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Manos Unidas gana el Príncipe de Asturias por combatir la pobreza

El rostro caritativo de la Iglesia católica en España recibió ayer un nuevo reconocimiento del Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Se trata de Manos Unidas, una de las entidades más antiguas de la cooperación española. Sumida tantas veces en disputas o escándalos, la Iglesia romana en España ve premiada así su ingente tarea caritativa y de lucha contra la pobreza y la exclusión social desarrollada por una veintena de sus organizaciones. Antes que Manos Unidas fueron distinguidas con el Príncipe de Asturias de la Concordia la congregación Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl, en 2005, y Cáritas, en 1999.

Manos Unidas destinará los 50.000 euros de dotación del premio a un nuevo proyecto para la reconstrucción de Haití. "El premio es un honor, una responsabilidad y un estímulo para seguir trabajando donde haya una persona que pase hambre", dijo su presidenta, Myriam García Abrisqueta, nada más conocerse la distinción, dada a conocer en Oviedo por el presidente del jurado y jefe del Ejecutivo asturiano, Vicente Álvarez Areces.

La ONG católica destinará los 50.000 euros del premio a proyectos en Haití

La distinción fue saludada con regocijo por el resto de las organizaciones humanitarias "porque reconoce la labor de este tipo de organizaciones". Así lo destacó el presidente de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo de España (CONGDE), Eduardo Sánchez.

También la Conferencia Episcopal Española expresó su alegría. En realidad, fue ella la que presentó la candidatura de Manos Unidas a esta importante distinción, junto con más de 6.000 personalidades de todos los ámbitos sociales -la cultura, el deporte, la música, la política...-. Misioneros, obispos y superiores de varias comunidades religiosas se habían unido a la petición.

Manos Unidas nació en 1960 al amparo de la primera campaña contra el hambre que se organizó en España, por iniciativa de un grupo de mujeres de Acción Católica y en respuesta a una llamada de la FAO en todo el mundo. En 1978 adquirió plena personalidad jurídica, canónica y civil, como organización no gubernamental (ONG), pasando a denominarse Manos Unidas.

El año pasado manejó un presupuesto de ingresos de 54.021.970 euros -el 77,2 %, de fuentes privadas y el 22,8 % del sector público-, con los que está financiando más de 25.000 proyectos en 64 países de Asia, África, América y Oceanía. Unos 80.000 socios soportan el trabajo de la organización. Cuenta, además, con 4.500 voluntarios, en su mayoría mujeres, que en las campañas de Navidad pueden llegar a los 150.000.

Entre los donantes públicos a Manos Unidas destacan las subvenciones concedidas por la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo, y también donaciones de comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos. El 92,1% de esos ingresos son destinados a los proyectos solidarios, con apenas un 6% para gastos de administración, y el 1,9% para promoción y captación de recursos.

La ONG católica llegó a las últimas votaciones del jurado del Premio Príncipe de Asturias junto a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y a la dirigente de la oposición democrática birmana Daw Ang San Suu Kyi, Nobel de la Paz en 1991. Al galardón optaban 34 candidaturas de 19 países.

Myriam García Abrisqueta, presidenta de Manos Unidas.
Myriam García Abrisqueta, presidenta de Manos Unidas.JUANJO MARTÍN
El jurado de los reputados galardones ha destacado su "apoyo generoso y entregado a la lucha contra la pobreza"Vídeo: MANOS UNIDAS

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