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LIGA | ATLÉTICO 2 - SEVILLA 1

Éxtasis en el Calderón

El Atlético remonta a un gris Sevilla con un gol de Antonio López en el minuto 94

Rafael Pineda

Al área que llegó Antonio López para elevarse más que nadie, para sentirse el rey del mambo, para cabecear aquel balón con el reloj, y el partido, muriendo en el minuto 94, para marcar un gol casi milagroso, el que dio la victoria al Atlético, la victoria y algo más. Porque este equipo olía a cadáver hasta hace bien poco y se sintió renacer. Y salió del infierno. Y se sintió grande, feliz, sin fútbol, cierto , pero demostrando unas ganas y un corja contagiosos, para desilusión de un Sevilla que durante toda la segunda parte mostró una cara espantosa.

Y eso que el Sevilla arrancó como un huracán, como si el partido durara cinco minutos. Tan arrolladora puesta en escena no arredró al Atlético, lo que ya es noticia, que se mantuvo entero y frenó el ímpetu rival con la mejor arma posible, con una velocidad endiablada, Reyes volvió a parecerse a Reyes, a aquel chico que hace años deslumbrara al mismísimo Wenger, el gurú del Arsenal.

Atlético 2 - Sevilla 1

Atlético de Madrid: Asenjo; Valera, Perea, Domínguez, Antonio López; Reyes (Jurado, m. 65), Assuncao, Raúl García (Cléber Santana, m. 82), Simao; Forlán e Ibrahima.

Sevilla: Palop; Konko, Drago, Squillaci (Adriano, m. 61), Fernando Navarro; Romaric (Koné, m. 69), Duscher; Jesús Navas, Renato, Perotti (Lolo, m. 74); y Negredo.

Goles: 0-1, m. 43: Renato, de cabeza tras un saque de esquina. 1-1, m. 48: Drago, en propia puerta tras una parada de Palop a Forlán. 2-1, m. 92: Antonio López, de cabeza.

Árbitro: Undiano Mallenco (C. Navarro). Expulsó por doble amarilla a Duscher (m. 64 y 72). Amonestó a los locales Perea (m. 2), Simao (m. 28) y Antonio López (m. 87) y a los visitantes Navas (m. 38), Drago (m. 56) y Koné (m. 89).

Incidencias: partido correspondiente a la decimosexta jornada de Liga en Primera División, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 35.000 espectadores.

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Logró el Atlético maniatar al Sevilla y, aunque le faltó fútbol, lo que ya no es noticia, fue encogiendo a su rival. Hizo alguna de las suyas, claro, que ahí estuvo Perea para intentar, sin conseguirlo, despejar un centro desde la derecha que se le enredó de manera incomprensible entre las piernas, qué cosa tan rara es esto del balón. Ahí lo dejó, en el punto de penalti, sin que nadie del Sevilla se percatara, por inespereado, del lance. Pero estaba serio el Atlético, sin duda. Y a 30 metros del área rival recibió el balón Reyes, que se fue como una locomotora, rememorando aquellos tiempos en que era el futbolista que amenaza con volver a ser. Fabulosa fue su carrera y no menos fabuloso su pase a Forlán, que la pegó con la izquierda abajo, fuera, aunque a centímetros del poste, un tiro del uruguayo de ésos que hace meses acababan en gol y ahora, para desgracia del Atlético, se van al limbo.

Varado el Sevilla, sin más imaginación que la que le aportó Navas, el Atlético fue creciendo. Scquillaci anunció que podía cometer disparates del tenor de, por ejemplo, los de Perea y dejó el balón a pies de Forlán, que se escapó para repetir acción, y fracasó, saliendo como salió su tiro fuera.

Pero ocurrió que el Atlético se encontró con un córner en contra. Mal asunto. Nefasto, mejor dicho, que es el rojiblanco un equipo que sufre un saque de esquina y parece encontrarse ante el paredón. Y allí que voló el envío de Perotti, hacia el segundo palo, y allí que Asenjo sale, o no sale, que el chico no lo vio claro y se quedó en medio de la nada para solaz de Renato, que metió el frentazo y mandó el balón a la red.

