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JJ 00 | ATLETISMO

Las lágrimas de Paula Radcliffe

La británica termina vigésima tercera el maratón

La británica Paula Radcliffe sigue reñida con los Juegos Olímpicos, una competición que se le resiste y en la que, por unas causas o por otras, no consigue hacer valer su condición de plusmarquista mundial de maratón. En Pekín 2008 salió entre lágrimas, como en Atenas 2004. En la capital griega llegaba pletórica, como gran aspirante al oro, y tuvo que abandonar a los 36 kilómetros al no soportar su organismo los efectos de unos antiinflamatorios, y en la china amagó incluso con la retirada con problemas físicos y su esfuerzo tan sólo le reportó el vigésimo tercer puesto.

Campeona mundial de maratón en Helsinki 2005 y ganadora de grandes pruebas de la distancia como en Londres (2002, 2003, 2005 y 2007), así como plata en los 10.000 metros de los Mundiales de Sevilla''99, a Radcliffe los Juegos se le resisten. Fue quinta en los 5.000 metros de Atlanta''96, cuarta en los 10.000 de Sydney''00, y si en Atenas''04 se retiró llorosa del maratón que terminaba en el mítico estadio Panathinaiko en Pekín nuevamente los problemas físicos lastraron su sueño cuando peleaba por cazar a la rumana Constantina Tomescu, a la postre campeona.

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Constantina Tomescu, campeona olímpica de maratón

Ya el año pasado, tras nacer su hija Isla el 17 de enero, tuvo que ser intervenida por una fractura por estrés cerca del pubis, y esta temporada no pudo correr en Londres y cuando trataba de preparar los Juegos sufrió en mayo una pequeña fractura de estrés en el fémur izquierdo que le hizo ser seria duda. La británica, de 34 años, finalmente estuvo en Pekín y trató de ser protagonista, de una forma mucho más prudente de lo que suele, y no pudo otra vez con los Juegos y terminó llorosa de nuevo. "Estaba realmente dolorida. Hubo un momento en el que tuve que parar para estirar. No era un dolor agudo, porque si no hubiera tenido que parar definitivamente. Sentía que corría con una sola pierna, porque con la derecha no podía", explicó luego más tranquila en la zona mixta del estadio Nacional de Pekín.

Radcliffe explicó que a partir de ese momento siguió pero sin forzar la máquina "porque sabía que iba a ser para nada todo el trabajo si no podía llegar a meta". La británica, quien admitió que antes de los problemas no se veía en forma como para atrapar a Tomescu porque "no podía correr a ese ritmo", señaló, sobre el futuro: "Ahora tengo los dedos cruzados para ver qué pasa en Londres 2012".

La británica termina el maratón en el vigésimo tercer puesto
La británica termina el maratón en el vigésimo tercer puestoAFP

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