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Google titubea ante el Gobierno chino por miedo a perder la licencia

Google y China siguen jugando al gato y al ratón. Han sido cinco meses de tensión entre el mayor buscador de la Red y la comunidad de internautas más grande del planeta a causa de la censura en Internet. Al final, Pekín no se ha movido un ápice y Google ha ido reculando, temeroso de perder un mercado de 400 millones de usuarios.

La compañía estadounidense dijo en la madrugada del lunes que dejará de redireccionar automáticamente a los usuarios de su buscador chino (google.cn) hacia su buscador en Hong Kong, en respuesta a las advertencias de Pekín de que puede perder hoy mismo la licencia para operar en el país. Google optó por esa estrategia en marzo, después de haber anunciado en enero que, a causa de un oscuro ciberataque procedente de servidores chinos, renunciaba a la autocensura.

El gigante de Internet está pagando por lo que algunos de sus directivos consideran, en privado, una temeridad. En enero, cuando Google decidió lanzarle un ultimátum a Pekín, hubo dos versiones oficiales en la empresa. David Drummond, vicepresidente ejecutivo, dijo en el blog de la empresa que prefería "desenchufarse" de aquel país a seguir censurándose. Otros directivos, como la vicepresidenta y abogada Nicole Wong, expresaban en el Congreso de EE UU que "estaban considerando todas las opciones posibles" y que "hay mucha gente trabajando para Google en China", trabajadores que se enfrentan al desempleo.

El fino trabajo de equilibrismo empresarial de redirigir las búsquedas a Hong Kong no contentó a Pekín, que lo considera inaceptable. "Si seguimos redirigiendo a los usuarios, no nos renovarán nuestra licencia de suministro de contenidos", dice Drummond en su blog.

Hace meses, desaparecer era una opción noble. Hoy, no tanto. "En lugar de redirigir automáticamente a todos nuestros usuarios automáticamente, hemos comenzado ya a redirigir a una parte de ellos a una página de inicio en Google.cn que contiene un enlace a Google.com.hk", explica Drummond.

A partir de ahora, los internautas chinos que tecleen Google.cn llegarán a una página con el logo habitual de Google y una ventana de búsqueda, que no funciona, bajo la cual hay el siguiente mensaje en chino: "Nos hemos mudado a google.com.hk. Por favor, guarde nuestra nueva página". Cuando se pulsa en cualquier zona de la pantalla, se es enviado al sitio de Google en la ex colonia. Así no es Google quien redirecciona, sino el propio internauta.

Sólo hoy, cuando Pekín decida sobre su licencia, Google descubrirá si su último intento ha sido suficiente o no.

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