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Saramago concluye 'El viaje del elefante', una reflexión sobre la "compasión solidaria"

El Nobel portugués termina el texto en su retiro de Lanzarote durante la convalecencia de una dolencia respiratoria

El escritor y Premio Nobel José Saramago ha concluido en su retiro en la isla canaria de Lanzarote su última novela, El viaje del elefante, una reflexión sobre el sentimiento de "la compasión solidaria" de la que el autor permite ya, en su blog de la Fundación que lleva su nombre, poder leer un adelanto. Saramago ha escrito este libro en el transcurso de una grave dolencia respiratoria que hizo temer por su vida y que le llevó a estar ingresado en un hospital de la isla a finales del pasado año. El mismo llegó a dudar de que pudiera terminarlo. Pero siete meses después puso punto final y hoy el escritor se muestra

"restabecido y con nuevas energías", como dice su esposa y traductora Pilar del Río en el citado blog.

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La novela, que a él le parece más "un cuento", describe un viaje, al mismo tiempo épico, prosaico y jovial, de un elefante asiático llamado Salomón que en el siglo XIX, por algunos caprichos reales y absurdos designios, tuvo que recorrer más de la mitad de Europa. Se trata de un hecho real, ocurrido en la época de Maximiliano de Austria, que nació en Viena, fue nombrado emperador de México en 1864 y fue fusilado en 1867.

Ironía, sarcasmo y belleza

"El viaje del elefante -dice Pilar del Río- es un libro coral donde los personajes entran, salen y se renuevan de acuerdo con las peculiares exigencias narrativas que el autor se impuso y le impusieron". "El elefante y su cuidador tienen nombre, como otros personajes que figuran en los manuales de historia aunque aparezcan también personas anónimas, gente con quien los miembros de la caravana se van cruzando y que comparten perplejidades, esfuerzos o la armoniosa alegría de un techo después de tantas noches durmiendo a la intemperie", añade.

La novela que ronda las 240 páginas, da cuenta de la imaginación de Saramago. "La compasión solidaria, ese sentimiento que siendo expresado literariamente es, sobre todo, humano, atraviesa toda la obra, se distingue y se significa", comenta Del Río. El humor también está presente en la obra y el escritor lo emplea "para salvarse a sí mismo y para que el lector pueda penetrar en el laberinto de humanidades en conflicto sin tener que abjurar de su condición indagadora de humano y de lector", explica la esposa del escritor portugués.

"Ironía, sarcasmo, belleza en estado puro y la responsabilidad de escribir", están presentes en este libro "que no es histórico aunque trate de algo que está en la historia o para ser más exactos en la pequeña historia, aunque intervengan personajes que tengan una vida real y que ahora vuelven a tener una nueva ocasión para convivir con otros procedentes de la imaginación del escritor y todos juntos habitar en las mismas páginas pero no siempre con iguales peripecias", aclara Pilar del Río.

Como es habitual en las novelas del Premio Nobel, El viaje del elefante está puntuado de acuerdo con sus reglas. "Los diálogos se intercalan en la narración, un todo que el lector tiene que ordenar de acuerdo a su propia respiración", comenta. "El lector es el ser fundamental a quien Saramago continuamente interpela, implicándole en el texto", afirma la esposa del autor de Ensayo sobre la ceguera y La caverna.

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