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Nuevo récord en las quinielas: sesenta y seis millones para un soldado madrileño

Ocho variantes, seis equis y dos doses, han hecho multimillonarios, en esta tercera jornada de las quinielas, a un soldado toledano, con residencia en Madrid, y al encargado de un bar en el barrio marinero de Conil (Cádiz). Teodoro Martín (veintiún años, soltero), que además del pleno de catorce aciertos tiene otras siete columnas de trece aciertos y dieciocho de doce, cobrará 66 millones de pesetas. José Caravaca Domínguez (37 años, casado y con cuatro hijos) recibirá 58 millones de pesetas. Lo dos quinielistas rellenaron sus boletos sin ningún tipo de lógica, y los dos se quedaron asombrados al comprobar el elevado número de millones que van a cambiar por completo las modestas economías de sus familias. Hasta ahora, el récord en las quinielas lo ostentaban José Vilches y Antonio Sauri, que en la temporada 1971-72 acertaron un pleno por el que cobraron 54 millones.

Desde su fundación, en 1946, las quinielas han hecho millonarios a 3.500 españoles. Desde el célebre Gabino, que cobró en 1968 más de treinta millones de pesetas (de las de entonces), hasta los señores Vilches y Sauri, que en 1972 se repartieron 54 millones (también de los de entonces), doce españoles han cobrado premios superiores a los treinta millones de pesetas.Nuevamente, el récord ha caído en esta tercera jornada del campeonato 1977-78, y por partida doble, Teodoro Martín, nacido en Toledo hace veintiún años, residente en Madrid, soldado voluntario en la Academia de Artillería de Fuencarral (en Madrid), y José Caravaca Domínguez, 37 años, vecino de Conil (Cádiz), donde regenta el bar Media Luna. cobrarán, respectivamente, 66 y 58 millones de pesetas.

«Casarme el año próximo y vivir tranquilo»

Teodoro Martín es el hijo menor de una familia de tres, cuyo padre es propietario de un bar-restaurante en la calle del Comandante Zorita de Madrid. Como su padre, sus hermanos y varias decenas de clientes de la peña quinielística del bar de su familia, participó en la quiniela supermúltiple de esta semana, en la que se gastaron 35.000 pesetas. Pero el pasado viernes, a última hora, decidió hacer una quiniela por su cuenta de 54 apuestas (405 pesetas) por «si sonaba la flauta», como él dijo. «La rellené sin ningún tipo de lógica, aunque soy aficionado al fútbol. Contra lo que se dijo, en un principio, de que sólo había un máximo acertante en Conil, yo estaba tranquilo con mi quiniela de catorce, incluso antes de que se celebrase el partido Atlético de Madrid-Betis, porque ese resultado lo tenía a un triple. Me pasé la tarde del domingo siguiendo los resultados, y desde las siete de la tarde sabía que tenía catorce. Lo que ocurrió es que hasta la mañana del lunes no lo comprobamos oficialmente y no quisimos decir nada. Hasta ayer por la mañana, en que hablamos con el Patronato, no supimos que me correspondían sesenta y tantos millones. Me quedé de una piedra. Como mucho, mi familia y yo pensábamos que podríamos cobrar ocho o diez millones de pesetas.»

En el bar-restaurante de la familia de Teodoro Martín se trabajó con normalidad durante todo el día de ayer. Visiblemente nervioso y adoctrinado por su padre, que fue en su día directivo del Toledo Club de Fútbol, el joven Teodoro (que terminará la mili en febrero y que a continuación se casará con su novia, Marisa) responde a las preguntas de periodistas y amigos con evasivas. «No sé lo que voy a hacer con el dinero. No he tenido tiempo para pensarlo. Lo más seguro es que lo reparta con mi familia (Teodoro tiene dos hermanos mayores que él, Fernando y Pilar) y que mis nadres dejen de trabajar una vez que hayamos traspasado el restaurante. Y en cuanto a mí, lo que quiero hacer es casarme el año próximo y vivir tranquilo.»

Por tres duros, 58 millones

A José Caravaca Domínguez casi le dio un síncope cuando Ayala marcó el gol Atlético a sólo nueve minutos del final del partido con el Betis el domingo por la tarde. Caravaca, que cómo él dice, es del Barcelona, «aunque el Betis es el equipo mejor que hay», jugaba la equis fija en el partido. Con trece resultados seguros estaba viendo el partido por televisión y se las prometía felices con el empate. Luego «se me arregló el cuerpo cuando empató el Betis».

José Caravaca, Tani, como se le conoce en Conil, tampoco sabe qué va a hacer con el dinero "Es que todavía no me creo que sean tantos millones. Después del partido de la tele estuvimos festejando aquí en el bar los catorce. Pensábamos que podría cobrar seis o siete millones, pero es que tanto..." Tani se tomó por lo menos quince o veinte cervezas en la noche del domingo, sin dormir se fué el lunes por la mañana a la Caja de Ahorros de Cádiz (varios apoderados de bancos estuvieron durante la noche del domingo y la mañana del lunes intentando convencer a Caravaca para que depositase el boleto en sus respectivos bancos) a entregar el boleto premiado. «Fíjese usted, la quiniela que hice me costó tres duros. La rellené sin pensar, el mismo viernes, cuando pasé por delante de un despacho de quinielas de Conil.»

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