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El secreto Koubek

Federer, como en 2009, cuando ganó Roland Garros, se entrenó para la tierra con el austriaco

La realidad del suizo Roger Federer, quizás el mejor tenista de todos los tiempos, es así de extraña: ha descendido al número tres y en los cuatro meses que se han descontado ya de competición, solo se ha apuntado un torneo menor (Doha). Poseedor de un inicio de temporada que querría para sí casi cualquier otro tenista (un título, una final y tres semifinales), el ganador de 16 títulos grandes debutará el miércoles en Madrid buscando una pieza mayor en el territorio de su mayor rival. La tierra es sinónimo de Rafael Nadal. Stefan Koubek, el antídoto.

Hace dos años, en 2009, camino de conquistar Roland Garros, el único grande que le faltaba, Federer tomó una decisión estratégica. Durante un par de semanas, el suizo se recluyó en Cerdeña, y se entrenó entre sus vientos, sus playas y sus giare, sus famosos altiplanos rocosos, en compañía de un tenista que no había sido elegido a la ligera. El austriaco Stefan Koubek, ex número 20, fue ese hombre.

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Un zurdo de revés a dos manos. Un jugador, pensó el suizo, que podía repetir algunos de los patrones con los que le martilleaba Nadal, por mucho que su pelota no tuviera el peso ni la altura de la del mallorquín. A la vuelta de unas semanas, Federer, que venía de llorar en la final del Abierto de Australia, era campeón en París. En 2011, igualmente sumido en una racha de resultados negativos para sus inalcanzables estándares, el suizo ha vuelto a preparar la temporada de tierra con Koubek.

"Mi año ha estado bien hasta ahora", dijo. "De cara a la arcilla he trabajado mucho en el gimnasio y la pista. Este trabajo no me va a ayudar solo para la temporada de tierra, sino para lo que viene después", continuó. "Koubek vino a Suiza. El tiempo era perfecto. De nuevo, nos lo pasamos muy bien juntos. No me puedo quejar. Me siento genial". Federer y Koubek suelen entrenarse en doble sesión sobre la pista todos los días de la semana, salvo uno en el que se dan la tarde libre.

Madrugan, hacen trabajo físico, entran en la pista, comen y vuelven a la pista. El austriaco actúa como un sparring, sometido a los deseos del suizo, que le hace repetir una y mil veces las jugadas en las que cree que necesita trabajar. El objetivo del número tres está claro. Ganar, ganar y ganar. Seguir agrandando su leyenda con más títulos del Grand Slam.

Federer, durante su comparecencia ante los medios.
Federer, durante su comparecencia ante los medios.J. C. HIDALGO

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