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Padres de alumnos vigilan el instituto de La Elipa

El Instituto Gustavo Adolfo Bécquer de La Elipa, ha tenido que ser desalojado dos días consecutivos a consecuencia de varias llamadas telefónicas amenazando con la instalación de bombas. La primera de las llamadas fue anónima, mientras que en la segunda, una voz correspondiente a una persona muy joven se identificó como miembro de la Triple A. El jueves, una asamblea convocada por la coordinadora de padres de alumnos y de vecinos de¡ barrio decidió establecer un servicio de vigilancia alrededor del centro.

El director, algunos padres de alumnos y profesores se inclinan por la creencia d...

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El Instituto Gustavo Adolfo Bécquer de La Elipa, ha tenido que ser desalojado dos días consecutivos a consecuencia de varias llamadas telefónicas amenazando con la instalación de bombas. La primera de las llamadas fue anónima, mientras que en la segunda, una voz correspondiente a una persona muy joven se identificó como miembro de la Triple A. El jueves, una asamblea convocada por la coordinadora de padres de alumnos y de vecinos de¡ barrio decidió establecer un servicio de vigilancia alrededor del centro.

El director, algunos padres de alumnos y profesores se inclinan por la creencia de que las amenazas no se deben a algún conflicto propio del centro, «sino que se inscribirían en el marco general de desestabilización que vive el país estas semarías». El Instituto Gustavo Adolfo Bécquer funciona apenas desde hace un mes, y hasta ahora no ha registrado problemas de ningún tipo, como podrían ser expulsiones.El día 14 se recibió una sola llamada, que originó el desalojo de las clases, aunque la misma policía, tranquilizó los ánimos alegando que su autenticidad era muy poco probable. El día 15 se recibieron cuatro llamadas, una a las cuatro y media, cuando el edificio está aún ocupado por los 750 niños que estudian EGB y preescolar, y otras tres a partir de las 5.30, momento en que el centro . pasa a funcionar como instituto de seiscientos alumnos de BUP. Ayer por la mañana, una comisión de padres y vecinos intentó entrevistarse con el comisario de la zona, sin conseguirlo. Sólo pudieron hablar con el secretario, quien les informó que no tienen dotación humana suficiente para vigilar continuamente todos los lugares propicios de ser amenazados. Como medida de precaución, los profesores piden a los muchachos que enseñen sus tarjetas de identificación antes de permitirles el paso a clase. Mientras, en el exterior, pequeños grupos de dos o tres personas, hombres o mujeres, vigilan las inmediaciones.

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