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Vacuno alimentado con pasto radiactivo se extiende por Japón

El Gobierno prohíbe comercializar la carne procedente de Fukushima - Las autoridades reconocen que las alertas no llegaron a los granjeros

Los efectos de la crisis nuclear desencadenada por el terremoto y el tsunami que asolaron la costa noreste de Japón el pasado 11 de marzo no cesan. El Gobierno japonés prohibió ayer todos los envíos de ganado vacuno de la prefectura de Fukushima, después de haber descubierto que animales alimentados con forraje de plantas de arroz con altos niveles de cesio radiactivo fueron vendidos y distribuidos por todo el país. "Hemos ordenado al gobernador que paralice todos los transportes de vacuno de Fukushima a las fábricas procesadoras de carne", declaró Yukio Edano, portavoz del Gobierno, informa France Presse.

Las primeras investigaciones en las granjas de la prefectura -donde se encuentra la central nuclear de Fukushima 1, dañada por la catástrofe- han revelado que más de 500 cabezas de ganado que comieron hierba seca con radiación han sido enviadas a diferentes partes del país. Otras informaciones hablan de 650 animales, procedentes principalmente de esta región, pero también de prefecturas vecinas. Su carne se ha distribuido en 38 de las 47 prefecturas del país.

El heno estaba contaminado 500 veces por encima del límite seguro

El heno, que fue dejado en los campos de arroz a pesar de que la central atómica no ha dejado de emitir radiación desde que se produjo la catástrofe, contenía cesio radiactivo hasta 500 veces superior al límite considerado seguro.

El Gobierno está realizando pruebas para comprobar si la carne -que en algunos sitios ha sido consumida por la gente, según algunas informaciones- resultó a su vez contaminada. Además, ha pedido a las prefecturas que verifiquen si la paja utilizada en la alimentación de animales está libre de radiactividad.

El Ministerio de Agricultura ha tomado esta decisión tras detectar ganado que había comido forraje contaminado en las prefecturas de Niigata y Yamagata. "El Gobierno está haciendo el máximo posible para localizar dónde ha sido enviada la carne de las vacas afectadas y, cuando es encontrada, efectuar pruebas", señaló Edano. Las autoridades van a inspeccionar toda la carne que sale de Fukushima. Ya han controlado 33.000 cabezas de ganado y tienen previsto chequear todas las que existen en las 4.000 granjas de la región antes del 3 de agosto. Los criadores podrán distribuir la carne si cumple los niveles de seguridad gubernamentales. El Ministerio de Sanidad español explicó ayer que en Europa no se importa esta carne.

Los expertos aseguran que las consecuencias de un posible consumo de vacuno con radiactividad no están claras, ya que, aunque hay muchos estudios sobre la ingesta de alimentos con radiación, no hay datos sustanciosos en lo que respecta a este tipo de carne en Japón.

La inquietud sobre la posible contaminación de la carne surgió el pasado 8 de julio, cuando el Gobierno metropolitano de Tokio dijo que había encontrado radiactividad en ternera procedente de una granja en Minami Soma, a unos 25 kilómetros al norte de la nuclear. La muestra dio 2.300 becquereles por kilogramo. Los ganaderos afectados afirmaron que no sabían nada de una advertencia emitida el 19 de marzo por el Gobierno, que dictaba que no se debía dar de comer a los animales forraje almacenado en el exterior. Las autoridades de Fukushima reconocieron que la prefectura no había pasado las instrucciones de forma adecuada a los granjeros.

Aunque Fukushima produce menos del 3% de la ternera de Japón, el descubrimiento de que el ganado ha comido heno contaminado y que la carne se ha vendido por todo el país ha incrementado la preocupación. Desde que se produjo la catástrofe, se han encontrado verduras, leche, té, agua del grifo y pescado contaminados, debido a la fuga de radiactividad al aire y al mar.

Imagen de una granja vacuna en los alrededores de Fukushima (Japón) tomada la semana pasada.
Imagen de una granja vacuna en los alrededores de Fukushima (Japón) tomada la semana pasada.MAX HODGES (CORDON PRESS)

Limpieza de uranio, en 2015

Los técnicos continúan trabajando para estabilizar la central atómica de Fukushima 1 que, situada 240 kilómetros al norte de Tokio, continúa soltando radiactividad. El Gobierno y Tokyo Electric Power (Tepco) (la compañía propietaria) intentarán que en enero, como muy tarde, los reactores se coloquen en "parada fría", estado en el que el uranio en el núcleo ya no puede hacer hervir el agua utilizada como refrigerante).

Responsables de Tepco aseguraron ayer que han dado un paso importante al instalar con éxito un sistema de refrigeración que permite circular agua para refrigerar los reactores. Sin embargo, hasta 2015 no se podría comenzar a extraer las barras de combustible de uranio de las piscinas de almacenamiento en los reactores.

La ciudad de Fukushima, que se encuentra a 60 kilómetros de la instalación atómica -fuera de la zona de 20 kilómetros de radio de evacuación obligatoria-, entregará dosímetros a 34.000 niños de cuatro a 15 años a partir de septiembre para que los puedan llevar encima las 24 horas, con objeto de evaluar sus niveles de contaminación. Los niños corren mayor riesgo que los adultos de desarrollar cáncer y defectos genéticos por la radiación.

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