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Reportaje:

El Guggenheim se viste de largo

La inauguración de la exposición del modisto Giorgio Armani congregó en Bilbao a decenas de famosos

Quizá la duda sobre si la moda puede elevarse a la categoría de arte contemporáneo y lograr un espacio en los museos continúe, pero la exposición de Giorgio Armani en el Guggenheim de Bilbao demostró ayer que es un gran fenómeno social. Casi 200 periodistas acreditados -el triple que cualquiera de las exposiciones programadas en el museo-, conexiones en directo de las televisiones y centenares de curiosos en los alrededores del museo para ser testigos de un prometido desfile de famosos fueron los datos que avalan la expectación despertada anoche por la gala de inauguración de Giorgio Armani, un recorrido por 25 años de trabajo del modista italiano a través de 400 de sus trajes de hombre y mujer.

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Todo el espectáculo que proporciona el glamour del mundo de la moda, el poderío económico de la empresa Giorgio Armani y la experiencia del Guggenheim en convertir las exposiciones en producto de consumo para un amplísimo público se unieron para dar relumbrón a la velada. La gala no alcanzó, sin embargo, el relumbrón del gran acontecimiento que supuso la inauguración de la misma exposición en el Guggenheim de Nueva York el pasado mes de octubre. Allí estuvieron para mostrar su admiración por el trabajo de Armani Richard Gere, Michelle Pfeifer, Robert de Niro, Lauren Bacall, Claudia Cardinale, Lauren Hutton, Jeremy Irons, Isabella Rosselini y Glenn Close, entre otras celebridades que habitualmente lucen modelos de Armani.

Ayer, el modista desplegó el mismo encanto de anfitrión perfecto, pero el resultado fue una fiesta a escala de Bilbao. El funcionamiento a toda máquina de los gabinetes de relaciones públicas de Armani en Milán y Nueva York consiguió, sobre todo, la presencia de famosos de interés para la prensa rosa española.

Los fotógrafos italianos, en cambio, no identificaban a los supuestos famosos invitados. Boris Izaguirre, la princesa Alexandra de Grecia o Carmen Martínez Bordiú son completos desconocidos fuera de España. 'Antonia dell´Atte fue de las primeras modelos de Armani, pero ya nadie se acuerda de ella en Italia', decía el enviado especial de una agencia gráfica italiana. Al final falló Luis Figo, consumidor habitual de la marca, y la única representación del mundo del fútbol fue el jugador del Athletic Julen Guerrero.

La gala comenzó con la foto oficial de los representantes institucionales de la Fundación Guggenheim Bilbao, encabezados por su presidente, el ex lehendakari Juan José Ardanza, que posó distendido junto a Armani, el director general del Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte, y los comisarios de la exposición.

Allí empezó el pase de modelos de Armani vestidos por los invitados, empezando por el traje azul noche de Roberta Armani - la sobrina y mano derecha del modista-, elegido, según dijo, a última hora

Fue una noche en la que dominó el blanco y el negro, como el vestido bordado de Isabel Preysler o los conjuntos de Miguel Bosé, Joaquín Cortés, Pedro Almodóvar -con un traje muy parecido al que lució al recibir el Oscar-, José Coronado y Francis Montesinos, que se saltaron con estilo el rigor de la etiqueta, obligado en el acto.

Una coincidencia de fechas hizo que el nombre de Armani pueda coincidir en los periódicos de hoy con otro de los grandes de la moda, Cristóbal Balenciaga. A menos de 100 kilómetros de Bilbao, en Getaria (Guipúzcoa), el presidente de la Fundación Balenciaga, el modista francés Hubert de Givenchy, colocó la primera piedra del museo que albergará más de un centenar de trajes de alta costura del creador guipuzcoano, fallecido hace 29 años.

El museo se construirá partiendo del palacio Aldamar, que perteneció a la marquesa de Casatorre, la abuela de la reina Fabiola de Bélgica, mentora de Balenciaga. A la reforma del edificio ya existente se añadira una nave de nueva construcción, que abrirá sus puertas al público en mayo de 2003.

'La costura es un arte', dijo Givenchy tras aventurar que el museo de Getaria será un templo para la moda. La presencia de las creaciones de Armani en Bilbao será efimerá: en septiembre la exposición será desmontada. Pero la vocación de permanencia del Museo Balenciaga va más alla de lo tangible. La fundación prevé poner en marcha una cátedra universitaria con el nombre del modista para impulsar los estudios sobre moda y creación.

Isabel Preysler saluda a Giorgio Armani ayer en el Museo Guggenheim de Bilbao.
Isabel Preysler saluda a Giorgio Armani ayer en el Museo Guggenheim de Bilbao.SANTOS CIRILO

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