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Los médicos de Leganés declaran ante el juez a los 18 meses del inicio de la crisis

Lamela ha relevado a 21 profesionales del Severo Ochoa que apoyaron a los acusados

Ocho médicos comparecerán a partir de hoy y hasta el próximo lunes ante los juzgados de Leganés para defender las sedaciones que aplicaron a 15 enfermos terminales del hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid). Las declaraciones llegan 18 meses después de que una denuncia anónima les acusara, el 2 de marzo de 2005, de haber cometido "400 homicidios" en el servicio de urgencias del hospital. El consejero de Sanidad de Madrid, Manuel Lamela, ha encabezado desde entonces una cruzada para sentar a los ocho médicos en el banquillo de los acusados. Por el camino han quedado 21 profesionales del hospital, relevados por Lamela tras haberse solidarizado con los acusados.

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Tras 18 meses de acusaciones, anónimas y públicas -Lamela ha afirmado la existencia de "incidios de responsabilidad penal por un delito de homicidio imprudente"-, los ocho facultativos ofrecerán a partir de hoy su versión de los hechos.

Los 400 casos denunciados por el escrito anónimo han quedado reducidos, tras sucesivos informes e investigaciones, a los 15 que el juez ha considerado susceptibles de ser investigados. Los ocho médicos que las aplicaron, ahora imputados, son Miguel Ángel López Varas, que declara hoy; el ex coordinador de Urgencias, Luis Montes, que comparecerá mañana; Jorge Olalla y Juan Andrés Bernardo Aranda, que lo harán el miércoles; y Jorge Rojas, César Cerezo, Diego Gamero y Carlos Diaz, que acudirán a los juzgados el próximo lunes.

El juez decidirá si existen motivos para iniciar el juicio o archiva el caso. Los médicos consultados mostraron su satisfacción por poder comparecer ante el juez. "Ya era hora que después de un año y medio de manipulaciones, mentiras y linchamientos públicos, podamos al fin defender nuestra actuación y honor ante el juez con todas las garantías".

Hospital en ebullición

El Severo Ochoa es hoy un hospital distinto al que era cuando estalló la crisis: 21 profesionales han sido destituidos por la Consejería de Sanidad tras mostrar su apoyo a los médicos. Los últimos lo fueron este pasado agosto, cuando Sanidad apartó del cargo a los responsables de cinco servicios. Desde marzo de 2005, han sido destituidos el director médico, el de gestión, tres supervisores de enfermería, cinco jefes de servicio y 11 médicos de urgencias.

Los portavoces del hospital y del consejero justifican estas decisiones: "Son puestos de libre designación. Es una práctica habitual de todas las administraciones cambiarlos cuando se considera necesario".

Pero no todos están de acuerdo. Begoña San Vicente, delegada de Comisiones Obreras en el hospital de Alcalá de Henares -un centro que, con más de 400 camas y 1.700 trabajadores, tiene unas dimensiones similares al Severo Ochoa- considera "muy raras" las destituciones. En los 17 años que San Vicente lleva trabajando en el centro de Alcalá únicamente recuerda el cese de "uno o dos" supervisores y de "prácticamente ningún" jefe de servicio.

Joaquín Insausti, el último responsable que ha pasado de jefe a "soldado raso" -con la consiguiente pérdida de 600 a 800 euros mensuales- cree que las destituciones redundarán en un peor servicio del hospital. "La médico que me ha sustituido me reconoció que venía de un centro privado y que no tenía experiencia en la gestión de uno público", asegura.

De los que se califican como represaliados políticos, algunos han tenido que buscar trabajo en otros centros y otros han pasado a ocupar un cargo de menor rango en el Severo Ochoa. Es el caso de Frutos del Nogal, uno de los médicos que montaron el servico de Cuidados Intensivos en 1987, año en el que se fundó el hospital. De jefe de servicio, fue relegado el año pasado a jefe de sección, un puesto inferior. Finalmente, el pasado 17 de agosto tampoco encontró la confianza del hospital para desempeñar este cargo y fue destituido nuevamente.

"Caza de brujas, revanchismo ideológico, purgas estalinistas...". Del Nogal no oculta su opinión sobre los últimos acontecimientos. Lamenta que el hospital en el que trabaja desde hace dos décadas haya pasado de un puesto entre los 20 mejores del país a caer en los últimos meses a las posiciones de cola.

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