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Los MIR se prepararán para tratar a enfermos con varias patologías

Sanidad cambia por primera vez en 26 años el plan formativo de los médicos

Ha costado cuatro años, pero el Ministerio de Sanidad ya tiene listo el proyecto de reforma de la formación de los especialistas médicos (los MIR) que va a presentar a la Comisión de Recursos Humanos el martes. En él se agrupan 36 de las 44 especialidades en cuatro grupos (troncos médico, quirúrgico, de laboratorio y diagnóstico clínico y de imagen clínica). Es la primera gran reforma del sistema MIR desde que se instauró, en 1984.

La modificación afectará a los estudiantes de Medicina que se licencien a partir de 2012 (unos 4.000 al año), según ha explicado a este periódico el director general de Ordenación Profesional, Alberto Infante. Tras presentarse a las pruebas MIR (unas 7.000 plazas, aunque esa cifra va en aumento), su especialización tendrá dos etapas. En los dos primeros años realizarán un trabajo "más transversal", dice Infante. Luego entrarán en la especialidad propiamente dicha.

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La reforma, que estaba prevista en la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias de 2003, tiene ventajas tanto para los médicos como para los pacientes, indica Infante. Para los primeros, porque les permitirá conocer más a fondo el hospital, ya que no se centrarán durante los cuatro o cinco años que dura el MIR en un único departamento. Como tendrán una base más amplia, estarán mejor preparados para un futuro en el que cada vez más los pacientes tenrán varias patologías. Y durante esos dos años troncales podrán asegurarse de que la especialidad que van a cursar es la que de verdad les gusta (es posible que un licenciado que quiere ser cirujano torácico luego prefiera la cirugía cardiovascular, o al revés).

También tendrán más fácil reciclarse. Ahora, en teoría, para cambiar de especialidad hay que hacer el MIR completo. Luego, bastará con cursar los dos años correspondientes -"y eso como mucho, porque podrá haber pasarelas o cursos puente", matiza Infante-. Sería el caso de un médico dispuesto a cambiar de especialidad si así consigue un cambio de destino, por ejemplo.

Fuentes de la negociación indican que los futuros MIR de primer y segundo año tendrán otra ventaja. Al no estar adscritos a un departamento, dejarán de ser los "chicos para todo" de sus jefes, que tendrán que compartirlos con otros servicios.

Esto es muy importante en unidades con muchas guardias o donde los médicos fijos descargan en los MIR el grueso de la atención para dedicarse a su actividad en la sanidad privada, añaden estas fuentes. Por su parte, los pacientes contarán con la ventaja de que los futuros médicos, que empezarán a ejercer como especialistas a partir de 2016, tendrán unos conocimientos más amplios, no sólo médicos, sino también de cómo se gestionan los hospitales, por lo que les podrán orientar en las gestiones que necesiten.

Sanidad ha intentado que el cambio fuera decidido por los profesionales. Por eso ha descargado gran parte del trabajo en la Comisión de Especialidades. Esto ha supuesto un continuo tira y afloja con las sociedades médicas. El resultado es que aparte de las cuatro que, por currículo, iban a quedar fuera (anatomía patológica, oftalmología, pediatría y psiquiatría), ha habido otras cuatro (ginecología, cuyo presidente, José Manuel Bajo Arenas, lideró la rebelión, dermatología, otorrinolaringología y medicina preventiva) que no seguirán el sistema troncal. Estas especialidades alegaban que no tenían nada en común con el resto, y que necesitaban un programa formativo específico desde el principio.

El cambio, advierte Infante, no va a parar aquí. Hay dos futuras especialidades (psiquiatría infantil, que formará un área común con psiquiatría y medicina de urgencias y emergencias) que se incluirán. En cambio, otra de las más demandadas (enfermedades infecciosas) tendrá que esperar. Infante señala que en España hay 44 especialidades, mientras que la UE tiene 28, lo que es una vía para pensar, más adelante, en redefinir el mapa.

Plazas en aumento

Programar la formación de los médicos es una tarea a largo plazo. Los que entraron este curso en primero de carrera no ejercerán como especialistas hasta dentro de 10 años. Además, el proceso tiene dos etapas -la universitaria y la especialización-, que dependen de Educación y Sanidad, respectivamente. En cada una de ellas hay un filtro -el numerus clausus en las facultades y el de plazas de MIR-. Pero este cada vez es más laxo, porque faltan especialistas (3.000 según Sanidad). Por eso, las matrículas han aumentado un 50% desde 2005 (de 4.113 a 6.149 en 2009). Y también lo han hecho los MIR (de 5.670 a 6.948).

El director general de Ordenación Profesional, Alberto Infante, recalca que como de las facultades salen cada año unos 4.000 licenciados, que se presenten extranjeros al MIR (4.619 extracomunitarios este año) no implica que los que han estudiado en España se queden sin plaza. Infante no lo dice, pero hay una posibilidad: que los de fuera saquen mejor nota que los formados aquí. Y tener a los mejores es bueno para el sistema y para los pacientes.

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