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Santiago Pozo

La unión de Hollywood con el mundo hispano

Rocío García

Habla de su mercado. El de los hispanos en Estados Unidos, y más concretamente, en Los Ángeles. Santiago Pozo, riojano de 31 años, ha introducido el cine norteamericano en el mundo hispano en EE UU, que alcanza los 20 millones de personas. Como responsable de marketing de la Universal Pictures, se estrenaron por primera vez películas simultáneamente en castellano e inglés. Hace más de un año creó su propia compañía en Los Ángeles, y ahora prepara en Madrid su primera película, La última siembra, como productor. Es "una mirada introspectiva en el alma de los pobres y olvidados".

Se aficionó al cine gracias a la mantequería que su padre tenía en la zona de Ventas de Madrid. El cine Fundadores, ya desaparecido, le regalaba dos entradas semanales a cambio de anunciar la programación en el establecimiento. Allí Santiago Pozo veía Los siete magníficos y El ladrón de Bagdad en sesión doble. Se licenció en Historia por la Universidad Complutense de Madrid, ante el desencanto de los estudios de Imagen.Sin saber una sola palabra de inglés, Santiago Pozo consigue una beca del comité conjuno hispano-norteamericano y se traslada a Los Ángeles, donde estudia en la prestigiosa Escuela de Cine de la University of Southern California (USC). Todavía sin terminar el master del Peter Stark Program, un programa que estudia en profundidad los aspectos financieros, de marketing y legales de la producción cinematográfica, es contratado por Universal Pictures MCA, donde es responsable de investigación de mercado, publ¡cidad y distribución de las películas en el mundo hispano en Estados Unidos.

Dos cosas le indujeron, en diciembre de 1987, a crear su propia compañía, The Arenas Group. Por un lado quería producir películas, pero su contrato con la Universal no se lo permitía, y, por otra parte, Robert Redford discutía con él en esos momentos la manera de vender su película Un lugar llamado Milagro. "Yo sabía que Robert Redford se vendría conmigo. Fue como mi paracaídas". Efectivamente, tres días después de creada The Arenas Group, el acitor y director norteamericano delegaba en Santiago Pozo la campaña de promoción de su película.

En su primera producción, La última siembra, de la que es también coguionista -"yo me considero tan autor de la película como el director; no me interesa sólo contar duros"-, aunará su bagaje cultural con la proyección internacional que le quiere dar. "En España falla la ambición de los productores de entrar en el mercado internacional, que es algo que hay que hacer a priori y no a posteriori". Para ello ya tiene 250.000 dólares, del británico Channel 4, del millón y medio en total que buscará en Estados Unidos, España y Canadá. "Hay una cosa muy sencilla: si yo meto a todos estos sectores, luego la defenderán mejor en sus respectivos países".

Es nervioso y echa de menos de España los toros y el pan crujiente. "Yo no soy un genio. Llegué en el momento justo al sitio justo. Vi una oportunidad de abrir las taquillas en un mercado como el hispano, hasta entonces desatendido". Ha descubierto Latinoamérica en Estados Unidos y dice, absolutamente convencido, que "si yo estoy donde estoy es gracias a los cuatro millones de hispanos de Los Ángeles".

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