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Los expertos están calculando ya dónde caerá la sonda rusa averiada en órbita

La cápsula en la que tenían que llegar las muestras a la Tierra resistiría íntegra la entrada en la atmósfera

Los especialistas rusos siguen intentando recuperar el control de su sonda Phobos-Grunt, que fue lanzada con destino Marte el pasado martes, pero que se ha quedado en órbita terrestre al no encenderse sus motores. Las probabilidades de éxito son ya muy escasas y los expertos internacionales en dinámica orbital están ya calculando dónde y cuándo podría caer en la Tierra el artefacto fallido, de 12 toneladas. Todo apunta hacia algún momento entre finales de noviembre y mediados de diciembre, y el NORAD (Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial, en sus siglas inglesas) estadounidense indica el 26 de este mes como fecha más probable, según informa Russianspaceweb.com. Como el cohete Zenit colocó la sonda en órbita con una inclinación de 51 grados sobre el ecuador, la caída al suelo se produciría en algún lugar situado entre los 51 grados Norte y los 51 Sur.

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Las probabilidades de salvar la Phobos-Grunt son "muy, muy pequeñás", ha declarado una fuente del sector espacial ruso a la agencia Interfax, según informa France Press. Los responsables de control de la misión han hecho repetidos intentos de captar datos enviados por la nave (telemetría), pero todos han sido fallidos hasta ahora. El vehículo interplanetario, desarrollado y construido por el instituto NPO Lavochkin, fue lanzado el pasado martes pero, una vez en el espacio, no se produjeron los encendidos previstos de sus motores para iniciar el viaje a Marte y se quedó en órbita terrestre (alejándose hasta unos 346 kilómetros y acercándose a 214).

La nave, si sigue descontrolada, acabará por caer a la superficie terrestre. Según los cálculos del NORAD debería hacer caído ya unos 215 metros en su órbita, y sin embargo los últimos datos indican que se ha elevado 138 metros, lo que podría deberse a falta de precisión de las mediciones o a que se ha encendido algún propulsor de la nave, tal vez incluso sea un escape de combustible, continúa Russianspaceweb.com.

Al entrar en la atmósfera terrestre, la Phobos-Grunt se destruiría prácticamente entera, incluidas las 10 toneladas de combustible tóxico (hidracina y tetróxido de nitrógeno como oxidante) que lleva, y al suelo llegarían sólo fragmentos. Pero entre esos fragmentos habría uno diseñado precisamente para resistir la entrada en la atmósfera de nuestro planeta y llegar íntegro al suelo: la cápsula que traería las muestras tomadas en la luna marciana Fobos.

Con unas 12 toneladas, la masa de la sonda rusa es el doble de la del satélite incontrolado estadounidense UARS, que cayó a la Tierra a finales de septiembre.

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