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Reportaje:Primer plano

Cuidado, petróleo barato

Los bajos precios del crudo desaniman la inversión y apuntalan una nueva crisis

No todo son malas noticias en la crisis económica. Algo bueno tenía que tener un escenario de demanda a la baja y de escasa competencia a la hora de conseguir recursos. Después de asistir durante 18 meses a una escalada del precio del petróleo que parecía imparable, la factura energética ha dado un respiro a empresas y familias. Algo muy de agradecer en uno de los inviernos más fríos de los últimos años. Los estadounidenses -muy dados a hacer cálculos y análisis- estiman que el ahorro para sus consumidores supera los 282.000 millones de dólares, un verdadero plan de estímulo para sus maltrechos bolsillos.

En España, la mejor muestra de ese ahorro es la evolución del índice de precios. El verano pasado el secretario de Estado de Economía, David Vegara, justificaba un crecimiento de los precios del 5,3% por la "elevada dependencia de nuestra economía a la cotización del petróleo", unas declaraciones acogidas con escepticismo. Seis meses después la tasa interanual ha caído al 0,8%.

Muchos riesgos apuntalan una crisis más intensa que la de 2008
La inversión en energías renovables se ha frenado ante la falta de crédito
A 40 dólares, sólo es rentable el petróleo saudí, el ruso y el chino
El mercado espera un barril a más de 100 dólares en un año y medio
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La reducción de las presiones inflacionistas, en España y en toda Europa, ha permitido que las autoridades monetarias bajen el precio del dinero, lo que supone sin duda un alivio decisivo para los endeudados consumidores y empresas.

Desde su máximo de julio, el precio del petróleo ha caído casi un 70%. Sólo las bajas temperaturas (hasta un 17% más frías de media en Europa) han evitado un desplome aún mayor del coste del barril. Si nos atenemos estrictamente a la situación económica, el descenso puede ir más allá. Morgan Stanley cifra la caída media del consumo en millón y medio de barriles menos al día y eso, según sus analistas, puede provocar un descenso del barril de referencia en Nueva York -el West Texas Intermediate- desde los 40 dólares actuales hasta los 25 dólares por barril en el segundo trimestre del año.

Según Barclays Capital, 2009 puede ser el año que registre una mayor contracción en la demanda de petróleo desde 1982, cuando la economía mundial atravesaba una severa recesión [lo que según el FMI sucede siempre que el crecimiento global es inferior al 2,5%]. En estos momentos, la demanda es el factor decisivo que condiciona la cotización del crudo aunque el actual escenario de crisis ha sacado otros factores a la luz.

"Cuando el barril rozaba los 150 dólares ese nivel atraía movimientos especulativos y financieros a los que la recesión y la crisis han puesto fin" , asegura desde Washington Paul Isbell, director del programa La estrategia de la energía del Real Instituto Elcano.

Desde Crédit Agricole, Jacques Chaussard añade otra razón que refuerza ese movimiento a la baja de los precios: "entre un consumo anémico y una capacidad de producción al alza, como respuesta retrasada a inversiones hechas hace un tiempo, hay poco espacio para que los precios vuelvan a subir en el corto plazo". No en vano, 2008 fue un año récord no sólo para los precios del petróleo sino también para las inversiones realizadas en el sector: 390.000 millones de dólares sólo en exploración y explotación, conforme a los datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

Y ése es, precisamente, el principal temor de los expertos: que la crisis económica ponga freno a una inversión más que necesaria para evitar una crisis de oferta en un futuro cercano. Desde Londres Mike Cassell, reconocido analista de VM Group, sostiene que "los bajos precios de hoy pueden ser un alarmante y breve intermedio antes de que el mundo coquetee con la abuela de todas las crisis de oferta petrolera en los próximos seis años".

Metáforas aparte, hay muchos factores que contribuyen a la formación de esa tormenta perfecta: la fuerte reducción de los precios, un pronunciado recorte de las inversiones en el sector, eliminación de los incentivos para invertir en energías alternativas y no convencionales, sumado al fuerte recorte de las cuotas de producción aprobadas por los productores, "factores todos ellos que aumentan los riesgos de una crisis de oferta no inmediata pero más intensa" que la vivida en 2008, asegura Barclays.

Buena parte de las razones que explican la espiral de precios del año pasado es la falta de inversiones que durante años se produjo en el sector ante el desincentivo que suponían los bajos precios. A 40 dólares el barril sólo resulta rentable el petróleo que se extrae en Arabia Saudí y otros países del Golfo, Rusia y China. Son datos facilitados por los analistas de Cambridge Energy Research Associates (CERA), que explican por qué a esos niveles de precios no es rentable explorar en aguas profundas o procesar las arenas negras canadienses. De hecho, Barclays asegura que muchos de estos proyectos ya se han cancelado.