Mucho castigo era aquél para el Atlético. Fue de justicia, por tanto, que al arrancar el segundo acto llegara el empate. Cayó el balón al área del Sevilla y Squillaci lo despejó de mala manera, tanto es así que lo hizo con el culo. Forlán pilló la pelota y se plantó ante Palop, un gol cantado en cualquier otra versión del uruguayo, no en la actual. Lanzó Forlán y Palop rechazó el balón con la mala suerte de que el rebote golpeó en el pecho de Dragutinovic, que pasaba por ahí, y se fue dentro.

El gol destrozó al Sevilla. Y más aún, la expulsión de Duscher, al que se le fue la cabeza en una entrada barriobajera a Valera. A partir de ahí el partido fue del Atlético, que no se lo creía, que no era capaz de machacar a un rival inferior en todos los terrenos. Ni un tiro a puerta hubo del Sevilla en el segundo tiempo. Ni uno fuera. Ni una jugada de peligro. Languidecía el partido y el Atlético no encontraba el premio que su empeño, no su fútbol, pedía a gritos. Quique prescindió de Reyes y la decisión provocó el enojo de la grada. Pero con Jurado el equipo se apropió, ya definitivamente, del balón. El técnico había sido valiente en el inicio, al dar carrete a Ibrahim, jugador del filial de 19 años, que cumplió con creces.

Pero moría el partido y no había premio para el Atlético. Y de repente, el Sevilla que comete una falta en el lateral, ya en pleno minuto 94. Y Simao que la pone en el área. Y Antonio López, como si de Gárate se tratara, que roba la cartera al Sevilla en pleno, adelantándose a todos entre una nube de paralizados defensas e inventándose un cabezazo que se fue dentro y que provocó el éxtasis de la grada y del Atlético, del sufriente y doliente Atlético, cuyo impecable talante, por una vez, convirtió en una minucia sus carencias de talento.

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Maxi es el pasado; Ibrahim, el futuro

Le sobraba un futbolista a Quique Sánchez Flores, entrenador del Atlético, en la convocatoria. Diecinueve estaban citados y el técnico debía prescindir de uno. Su decisión fue toda una declaración de intenciones: Maxi Rodríguez fue el descartado. "Estaba resfriado", justificó Quique. Lo cierto es que el que fuera capitán del equipo tiene abierta la puerta de salida en el mercado de invierno y todo parece indicar que su destino será un equipo argentino, probablemente Boca Juniors. Pero en ese mercado quiere pescar el Atlético y por ello ha cerrado la cesión de Molinaro, lateral izquierdo del Juventus.

Maxi está a punto de ser pasado en el Atlético, pero en el césped había un futbolista que debe protagonizar el futuro. Se llama Ibrahim, tiene 19 años, y cubrió la baja en el Atlético del Kun Agüero. Estuvo participativo Ibrahim, a la vera de Forlán, aunque fue éste quien tuvo las mejores ocasiones de gol del equipo. "Le he dicho que jugar en Primera es más fácil que jugar en Segunda B y mantenerse en Primera es mucho más difícil que en Segunda B", comentó Quique sobre el debut del chaval. El técnico señaló tras el choque que su equipo "necesita estos impulsos emocionales" y consideró que el triunfo del conjunto rojiblanco había sido "justo", en un partido que "no ha sido muy bonito, pero sí muy disputado". Quique celebró la victoria "por cómo se ha producido, ante el rival que ha sido, por la dificultad del partido y porque el equipo lo merecía".

"El fútbol nos ha quitado muchos puntos en los últimos minutos. Los jugadores están necesitados de emociones positivas, de sensaciones buenas", señaló Quique. Antonio López, autor del gol del triunfo, recogió el guante de su entrenador: "Tengan por seguro que al Atlético le vamos a poner donde se merece".

Mientras, Jiménez, técnico del Sevilla, fue tajante respecto a la resolución del partido: "Todo lo críticos que podamos ser con el equipo va a ser poco, porque este partido no lo ha ganado el Atlético, lo ha perdido el Sevilla".

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