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La orca 'Ulises' deja el Zoo de Barcelona para ser trasladada a EE UU

Miles de barceloneses acudieron ayer al Zoo de la ciudad para despedir a la popular orca Ulises, que celebró su última actuación pública antes de partir en los próximos días a su nueva morada, en el parque acuático de la cadena Sea World en San Diego (Estados Unidos). El inmenso cetáceo, un macho de 17 años de edad, con un corpachón de seis metros de longitud y un peso de cuatro toneladas, no cabía ya en la pequeña piscina donde ha vivido en casi total soledad (acompañado por un delfín hembra) los últimos 10 años.Sólo un millar de personas pudieron seguir en vivo desde las gradas del Acuarama del Zoo de Barcelona -previa invitación- las últimas evoluciones del animal, desconcertado por la avalancha humana que se adivinaba en el exterior. El resto tuvo que conformarse con contemplar la actuación en la pantalla gigante instalada en las proximidades o por televisión (el canal autonómico TV-3 la retransmitió en directo). Numerosos espectadores frustrados se agolparon en el Acuarama para intentar atisbarlo por las ventanas que permiten observar el fondo de la piscina, un tanque circular de agua salada de 22 metros de diámetro y 5,5 de profundidad. La penúltima actuación, celebrada dos horas antes y abierta al público, originó grandes colas.

El Zoo vivió ayer uno de sus grandes días. Los visitantes, mucho más numerosos que en un domingo cualquiera, invadieron el pequeño recinto de la Ciutadella para asistir a la fiesta de despedida de Ulises y, de paso, ver a viejos conocidos (como el gorila albino Copito de Nieve, a quien la orca arrebató todo protagonismo) o contemplar nuevas atracciones, como la réplica de la selva de Madagascar.

La respuesta de los barceloneses ante la inminente partida de Ulises pudo recordar a los más veteranos la procesión de ciudadanos que provocó en 1914, hace justamente 80 años, la muerte del primer y hasta entonces único elefante del parque zoológico barcelonés, conocido popularmente como L'Avi (El Abuelo).

La expectación hizo que Ulises tuviera ayer un comportamiento alterado, hasta el punto de negarse a efectuar alguno de sus números habituales. Con todo, fue más disciplinado que la delfín Nereida, que se negó en redondo a actuar. Sus entrenadores, en un gesto inhabitual en público, se metieron varias veces en la piscina con el cetáceo.

Nuevo zoo marino

Ulises ha sido cedido por el Zoo de Barcelona a Sea World por espacio de dos a cuatro años, mientras se construye un nuevo zoo marino junto a la Villa Olímpica. Durante este tiempo, participará en los programas de reproducción de orcas en cautividad de la cadena estadounidense. Pasado ese plazo, Ulises regresará a Barcelona con una compañera, o bien lo harán algunos de sus probables descendientes. La decisión de trasladarlo se tomó hace un año, ante la evidencia de que las condiciones físicas en que vivía la orca (en un espacio reducido y sin comunicación con otros ejemplares de su especie) eran ya inaceptables.

La presión de los grupos conservacionistas obligó al Zoo a contratar a un grupo de seis expertos internacionales para que estudiaran la conveniencia de devolver a Ulises a los mares de Islandia donde fue capturado. Los científicos desaconsejaron tal opción.

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