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Todo por un Grand Slam

Wozniacki, número uno del mundo sin un grande, remonta ante Kuznetsova tras estar a dos juegos de la eliminación

Estuvo a dos juegos de decirle adiós a Nueva York. A dos juegos de despedirse de la posibilidad de ganar su primer Grand Slam, casi un año después de alcanzar el número uno del mundo. Pero Caroline Wozniacki (Odense, Dinamarca; 1990) no quiere tener que seguir defendiendo que merece su puesto en el ranking más allá de su palmarés. Así que cuando todo parecía decidido en un segundo set que perdía 4-1, la danesa se rearmó para imponer su voluntad, su orgullo, para doblegar la moral de la rusa Kuznetsova, campeona en 2004 y finalista en 2007, y ganarse un sitio en los cuartos de final del Abierto de Estados Unidos (6-7, 7-5 y 6-1).

El partido, un maratón de más de tres horas, empezó a torcérsele a Wozniacki al final de un igualado primer set, cuando dejó escapar un tie-break que llegó a dominar 5-2. En la segunda manga, cuando quiso darse cuenta, perdía 4-1. Su sueño de ganar al fin un grande parecía esfumarse. Y, sin embargo, fue ella quien mantuvo la calma, mientras Kuznetsova comenzaba a naufragar en la tormenta. "Sabía que tenía que hacer algo, algo diferente", explicó después Wozniacki; "ella estaba jugando muy bien, pero me dije que necesitaba ocho puntos más para ganar y que no le iba a resultar fácil cerrar el partido".

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A medida que Wozniacki imponía su tenis y reforzaba su moral, minaba la de Kuznetsova. En su afán por cerrar el partido lo antes posible, la rusa acumuló hasta 78 errores no forzados. "Simplemente, no hice bien las cosas en los momentos clave", se resignó después. Todo lo contrario que su rival, que ganó cuatro juegos seguidos para igualar el encuentro. En total, venció 12 de los últimos 14 disputados. Remató a Kuznetsova rompiéndole el primer servicio en el último set, que acabó ganando 6-1. Estaba exultante. "Podría haber jugado otros dos o tres sets si hubiera tenido que hacerlo", aseguró; "es importante ser optimista. Si hubiera sido pesimista, no le habría dado la vuelta al marcador. Soy una luchadora. Lucho por cada punto, sin importar cómo esté el marcador".

A sus 21 años, con 24 trofeos individuales de la WTA en sus vitrinas, Wozniacki quiere explotar de una vez en el Grand Slam. Desde que alcanzó el número uno en 2010, su mejor resultado en un grande fueron las semifinales que alcanzó en Australia. Puede tener su gran oportunidad en este US Open, del que ya disputó la final en 2009, y en el que no está la campeona de las dos últimas ediciones -Clijsters, lesionada- ni las vencedoras de este año en los otros tres grandes (Clijsters, Li y Kvitova), ya eliminadas. Ha caído también la rusa Sharapova, otra de las grandes favoritas para vencer en Flushing Meadows. No le espera un camino de rosas, en cualquier caso. En cuartos aguarda la alemana Petkovic. En semifinales, si ambas se clasifican, se cruzará con Serena Williams, a la que no ha sido capaz de ganar en sus dos enfrentamientos precedentes. Pero todo sea por ganar su primer grande.

Wozniacki celebra su victoria.
Wozniacki celebra su victoria.RAY STUBBLEBINE (Reuters)

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