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El jugador total

Kevin Durant de los Oklahoma Thunder, el mejor del torneo, une talento, físico, mentalidad y respeto

Kevin Durant es alguien fuera de lo común. Primero porque su juego es incontenible, lleno de talento, fuerza y ambición. Y segundo porque su comportamiento fuera de la pista está lejos de lo que se podría esperar de un chico de 21 años que ha ganado el oro mundial, ha sido nombrado el mejor del torneo -el cinco ideal del torneo lo completan Teodosic (Serbia), Türkoglu (Turquía), Kleiza (Lituania) y Scola (Argentina)-, la temporada pasada se convirtió en el máximo anotador más joven en la historia de la NBA y está llamado a ser una de las grandísimas figuras del mundo en muy poco tiempo... Si ya no lo es.

Está el Durant jugador y el Durant persona. El alero de 2,06 metros es tan completo que cada rival alucina con algo diferente del jugador de los Thunder de Oklahoma. "Puede jugar en muchas posiciones, tiene un salto imponente y es un todoterreno. Parece que no le cuesta ningún esfuerzo anotar", comenta Calderón. "Ágil y muy grande, produce muchísimo juego y suma desde cualquier lugar del campo", continúa el argentino Delfino. Garbajosa se queda con su actitud: "Con todo su talento es muy serio, tiene una mentalidad muy agresiva y competitiva en defensa y en ataque". Marc Gasol envidia su versatilidad: "Tiene la misma facilidad para un tiro libre que para una canasta de ocho metros". "Un jugadorazo que marca la diferencia", apunta Pau. La mejor definición, de Jerry Colangelo. "Tiene el paquete completo", dice el presidente del baloncesto estadounidense.

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Durant es todo brazos y todo piernas, un jugador de goma que se une como mejor del Mundial a un conjunto de estrellas: Pau Gasol (2006), Nowitzki (2002), Bodiroga (1998), O'Neal (1994), Kukoc (1990), Petrovic (1986)... Como los dos últimos, el galardón le llega con 21 años. Con Oklahoma sumó la temporada pasada 30,1 puntos de media por partido. Una metralleta desde cualquier lado, en Turquía, Krzyzewski le ha empleado de cuatro, aunque a Durant igual le da. Es una metralleta desde cualquier lado.

El Durant persona es un chico muy unido a su entorno. Los técnicos destacan su amor por el trabajo y el respeto a todos. Hay muchos ejemplos: en la Universidad de Texas se negó a salir en una revista si no aparecían con él sus compañeros. Juega en Oklahoma con el número 35 porque con esos años falleció su primer entrenador, Charles Craig. Lleva tatuados en el pecho los nombres de su abuela y su madre. Fue precisamente esta, quien le incitó a marcharse de casa para que se valiera por sí mismo. En las zapatillas ha lucido estos días referencias a la derrota estadounidense ante la URSS en 1972, al 11-S y a Charles Craig.

Cuenta Durant que hasta hace no mucho la gente no le conocía demasiado. Ahora todo es diferente. Su exhibición de anoche fue vista en directo por leyendas como Sabonis y Divac, que entraron en el Salón de la Fama de la FIBA. El futuro es para estrellas como Durant.

Kevin Durant muerde la medalla de oro del Mundial de Turquía.
Kevin Durant muerde la medalla de oro del Mundial de Turquía.EFE

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