. Eso fue antes de que la revista Forbes la señalara como la cuarta mujer mejor pagada de Estados Unidos.

La primera del Reino Unido durante mucho tiempo, J. K. Rowling, alimentó una web en la que dedicaba gran parte de sus entradas a desmentir rumores que circulaban por Internet. Como que Harry Potter se fusiona con Voldemort (su antagonista) al final del séptimo y último libro. Éste se publicó en 2007 y ella dejó de postear en 2008. Aun así, en las páginas de los fans, como Harrylatino, continúan organizando quedadas, discuten sobre el libro y mantienen viva a través de Internet la saga. Otro fenómeno, el de la resurrección digital después de la muerte en papel, cada vez más común. Pero eso es otro reportaje.

A la izquierda, una imagen de la película  Luna Nueva, basada en la saga  Crepúsculo
A la izquierda, una imagen de la película Luna Nueva, basada en la saga Crepúsculo

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