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Los frentes del cambio climático (1)

Australia ratifica Kioto con diez años de retraso

Alemania pide que los países emergentes combatan el calentamiento

Diez años después, Australia ratifica el Protocolo de Kioto. El nuevo primer ministro australiano, el laborista Kevin Rudd, firmó ayer el documento de ratificación del protocolo contra el cambio climático. Rudd, que derrotó en las elecciones del 24 de noviembre al conservador John Howard y terminó con 11 años de hegemonía conservadora, había prometido ratificar este acuerdo, firmado en 1997 por Australia, pero que Howard se había negado a ratificar.

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"Éste es un paso significativo de nuestro país en los esfuerzos para la lucha contra el cambio climático, localmente y con la comunidad internacional", declaró ayer Rudd. Australia hará "todo lo posible" para cumplir con las obligaciones de Kioto, aseguró el primer ministro. Incluso, se mostró dispuesto a establecer el objetivo de reducir las emisiones en un 60%, antes de 2050, respecto de los niveles de 2000. Rudd declaró que su gobierno trabajará para que un 20% de la energía que producen sea renovable antes de 2020, y establecerá un sistema de comercio de emisiones que empezará a funcionar en 2010. El anuncio de Australia aísla aún más a Estados Unidos, que insiste en que no puede haber topes obligatorios para la emisión de gases.

Por su parte, Alemania apeló ayer a las economías emergentes a que se sumen a los esfuerzos de los países más ricos para combatir el cambio climático. Las naciones desfavorecidas tienen derecho al desarrollo, pero deben hacerlo de manera limpia y con planes de acción destinados a frenar la emisión de gases contaminantes, declaró el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Walter Steinmeier, en una reunión conjunta del grupo de los siete países más industrializados más Rusia (G8), Brasil, México, Indonesia, Suráfrica y China (G-5). Steinmeier criticó duramente la tala de árboles puesta en marcha en algunos países. Alemania, que preside el G8 hasta fin de año, cree que la clave del éxito contra el calentamiento pasa por la creación de un mercado mundial de compraventa de emisiones, algo que ya ha sido implantado en la UE.

Militante de Greenpeace disfrazado de oso, ayer, en Bali.
Militante de Greenpeace disfrazado de oso, ayer, en Bali.REUTERS

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