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Juicio a dos facultativos de Valencia por la muerte de un niño tras un exceso de quimioterapia

El menor recibió una dosis de fármaco diez veces superior a la que le correspondía

Un oncólogo pediátrico y un farmacéutico del hospital La Fe de Valencia, acusados de la muerte de un niño de dos años enfermo de cáncer, han reconocido hoy ante el juez que prescribieron al menor una dosis de quimioterapia diez veces superior a la que le correspondía por "un desgraciado error humano". Ambos han sido juzgados hoy en el Juzgado de lo Penal número 4 por un delito de homicidio por imprudencia grave, y el fiscal ha pedido para ellos un año y medio de prisión y una indemnización de 200.000 para los padres del niño, con responsabilidad civil subsidiaria de la Consejería de Sanidad.

El pequeño ingresó en el hospital en julio de 2007 debido a un tumor que le afectaba al riñón y a los pulmones, y comenzó un tratamiento de quimioterapia que duró dos meses con un 70% de posibilidad de supervivencia, según la acusación pública. El 4 de septiembre, en su última sesión antes de ser operado, el oncólogo acusado, J.M.F.N., le prescribió una dosis farmacológica que, entre otros medicamentos, contenía 165 miligramos de doxorrubicina, una cantidad diez veces superior a la que le correspondía por edad y peso.

El especialista remitió una copia al servicio de farmacia del centro, en el que el otro acusado, J.A.C.M., debía verificar los datos y ajustar la dosis, pero no lo hizo, por lo que se elaboró tal y como se había prescrito. El niño llegó a casa tras el tratamiento con fiebre y vómitos, y falleció al día siguiente debido a una miocarditis tóxica provocada por una sobredosis de doxorrubicina.

El especialista ha señalado que el servicio de farmacia "no efectuó las comprobaciones necesarias" que hubieran detectado el error y habrían evidenciado que el recipiente que estaba preparando para el niño "era demasiado grande", incluso para un adulto de 100 kilogramos de peso. "El personal de farmacia infantil debía haber detectado la equivocación porque anoto en el margen de la hoja la cantidad de fármaco recomendada por metro cuadrado corporal. Había una incongruencia de cantidades, no un error de las mismas. Se trata de la omisión de un punto decimal en una cifra", ha afirmado.

Al día siguiente de la muerte del niño revisó la receta y descubrió su error, y preso del "nerviosismo" añadió una coma a la cifra de 165 miligramos para que pareciera 16,5, aunque finalmente acabó confesándolo.

Por su parte, el farmacéutico ha contado que en su departamento no disponen de un sistema informatizado para comprobar y validar las prescripciones de fármacos, y por ello preparan las dosis atendiendo a "lo que indica el especialista". "No tenemos un protocolo obligatorio de validación de las prescripciones, preparamos lo que nos remiten. Me fijé en la cantidad de 165 miligramos de fármaco subrayada y ordené su preparación. Reconozco mi error. No me explico cómo no me di cuenta de que la cantidad era impresionante", ha admitido. El farmacéutico ha denunciado, además, que en el hospital La Fe estaban "desbordados" de trabajo, lo que "puede influir en este tipo de errores".

Los padres del menor, que piden sendas penas de tres años de prisión y una indemnización de 300.000 euros, aseguran que alertaron a los enfermeros que la bolsa de fármaco que le estaban suministrando era "muy grande", pero les dijeron que estuvieran "tranquilos", porque "nunca se equivocan".

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