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MORTALIDAD HOSPITALARIA

Los familiares de fallecidos piden una aclaración

Oriol Güell

Las familias de tres fallecidos en las urgencias del hospital Severo Ochoa, en Leganés, cuyos casos han sido puesto junto a otros cinco como ejemplo de muertes supuestamente causadas por sobredosis de tranquilizantes, pidieron que se aclare lo sucedido y afirmaron que las defunciones se produjeron a las pocas horas de entrar en el hospital y ser medicados.

Aurora Garnelo Fernández, de 84 años, murió el 13 de mayo de 2003. "La llevaron a urgencias desde un centro de rehabilitación porque había escupido sangre. Fue todo muy rápido. El médico dijo que le quedaban unas pocas horas de vida por una hemorragia. La medicaron y ya no despertó. Ingresó a las dos de la tarde y murió de madrugada", explicó ayer su hija Claudina.

Ésta admitió ayer que se quedó "muy sorprendida" con la rapidez en que sucedieron los acontecimientos, pero que "en esos momentos te quedas conmocionada y te crees todo lo que te digan los médicos". "Hoy me he enterado de la denuncia. No sé qué pensar, porque no tengo ningún indicio de nada. Pero sí debe abrirse una investigación a fondo para aclarar lo sucedido", reclamó la mujer.

Los otros dos casos conocidos son enfermos de cáncer en fase muy avanzada. Por ello, las familias admiten que cuando acudieron al hospital ya sabían que los enfermos se enfrentaban a los últimos días de su vida, por lo que no se sorprendieron de que fallecieran a las pocas horas. Ante la noticia de la investigación abierta, admiten sentirse desconcertados y no saber si la medicación pudo acelerar las muertes.

Morfina

"Mi marido ingresó a las 10 de la noche del 21 de septiembre de 2003 y murió al mediodía siguiente. En casa tomaba morfina y todos sabíamos que se iba a morir. Murió muy rápido, pero no pensé nada entonces sobre la actuación de los médicos", explicó Rosa Manso, viuda de Francisco García Sánchez, quien murió a los 63 años.

Hilaria Orgaz tenía 66 años cuando falleció en el Severo Ochoa a las pocas horas de ser ingresada, según explicó ayer su hija.

La presidenta de la Asociación de Víctimas de Negligencias Sanitarias (Avinesa), María Antonia Moral, aseguró ayer que el pasado viernes 4 de marzo recibió una denuncia anónima que alertaba de la alta mortalidad en las urgencias del Severo Ochoa. "Informamos al consejero de Sanidad de Madrid, Manuel Lamela, que nos recibió el pasado lunes y le explicamos el contenido de la denuncia", añadió. Avinesa también notificó el contenido de la denuncia a la Fiscalía de Madrid.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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