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Xabi Alonso arranca en un segundo plano

Mientras Diego bloqueó al donostiarra, el Madrid jugó otra vez más en largo

Diego Torres

Los jugadores del Madrid llevan un año siguiendo con celo las conferencias de prensa que ofrece su entrenador, José Mourinho. Antes de viajar a San Sebastián, hace un mes, se alarmaron cuando le escucharon advertir en tono dramático que a partir de ese momento empezarían a jugar los partidos más complicados que les reservaba el calendario de la Liga. Les pareció inverosímil que la Real Sociedad les opusiese más resistencia que, por ejemplo, el Málaga. El hecho es que, desde la visita a Anoeta, el Madrid interrumpió su ciclo de partidos conquistados a base de toque, elaboración y velocidad. Dejó de golear y dominar a los rivales como hizo en octubre. Sufrió para hacer su fútbol contra la Real y solo se impuso al Valencia en jugadas a balón parado. Ayer, contra el Atlético, un equipo irregular como pocos, el Madrid entró al partido frío y espeso. Los pases, de los centrales, de Özil o de Di María, fueron al pecho de Godín, a la cabeza de Perea o al pie de Domínguez. Durante los primeros minutos del derbi, el balón casi nunca pasó por las botas de Xabi Alonso, que, por momentos, se pareció a un jugador irrelevante. De ello tuvo buena culpa Diego, el escolta que puso Gregorio Manzano al tolosarra. Esta es una circunstancia grave para un Madrid que, si prescinde de Alonso, pierde al único capaz de mover al equipo con orden.

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El Atlético no tenía intención de apropiarse de la pelota, pero se vio obligado a intentarlo ante la imprecisión de su rival. El gol de Adrián fue la consecuencia del enredo del equipo de Mourinho en la primera parte. Dicen los jugadores madridistas que, en los días previos al viaje a Mestalla, el técnico dedicó los entrenamientos a preparar un plan de emboscada. Según los ejercicios que hizo la plantilla, Mourinho se propuso esperar al Valencia, ahogarlo con una presión fuerte en el medio campo y contragolpear. De pronto, la posesión de la pelota pasó a un segundo plano. Después de exhibir un estilo completamente diferente contra el Espanyol, el Betis, el Málaga y el Villarreal, el equipo comenzó a prepararse para otra cosa. Los futbolistas recordaron que se repetían los procedimientos de la temporada pasada: cuanto más complicados imaginó el técnico los partidos, más hincapié hizo en ahorrar en la elaboración para llegar al área contraria a la máxima velocidad. Contra el Atlético dio la sensación de que el Madrid abordó la disputa con este guion.

Hasta el minuto 44, el Madrid no dio 10 toques seguidos para llegar al remate. Tan solo cambió el registro en los minutos finales de la primera parte, cuando el Atlético agonizaba con un hombre menos y con Diego, su mejor futbolista, en la ducha. Solo entonces, cuando el marcador reflejaba el empate (1-1), apareció Alonso para intervenir. En ese momento lo buscaron sus compañeros para que él se encargara de distribuir la pelota, de regular los tiempos o incluso de desplazar el balón en largo en busca de los desmarques de Benzema por la izquierda y CR por la derecha.

Alonso cumplió 30 años el viernes. Mourinho proclamó ese mismo día que "es un hombre". Agregó que le considera un entrenador en potencia y que su importancia para el equipo es proporcional a sus minutos de juego. Xabi es el jugador de campo que más ha jugado en el Madrid. Pero su verdadero impacto en el equipo solo se advierte cuando el Madrid aspira a tener el balón.

Adrián y Xabi Alonso disputan un balón aéreo.
Adrián y Xabi Alonso disputan un balón aéreo.J. MEDINA (REUTERS)

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.
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