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María Isabel Mijares

La secretaria de la Unión Internacional de Enólogos causa asombro en Sevilla en un curso sobre la cultura del vino

Estudios de química y de francés, y un abuelo propietario de bodegas son les factores que han llevado a esta mujer a constituirse en una primera autoridad mundial en enología, María Isabel Mijares no es de zona vinícola, pues nació en Mérida, pero ha volcado su vida en el vino. Secretaria de la Unión Internacional de Enólogos, ha ganado dos concursos internacionales de cata, y estos días causa asombro en Sevilla, donde se ha convertido en la figura del curso sobre Introducción a la cultura del vino, feliz iniciativa puesta en marcha por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

Los alumnos siguen con expectación reverencial las lecciones de cata de María Isabel Mijares. En el precioso patio del convento de Los Venerables, repleto de mesas, el espectáculo de 200 personas mirando, olfateando y probando vino tras vino resulta tan solemne como insólito. Cuando ella lo explica parece sencillo, pero no resulta fácil que muchos de sus alumnos lleguen a conocer 10.000 o 12.000 vinos con un buen grado de aproximación: "Yo me entreno, me entreno continuamente. Es imprescindible. Primero hay que entrenarse con sabores puros: es decir, con azúcar, sulfato de quinina, ácido acético y sal disueltos en agua, para excitar y entrenar sucesivamente las papilas del dulce, el amargo, el ácido y el salado. Y entrenarse también con vinos; muchos vinos. Son muchas las características de cada vino, y así poco a poco vas actuando por descarte".María Isabel llegó al vino un poco por casualidad. Nació en Mérida, hace 42 años, en una zona sin tradición vinícola. Estudió químicas sin mucha idea de dedicarse al vino, y también francés sin un propósito muy determinado. En cuarto de carrera tuvo la oportunidad de disfrutar de una beca en Burdeos, para estudiar dos; años la especialidad de enología. "Ahí empecé a interesarme seriamente, a recordar que mi abuelo paterno tenía una bodega en León". Volvió a España pa:ra terminar químicas y después obtuvo una beca para completar en Francia sus conocimientos del vino: "Tuve la suerte de trabajar con Emil Peynaud, sin duda el mejor enólogo del mundo. Con él empecé a ver el vino de otra manera, como arte y como, ciencia más que como química. Ahora creo que tengo una visión completa y equilibrada".

Esa visión y su continuo entrenamiento le han servido para ganar dos veces el Concurso Internacional de Cata, algo así como el campeonato del, mundo de la especialidad. París y Turín fueron los escenarios de sus triunfos, en 1979 y en 1981. Actualmente es secretaria de la Unión Internacional de Enólogos.

El vino es la afición y la profesión de esta mujer, propietaria de un laboratorio de análisis y control enológico, que trabaja por encargo con diversas bodegas, y que al mismo tiempo es secretaria del Consejo Regulador de Denominación de Origen de Valdepeñas, cuya calidad reivindica. Confiesa haberse emborrachado algunas veces, pero hay que reconocer que en su caso hay que admitirlo como un "riesgo profesional".

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