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Por fin Zarco

El francés se repone de sus tres triunfos frustrados con una merecida victoria ante Terol, la primera de su carrera

Tenía que llegar, tarde o temprano. Pero ocurrió más tarde que pronto. La primera victoria en el Mundial para Johann Zarco llegó en Japón, circuito en el que también logró la pole y la vuelta rápida de la carrera, después de haber rozado la gloria hasta en tres ocasiones este año: la primera vez fue penalizado con 20 segundos, la segunda despojado del triunfo tras empatar con Faubel, y la tercera perdió la carrera y los papeles en la última curva, donde Terol le ganó la batalla a su mente y a su moto. Pero en Motegi fue diferente. Se supo el mejor piloto desde que aterrizó en aquel trazado que nunca se le había dado bien. Había hecho los deberes y ganado la confianza que le faltó aquel domingo en Misano, cuando trató de parar a Terol, su rival en la pista y en la clasificación, a manotazos.

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Zarco llegó a Japón después de ver un buen puñado de vídeos de las últimas carreras en este circuito -"He visto todas las carreras desde el 2006", contaba- y tras comprender que había cosas que no terminaba de hacer bien. Solo una carrera perfecta le permitiría ganar al de Alcoy, líder del mundial, ahora con unos puntos menos de ventaja, 31. Y la bordó. "Mi entrada a las curvas no era lo suficientemente fuerte. He ido tomando muchos riesgos a lo largo del fin de semana, porque he modificado mi estilo de pilotaje. Me he fijado mucho en Pasini -suya es la vuelta más rápida con una 125cc a este circuito, en 2007-. Y he comprendido que en este circuito la potencia no es tan importante como una buena frenada antes de las curvas. Puedo conseguirlo", decía esperanzado el sábado. Y lo consiguió.

Zarco hizo una buena salida, y aunque fue rebasado pronto por Terol, nunca le perdió la pista. Se andaban turnando el primer y el segundo clasificado de la general para firmar la vuelta rápida de la carrera, con Faubel como espectador de excepción hasta que trató de pasar a la acción para ayudar a su compañero de equipo en la escudería de Aspar. Lo hizo tras cinco vueltas. El valenciano hizo un interior precioso y agresivo, tanto que Zarco tuvo que levantar su moto, y se interpuso entre el francés y la Aprilia de Terol. Pero el oficio de escudero de su compañero le duró poco.

Lo que Zarco quiso, básicamente. Recuperó la segunda posición tres giros más tarde. Y volvió a tomarle la matrícula a Terol, cuya tarea, asfixiante, pues el francés parecía imparable este domingo, era mantenerlo a raya. Aguantó hasta que el desgaste en cabeza terminó por destrozar sus neumáticos. A siete vueltas para el final Zarco se puso en cabeza y le costó solo unas vueltas abrir hueco. Terol, consciente de que tenía más que perder que ganar si intentaba, al límite como iba, volver a cazarlo, prefirió conformarse con la segunda plaza, pues la tercera estaba adjudicada desde unas cuantas vueltas antes a Faubel, que se descolgó de los otros dos tan pronto como el piloto del equipo de Aki Ajo le adelantó e imprimió un mayor ritmo.

A Zarco se le escapó alguna lagrimita en el podio mientras el otro hombre de la carrera era recibido con aplausos en su taller. Maverick Viñales, el niño de Roses (Girona), el mejor debutante del año, tercer clasificado de la general, confiado ayer de poder ganar esta carrera, tuvo un problema con su cadena y salió desde su garaje a la vuelta de calentamiento. La penalización por no estar a tiempo en la vuelta de formación fue salir el último de la parrilla, en lugar del cuarto, como decían sus tiempos. Aquello le dio la posibilidad de seguir asombrando a propios y extraños con una remontada espectacular.

En la primera vuelta ya había pasado a ser el 23º de los 35 pilotos que tomaron la salida. Su ritmo era solo un poco más lento que el de los dos pilotos que dominaron la carrera a su antojo, Zarco y Terol, así que le costó poco esfuerzo situarse el noveno clasificado, tras un grupo con pilotos que ya le dieron más guerra: tenía por delante a Cortese, Martín, Folger, Vázquez y Moncayo. Y poco a poco se acercó a ellos (que llegaron a estar a cuatro segundos) y pudo con todos y cada uno. Era cuarto a seis vueltas. Y con un par de giros más hubiera sido capaz de cazar a Faubel, pues llegó a rodar 1,5 segundos más rápido que aquel en sus últimas vueltas. Hubo dos héroes en Motegi, uno en el podio: Zarco, y otro en su garaje, abrazado por cada miembro del equipo BQR, el mismo que ha decido echar el resto los próximos dos años para que la joya se quede en casa.

Johann Zarco levanta el puño al cruzar primero la meta de Motegi.
Johann Zarco levanta el puño al cruzar primero la meta de Motegi.TORU HANAI (REUTERS)

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