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"Fuimos demasiado conservadores"

Del Bosque critica que España retuviese el juego con pases laterales en la segunda parte

Con el 2-1, el público del Calderón se entregó a la fiesta arrancándose con un cántico dedicado a las ocurrencias de Maradona. La gente estaba bastante tensa después de ver cómo Argentina respondía al ataque español metiendo mucho los tacos. Así que, cuando entró el tiro de Xabi, en el penalti, la multitud se desmelenó con el característico don local para la improvisación: "¡Que la chupen, oé! ¡Que la chupen, oé!".

Maradona, que tiene pocas pulgas, hizo oídos sordos. Cuando le preguntaron si había reparado en aquello que cantaban las tribunas, fue tajante: "Yo soy el seleccionador argentino. No estoy para estupideces". Hoy, el seleccionador argentino deberá comparecer ante la FIFA, en Zúrich, por haber mandado a los críticos con su trabajo a "que la chupen y que la sigan chupando". Ayer el asunto inflamó a todo el mundo. También a cierto sector de la parcialidad albiceleste, que acudió al estadio con una bandera argentina gigantesca que contenía una leyenda a propósito: "Que la chupen". Finalmente, el asunto contribuyó a crear una coreografía colorista en la fiesta del centenario de la federación española, en la que Casillas jugó precisamente su partido número 100 con La Roja y, sustituido al final por Del Bosque, recibió una gran ovación por parte de los aficionados.

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Maradona dijo que el juego de Argentina le dejó satisfecho y acusó al árbitro de boicotearle una victoria. "No nos hemos regalado nada", señaló en relación a la intensidad del juego; "los dos equipos hicimos las cosas que teníamos que hacer. España lo hizo mejor que nosotros en el primer tiempo y en el segundo corregimos. En un Mundial también se pueden ver partidos así. El que convierte más goles es el que se lo lleva y ahí las cosas no nos salieron del todo. Pero Argentina no vino a dar patadas. Argentina juega al límite y el árbitro juega a lo que quiere. La patada de Silva a Heinze habría sido expulsión en otras circunstancias. Pero era el partido del centenario de la federación española y les correspondía ganar a ellos. Así celebraban mejor la fiesta. El penalti nos tiró por tierra todo el buen trabajo del segundo tiempo. El resultado justo habría sido el empate clavado".

Del Bosque se mostró mucho más autocrítico que su homólogo. "Hemos sido muy superiores", comentó; "pero fue extraño el espíritu de conservación del resultado que hemos mostrado en la segunda parte. Hemos jugado a aguantar el balón, dando demasiados pases laterales, al contrario que en el primer tiempo, que hemos manejado muy bien la pelota, sin intención sólo de conservarla, dando tres toques y buscando el gol. En el segundo tiempo la ha tocado más Casillas. Algún mérito han tenido seguramente ellos, que nos han presionado muy bien. En cualquier caso, los cambios de Navas y Mata nos han dado alegría en el ataque".

El técnico español no se quejó de la dureza del juego argentino. Al contrario. Al parecer, salió encantado con un adversario tan capaz de recrear la tensión de un Mundial en un amistoso. "Me parece que el juego de esta selección de Maradona es fiel a la agresividad y combatividad del fútbol argentino", opinó; "jugaron así, además, con jugadores que juegan muy bien. Es un equipo que tiene un abanico de posibilidades enorme. Sin duda, ha sido como un partido de competición. Esperábamos un partido ácido, duro. No lo digo como una crítica hacia Argentina, sino como un halago. Los argentinos son jugadores profesionales y con oficio. No entienden de amistosos ni de centenarios. Esto es un halago para ellos".

Maradona entendió que el español que más problemas les creó fue Silva: "Me voy contento porque en el primer tiempo nos ganaron la espalda muchas veces y después solucionamos problema. España es un gran equipo y nos ganaban la espalda con Xavi y Silva. No se juntaban nuestros mediocentros con los defensores. Siempre había uno de ellos libre y eran pelotas de gol. Salíamos a presionar muy lejos y Silva se nos metía en medio y nos creaba un desconcierto total. En el segundo tiempo juntamos las dos líneas y España tuvo que tocar para atrás. No es que hayamos sido brillantes, pero el equipo respondió muy bien ante el campeón europeo. Supimos corregir los errores. Nos paramos mejor. Y a partir de ahí Argentina creció porque nos animamos a tocar".

El seleccionador argentino, cabizbajo durante un momento del partido
El seleccionador argentino, cabizbajo durante un momento del partidoAFP
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