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Las salas de control de Ascó carecían de sellado antiincendios

La central no precisa cuánto duró el fallo, pero revisará todo el recinto

A cada revisión, nuevas incidencias. La nuclear de Ascó (Tarragona) detectó la semana pasada que las salas de control de los dos reactores de la central operaban sin cumplir la normativa de protección contra incendios. Una inspección rutinaria localizó brechas en el blindaje de los edificios que dejaban en nada el sellado que requiere cada zona para contener el fuego que pueda declararse en edificios contiguos.

Ascó es una de las dos nucleares españolas que dispone de unidades gemelas; es decir, cuenta con dos reactores independientes que se gestionan a través de sendas salas de control. Las dos operaron siendo vulnerables al fuego durante un plazo de tiempo indefinido.

ANAV, la empresa propiedad de Endesa e Iberdrola que gestiona la central, ya ha blindado ambas salas y ha anunciado que inspeccionará las barreras antiincendio de todo el recinto. No precisó, sin embargo, durante cuánto tiempo la nuclear ha operado con este fallo de seguridad.

Algunos empleados de esta sala resaltaron la gravedad de que la central operara manteniendo ambas salas de control desprotegida del fuego. "La instalación es compleja y puede ocurrir en otros sitios, pero que el defecto afecte al corazón de la central es preocupante", insistieron. La nuclear vecina de la de Ascó, la de Vandellós, también gestionada por ANAV, lleva parada desde agosto por un incendio. Entre ambas suman 31 de las 51 incidencias registradas en los ocho reactores españoles en lo que va de 2008.

La empresa minimizó el alcance de la anomalía que, según relató al Consejo de Seguridad Nuclear -máxima autoridad atómica del país-, se repitió de forma idéntica en los dos grupos de la central. Según ANAV, la brecha se debe a que se retiraron una serie de tuberías que conectaban con la sala de control. Al hacerlo, alguien "olvidó" sellar el boquete que éstas dejaron abierto. Los empleados señalaron que, de ser cierto, ese boquete es suficiente para propagar el fuego y sellarlo es obligatorio.

El incidente sentó mal entre los empleados de la nuclear porque cae sobre terreno abonado. Varios técnicos de Ascó relataron que el disgusto de los trabajadores va en aumento porque los problemas de seguridad de la nuclear afectan directamente a sus puestos de trabajo y, lo que es peor, muchos de ellos los conocen a través de los medios. Ayer se repitió el patrón. "No sabíamos nada", añadió un técnico, "pero un día llegará la gota que colme el vaso".

La nuclear de Ascó, en una foto de archivo.
La nuclear de Ascó, en una foto de archivo.JOSEP LLUÍS SELLART

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