La explicación es sencilla. CERA cifra el nivel de precios mínimo para incentivar nuevas inversiones entre los 70 y los 80 dólares por barril. Ese nivel es apoyado por Arabia Saudí, los expertos de Barclays Capital o los directivos de la petrolera BP, según se deduce de las posiciones que éstos han mantenido en la última cumbre económica mundial celebrada en Davos.

Para satisfacer la demanda de petróleo que se producirá conforme se recupere la economía es necesario invertir al menos otros 450.000 millones de dólares en exploración, según la AIE. Una cifra más que respetable pero que debería ser posible alcanzar dado que la transferencia de renta de los países consumidores a los productores sólo de la OPEP alcanzará los 2 billones de dólares en los próximos 20 años, según los cálculos de Fortis.

Puede que incluso sea necesaria una inversión aún mayor. El último informe de perspectivas del mercado energético mundial de la AIE asegura que la producción de los pozos existentes de petróleo está cayendo más rápidamente de lo que se pensaba, a un ritmo del 9% anual. Si se llevaran a cabo esas inversiones, la producción caería a menor ritmo, al 6,7%. Eso significa que el sector tendría que hacer un esfuerzo casi titánico simplemente para mantener la producción constante: ¡de 1.000 millones de dólares diarios de aquí al año 2030! Eso sólo para contrarrestar la caída de producción de los pozos y responder a la creciente demanda de los países emergentes. Ahí, dice Jochen Hitzfeld, de HVB Commodity Research, "será decisiva la determinación y la habilidad de los saudíes para invertir a tiempo en su capacidad de producción, elemento decisivo para determinar la tendencia de futuro del precio del crudo".

Cómo evolucione la crisis económica y financiera será también un factor determinante de lo que espera a medio plazo al mercado energético. La restricción del crédito no sólo ha afectado a los países productores de petróleo y, sobre todo, a las pequeñas y medianas empresas petroleras de fuera del ámbito de la OPEP. Ha supuesto también un fuerte frenazo a las inversiones en energías renovables que, con el petróleo en el entorno de los 150 dólares, parecían la única alternativa posible al mercado de combustibles tradicionales. Por supuesto, la restricción del crédito también ha alcanzado a este sector -como a todos los demás- pero lo que verdaderamente ha lastrado sus proyectos ha sido el cambio de prioridades de los gobiernos con la crisis económica.

Los rescates financieros, los gastos derivados del colapso económico, como la creciente factura del subsidio de paro, y la caída de ingresos deja poco margen presupuestario para los incentivos a los paneles de energía solar, los campos de energía eólica o la investigación sobre biocombustibles. Y, sin embargo, muchos expertos aseguran que se trata de gastos de primera necesidad.

"Lo único bueno que podríamos sacar de esta crisis es una apuesta decidida por las energías renovables y la reducción de emisiones de dióxido de carbono. Pero hacen falta más incentivos y más gasto público y privado para recuperar el tiempo perdido y lograr revertir la tendencia", asegura Paul Isbell. "La próxima crisis de precios sí va a provocar un desplazamiento del consumo de petróleo. Esta vez ya casi hemos estado en el umbral del cambio energético de la economía. El futuro son los automóviles eléctricos y los biocombustibles", insiste.

Ésa era la intención inicial del nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que pretendía incluir en su plan de rescate incentivos para el empleo y la inversión en energías verdes. Aún batalla con el Congreso para sacar el plan adelante.

Mike Cassavell, de VM Group, añade a estos objetivos la necesidad de aumentar la eficiencia energética, algo que a su juicio "podría ayudar a extender el periodo de vida de la mayor parte de la oferta petrolera". Aunque no se muestra muy optimista. "Las proyecciones de crecimiento de la demanda energética entre economías emergentes como China e India son tan elevadas que superarán con creces los ahorros derivados de ese tipo de programas".

El consumo en estos países está distorsionado por los fuertes subsidios que aplican los gobiernos. Son muchos los expertos que piden aprovechar este momento de precios moderados para eliminar definitivamente estos subsidios, aunque el coste político derivado de esa medida lo hace casi imposible.

Si el año pasado parecía quedar claro que el tiempo de la energía barata había quedado atrás, la actual etapa de precios más baratos del petróleo no puede considerarse una marcha atrás. Sólo "una reacción extrema [del mercado] a circunstancias económicas extremas", como dice Cassavell. Pero los fundamentos de la economía y del mercado apuntan, sin dudas, a una tendencia al alza.

El consenso en el mercado en este punto es casi total. La mayoría de los analistas espera que los precios recuperen la cota de los 100 dólares por barril en un periodo de un año o año y medio y que a medio plazo se superen sin duda los niveles de 2008 hasta alcanzar los 200 dólares. Un nivel difícil de mantener para la economía mundial. La Reserva Federal ha admitido que, en ausencia de cortes del suministro, "será difícil soportar precios del petróleo por encima de los 100 dólares en los próximos 10 años". Visto lo visto, mejor prepararse con tiempo. -

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